Parte 15: Ansiedad

149 12 5
                                    

15-Ansiedad

**Renji**

Llevo desde el frío amanecer esperando en la puerta del dojo Kuchiki cerca de la ventana del dormitorio de Byakuya aguardando a que retire la persiana. Como sospechaba, no montó en cólera cuando vio que me había llevado sus cosas a mi dojo, simplemente dio la orden a sus ayudantes para que las trajeran de vuelta aquí y pasó toda la noche en su dormitorio alejado de mí.

Me echo mi aliente caliente en mis manos frotándolas varias veces y abro los ojos en cuanto veo por fin a Byakuya asomarse tras la ventana clavándome sus fríos ojos azules. Dioses...ese yukata blanco que usa para dormir es demasiado provocativo como para no querer arrancárselo con los dientes, me encanta...

-¿qué haces ahí?-

-¿tú qué crees? ¡Me debes mi noche de bodas!!-

-Tsk.....- pongo los ojos en blanco al ver como se aparta de la ventana y echa la persiana a cal y canto para que no nos veamos. Mierda. Tengo que ser menos directo con él y ser delicado o jamás me dejará acercarme.

Al final paso por la puerta principal saludando cortésmente a los taikomochi que están en sus quehaceres y me topo casi de bruces con Kuchiki Ginrei el cual suspira molesto pero resignado a saludarme.

-Buenos días Abarai ¿buscas a mi hijo cierto?-

-Hai, Ginrei-dono. Me ha visto pero me temo que hubiera preferido ver pajaritos dándole los buenos días-

-Espera aquí- me cruzo de brazos mientras espero en el salón principal y no tardo en oír una sarta de gruñidos mientras Ginrei trae a su hijo de un brazo casi a rastras.

-Compórtate como debes ante tu danna y no como un niño-

-Padre, no olvides quien manda aquí-

-Mandas aquí porque yo te puse al frente de esto. De la misma forma puedo hacer que Sen te sustituya-

-No te atreverás-

-Eh...disculpad...- padre e hijo me miran furiosos lo que me acojona un poco. Byakuya suspira tristemente antes de venir hacia mí sin cambiar el ceño fruncido.

-Vamos- le sigo fuera tras despedirme de mi suegro y le alcanzo para ponerme a su lado y caminar juntos. Dioses, es que es tan bonito que no puedo dejar de mirarle. Va solo vestido con un kimono negro sencillísimo de seda y un haori blanco echado sobre los hombros con algunas ramitas de cerezo cosidas sobre la tela. Precioso.

-¡Auch!! ¿Pero qué....?- sacudo mi mano al haber recibido un pellizco invisible por su parte que ni lo he visto venir.

-Deja de mirarme con esa cara de idiota-

-Te recuerdo que soy tu danna y puedo mirar lo que quie... ¡auch!! ¡Joder duele!!- Byakuya me hace un ademán orgulloso alzando su barbilla y empieza a caminar en una dirección muy conocida para mí.

-¿Dónde me llevas?-

-Al antiguo palacio de Genryusai Yamamoto. Quiero ver a mi hermano-

-¿A Haruka? ¿A estas horas? Estará durmiendo o algo peor-

-Así que es cierto. Habéis convertido a mi hermano en vuestra puta particular-

-¡No! ¡Jamás le he tocado un solo pelo! ¡Lo juro!-

-Pero permitiste que otros lo hicieran. Eres igual de cobarde que cuando me viste a mí rodeado de salvajes y no hiciste nada, ni siquiera pedir ayuda- abro los ojos al oír esa represalia y bajo la cabeza apretando los dientes. Tiene razón. No hice nada para ayudarle. Ni siquiera fui corriendo a avisar a alguien para que dejaran de violarle. Nada.

"Kimono abierto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora