Parte 16: Amor

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16-Amor

**Byakuya**

Abro los ojos lentamente observando el techo de mi oscura habitación. Tengo el yukata pegado al cuerpo del sudor y eso solo me hace mirar asqueado a mi alrededor notando el cálido ambiente. Esta primavera está siendo demasiado calurosa y no quiero ni pensar cuando lleguemos al verano.

Para mi sorpresa, lo único bueno que estoy teniendo en esta estación, es la presencia de mi danna pelirrojo que parece hacer esfuerzos sobrehumanos para agradarme cada día que pasa. Desde que me dio mi primer ataque de nervios con él, llevamos semanas saliendo porque él me insiste en hacerlo, paseando por el río, yendo al mercado, a montar a caballo.....cualquier excusa para estar a mi lado y obligarme a distraerme. He de reconocer que tiene mucho valor al querer estar conmigo, ya que sigo sin dejar que me toque mucho y cuando intenta besarme, normalmente recibe un golpe que le deja casi sin aire. Debería contenerme un poco.

Nada más retirar la persiana de la ventana, sonrío para mis adentros al ver a Renji sentado en el jardín, bajo un árbol de cerezo mirando hacia donde estoy con una sonrisa deslumbrante. Como cada mañana.

-Buenos días jefe taikomochi. ¿Tendría el honor de tener de nuevo una cita contigo?-

-Eres peor que un niño- meneo la cabeza antes de cerrar la ventana y salgo de la habitación para llamar a Kira al que encuentro en la sala junto a su danna Ichimaru mirando los nuevos kimonos que ha traído.

-Ah, Byakuya-sama, mi danna ha traído un encargo especial para usted-

-Yo no he pedido nada-

-Juju, tu protector no piensa lo mismo, Kuchiki-san...- Ichimaru me guiña un ojo haciéndome estremecer y enseguida abro los ojos al pensar en el hombre que sigue esperándome fuera impaciente.

-Muéstramelo- Ichimaru y Kira desenvuelven el envoltorio del kimono para mostrármelo por entero. Lo reviso de arriba abajo observando la tela azul ribeteada de filigranas doradas que hacen las formas de unas flores y el obi haciendo juego. Cojo aire para expulsarlo suavemente y después hago un aspaviento con la mano.

-Guardadlo en mi armario, junto a los demás-

-Hijo, deberías ponértelo- mi padre me habla desde su posición sentada en su sillón y yo entrecierro los ojos molesto por su interrupción.

-Haré lo que me plazca. Voy a salir-

-Disfruta de tu salida- por primera vez veo como mi padre parece sonreírme y eso me provoca escalofríos. ¿Tanto se nota que ya no me siento incómodo con las continuas y molestas visitas de Abarai en mi casa? tsk!, no quiero parecer débil ante nadie.

En cuanto salgo del dojo y piso el jardín, casi jadeo sorprendido cuando Renji aparece a mi espalda y posa sobre mis hombros un haori de tonos rosados con pétalos de cerezos grabados en la tela. Le miro algo confuso mientras él no pierde su sonrisa fija de la cara.

-Sabía que no te pondrías mi regalo, pero por la noche refrescará y necesitarás esto-

-¿Por la noche? ¿Pretendes que pase todo el día contigo?-

-Y toda la noche a ser posible- abro los ojos sorprendido viendo que él traga saliva esperando mi furiosa reacción pero únicamente me limito a guardar silencio mientras camino con él a mi lado.

-¿Te apetece pasear por el río?-

-Hace demasiado calor-

-Muy bien, entonces iremos a unas termas al aire libre ¿Qué opinas?- me encojo de hombros como respuesta y le sigo hasta donde tiene un caballo preparado para irnos. Primero sube él y luego me da la mano para sentarme tras él lo cual me hace sentir incómodo al tener que agarrarme a su cintura como si fuera una mujer en apuros.

"Kimono abierto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora