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La carcajada triunfal de Sooman hizo a Minho arquear una ceja por lo extraña que sonaba, observó a su jefe en silencio y esperó paciente a una respuesta; el hombre yacía con los papeles en mano mientras leía cuidadosamente los acuerdos por parte de la empresa estadounidense, mayor fue la satisfacción al ver las firmas legibles sobre los contratos que oficiaban su unión.

—¡Felicidades Minho! —Felicitó Sooman sin deshacer su sonrisa— Lo has hecho todo muy bien, no sabes cuan feliz estoy.

—Lo noto. —Choi sonrió por compromiso.

—A propósito, que reservado se tenían eso de la boda, eh.

—¿Disculpe?

Sooman carcajeó una vez más antes de tomar su Tablet y buscar con elegancia la noticia que había leído, señaló con el dedo y después cedió el aparato a un muy curioso Choi.

—Ahí dice que se van a casar, ¿desde cuándo estas con Kim?

Minho observó el periódico y sonrió porque debía admitirlo, la foto de ellos juntos se veía de lo mejor, sin embargo su mirada se posó sobre la foto individual de Kibum y sonrió al leer que el bonito traductor había hecho una declaración mientras se encontraba con sus amigos.

Minho y yo nos conocimos hace años, sin embargo entre peleas y juegos de jóvenes nos enamoramos, ahora puedo decir que estoy profundamente enamorado de él y no temo al matrimonio con un hombre que es tan apuesto y caballeroso. —Leyó en voz alta conteniendo la carcajada de saber que aquellas palabras eran mentira ya que su compañero lo último que diría sería eso.

—¡Felicidades Minho!

—Gracias... supongo.

—Esto debemos celebrarlo, ¿Cuándo es tu compromiso? —Sooman preguntó emocionado.

—¿Qué? Oh bueno, nosotros ya estamos en el proceso de boda, nos evitamos eso.

—¿Tan rápido piensan casarse? ¿Acaso viene un mini Minho en camino?

—No, solo estamos enamorados. —Choi rió forzadamente.

—Entonces supongo que celebraremos tu ascenso a ser mi mano derecha en privado, ¿qué te parece una cena mañana junto a Kibum?

—Me parece perfecto señor Lee, estoy seguro de que a él le encantará la idea.

—Perfecto, entonces nos veremos en la cena mañana por ahora te dejaré ir para atender tus asuntos.

Minho se levantó de su asiento y tras dar una reverencia se desapareció de la oficina principal, al cerrar la puerta pudo celebrar y brincar como niño su ascenso, aquel que le había costado por años, ahora se sentía todo un triunfador y para celebrar aquello nada mejor que ir a donde su querido novio para molestarlo.

—¡Ya llegó tu terrón de azúcar mi querido café americano! —Fue lo primero que pronunció al llegar a la oficina donde se encontraba Kibum.

—Mh, se me hacía raro que no vinieras a joder tan temprano. —Kibum yacía leyendo unos documentos, en ningún momento apartó la vista de las hojas.

—Que amargado andas.

—Contigo siempre. —Finalmente alzó la vista para observar a su jefe y futuro esposo— Minho.

—¿Qué mi amorcito corazón? —Choi hizo especial énfasis en las palabras para hacerle saber a Jinki que Kibum sería su próximo esposo, pasaría de ser el señorito Kim a ser la señora de Choi, bien no, el sujeto en cuestión divagaba mucho aún con aquello de imaginarse a Kibum siendo señora por su carácter de mujer menopaúsica.

Tus metas, las mías, las nuestras... «MinKey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora