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El canto de las aves era como en los cuentos de princesas. El cálido sol de mañana bañaba la tierra con sus rayos matutinos anunciando un nuevo y alegre día, todo era paz y tranquilidad dentro de la cabaña alquilada hasta que un chillido rompió toda armonía.

—¡Minho! —Kibum se alejó de golpe del nombrado el cual seguía profundamente dormido— ¡Oh por dios! ¿Qué hicimos? ¿Qué?

Y el moreno solo pudo gruñir y cubrirse la cara con las mantas porque era demasiado temprano como para empezar a discutir por joterías con Kibum.

—¡Respondeme! —Kibum se lanzó sobre él para descubrirle el rostro— ¡Minho!

—¿Qué chingados quieres? —Minho explotó ante la molestia.

—No, no, tampoco me grites cucaracha de fonda económica —Kibum tiró de los cabellos ajenos de lado a lado con suavidad— ¿cómo es posible que hayamos podido dormir juntos? —él histérico traductor se fijó en que Choi no estaba usando camisa, frunció el ceño y se alejó un poco para tirar de las mantas de golpe descubriendo que el moreno estaba solo en ropa interior— ¿qué carajos pasó aquí?

—Nada Kibum, nada —Choi se levantó soltando gruñidos y bajas maldiciones, le importó poco caminar solo en bóxer por la habitación para vestirse—, pareces peor que Hyuna cuando le pedía que se desmaquillara, pinche exagerado.

—¡A mí no me pinchees toro cuerneado!

—¿Cuerneado yo? —Minho giró el rostro peor que niña del exorcista ante esa simple mención, observó como el traductor estaba con las mejillas coloradas, típico de que estaba molesto. Avanzó decidido hacia él para enfrentarlo— ¿Me andas poniendo los cuernos?

—¡No! —Key retrocedió al instante— era un decir.

—Así me gusta, que me temas.

—¡Imbécil, eres insoportable!

—¿Quién?

—Tú...

—Te preguntó... —y con una cínica sonrisa, el alto se terminó de vestir para ir a la cocina y preparar un poco de café, era demasiado temprano pero sabía que debía llevar a Kibum a casa para que se prepara— ¿quieres café?

—Eres un grosero —el traductor se adentró a la cocina, se paró a lado del alto y asintió. Ni siquiera sabía el porqué estaba a lado del moreno, tampoco no comprendía la razón del porqué no se encontraba realmente molesto o en todo caso incomodo, era tan raro todo pero lo dejó pasar—, ¿llegaré a tiempo a casa?

—Es demasiado temprano Key, apenas van a ser las siete, ¿por qué la urgencia?

—Es que... no he comprado lo que usaré en la boda. —Sonrió como niño pequeño.

—¿Q-qué? —Choi abrió los ojos en demasía, por un momento pensó en el meme de esta perra está loca porque sí, Kibum estaba loco al no tener nada listo pero tampoco podía negar que se veía adorable con esa expresión de gatito feliz.

—El trabajo me absorbió.

—Arg Kibum, no me jodas con eso.

—Lo siento tanto, a lo mejor me caso con pijama —con toda confianza del mundo apoyó ambas manos sobre el hombro ajeno, sonrió y posó el mentón sobre estas para hacerle un puchero—, o con ropa casual.

Minho desvió la mirada del adorable gesto, quiso sacudir su hombro y alejarse del traductor pero no pudo, le gustaba esa expresión a lo que solo terminó negando lentamente mientras fijaba la vista sobre la hornilla donde reposaba el agua para café.

Tus metas, las mías, las nuestras... «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora