Frío.
No podía dejar de temblar.
Ni su mitad caliente lograba calmar el inmenso frío que sentía.- Está noche hace un poco más de frío... - comentó para sí mismo, mientras se encogía en su lugar.
Sus lágrimas no habían parado ni un segundo.
Incluso en ese punto estaba sorprendido de que aún salieran lágrimas.¿Ya era la madrugada?
¿Qué horas podrían ser?
¿Las tres? ¿Las cuatro?Dirigió su mirada al reloj que estaba en su mesita de noche a lado de la cama que solía compartir con su amante.
El reloj marcaba perfectamente con letras rojas "3:37 AM".
Soltó un suspiro al mismo tiempo que se levantaba de la cama.
A esa hora era obvio que Bakugō estaría durmiendo, así que estaba decidido a salir para tomar un poco de aire fresco.
Por suerte traía su pantalón largo de la pijama y solo tendría que buscar un suéter para ponerse encima de la camisa de su pijama.
Después de ponerse el suéter agarró algo de dinero por cualquier emergencia que surgiera y se dispuso a salir, pero antes dio una última mirada al interior de la habitación.
Algo que reflejaba un brillo en la cama llamó su atención.
Se acercó para saber que era y encontró la tarjeta que Dabi le había dado.Dudó unos segundos pero terminó tomándola para después salir rápido de su habitación.
No había tomado su teléfono puesto a que no sabía a que horas regresaría y no quería ser molestado por las incesantes llamadas de Bakugō... Claro, sí es que se decidía a llamarlo.
Bajó las escaleras cuidadosamente, con la respiración y manos temblorosas.
Al cerciorarse de que el rubio estuviera tirado en el sofá en un sueño profundo soltó el aire, aliviado.
Y ahora, más tranquilo, caminó hacia la puerta abriéndola lo más silencioso que pudo ser, no sin antes tomar una bufanda no sólo para cubrirse del frío, sino también para cubrir las marcas de dedos en su cuello.
Dudaba encontrarse a alguien en la calle a esas horas, pero era mejor prevenir.
Al estar afuera respiró profundamente, dejando que el aire fresco y frío inundara sus fosas nasales.
No tenía ni la menor idea de que hacer, lo único que sabía era que no quería estar dentro de esa casa por algunas largas horas.
Así fue como de la nada, una palabra surgió en su cabeza desencadenada por la nada.
"Mamá".
Abrió los ojos desmesurados al recordar a la mujer de cabello blanco que le dio la vida e intentó protegerlo de la bestia de su padre cuando era pequeño.
Y pensando en ella, se dirigió sin darse cuenta al hospital donde estaba internada.
La extrañaba tanto.
Extrañaba sus manos suaves acariciando su rostro.
Extrañaba la amable sonrisa que casi siempre se mantenía en su rostro pálido.
Extrañaba las leves arrugas que se hacían a un lado de sus ojos cuando estos se achinaban cada que sonreía.¿Cómo fue que se había olvidado de ella?
Oh, claro. Estaba más ocupado teniéndole miedo a su pareja.Después de un par de minutos pensando en aquella mujer que tanto amaba, llegó al hospital.
Parpadeó un par de veces algo atónito por tener frente a él la gran estructura blanca.
Miró a ambos lados, notando que toda la calle estaba solitaria.
Sólo estaba él.
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Toxic [Bakutodo]
FanfictionTodoroki nunca pensó que su relación con Bakugo, que en un comienzo era perfecta, se volvería un completo infierno. Y menos pensó que sería orillado a tomar malas decisiones por el anhelo de venganza, alimentado por el maltrato de su pareja. ︶︶︶︶︶︶︶...