- queremos una guarida y obviamente la compra anónima.— nos encontrábamos los tres en una agencia donde vendían casas pero por alguna razón estos dos querían ver si aquí nos podían vender una guarida secreta. Me pareció algo muy tonto pero también me pregunto ¿donde las consiguen?
- no funcionará.— dije negativa y Billy me tapa la boca.
- obvio si y un lugar en un risco o un castillo con vista a una cascada.
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- si una cascada.— Billy me suelta y sigue hablando.— lo que sea será bueno.
- señor maximo voltaje dijo..— que nombre tan más chistoso, hasta la fecha no hemos encontrado uno que nos llegue a agradar del todo.
- tu puedes decirme max— moví la cabeza de un lado a otro negada de esa respuesta.
- ¿cuantas habitaciones quiere?
- una.
- siete.— dicen al mismo tiempo.
- ¿para que quiero siete? ¿ahora tendré hijos permanentes?
- pues puede y se ocupen– dije, no creí que terminaría hablando en esta conversación tan necesaria pero lo creí una buena oportunidad para salir de aquí de una vez por todas.— bueno, le quedamos de avisar, muchas gracias.
- ¿no quieren más información?— me puse de pie y tome a ambos de los hombros para que me siguieran y eso hicieron. Ya noté que ella no ayudaría mucho y que quizá solo quería el dinero.— puedo conseguir lo que me piden.
- genial.— dice Freddy y negué con la cabeza.— ¿qué?
- Adiós muchas gracias.— dije y salí de ahí, ellos detrás mío.— ¿estamos de acuerdo de que ella no sería de ayuda verdad?
- como sea, tampoco me encanto la idea de buscar una guarida, por ahora no. Hagamos otra cosa.— menciona Billy y me voltea a ver.— Shazam.
- bien, volviste a ser tu.— volteamos a todos lados para buscar que hacer ya que estábamos en horario de clases y no creo que sea buena opción el volver así como si nada.— ¿qué quieren hacer?
- podemos ir al cine.— dice Freddy mientras busca en su celular una función.— hay muy buenas películas y hay algunas clasificación R las cuales Billy podrá ver.
- ¿tú quieres Ellie?— me pregunta Billie y asiento.— bien, entonces vamos al cine. Será divertido.
...
Llegamos a el cine y por supuesto que no había casi nadie por la hora que era y aparte que es un día entre semana donde normalmente la gente suele trabajar temprano y también los jóvenes estudiar, pero no importaba, no nos veían del todo mal tan solo el guardia de la entrada que se sacó un poco de onda al ver a tres niños estar viendo una función en horario de clases.
