Capítulo 14 - Sorpresa

895 92 61
                                    

8 de Febrero de 2005

Agoney lleva una semana en Tenerife. Resulta que Raoul tenía razón, pues cuando llegó lo único que recibió por parte de su familia fue cariño y comprensión.

- Mi niño, no te quedas unos días más? -le pregunta su madre cuando le ve rehaciendo la maleta

- Lo siento mucho, pero en Barcelona tengo un compromiso muy importante -afirma Agoney sonriendo al pensar en lo mucho que echa de menos a Raoul- aunque no sé si me necesita más él a mí o yo a él

- Así que mi hermanito está enamorado -le pica Glenda

- Glen, que tengo ya 27 tacos...

- Me da igual, siempre serás mi hermanito -afirma entre risas su hermana- y además estás enamorado

- Pues sí -admite riendo también Agoney

- Jo, era más gracioso cuando te ponías rojo y lo negabas -se resigna Glenda- pero bueno, qué se siente al tener un novio godo? -bromea su hermana

- No sé, pero si quieres te cuento qué se siente con una hermana imbécil -le sigue la broma Agoney

- Hala! Te pasaste -ríe Glenda

- Anda, ayúdame con esto -le pide a carcajada limpia el moreno

Y los dos hermanos mano a mano dejan todo preparado para que el canario regrese al día siguiente a la península.

9 de Febrero de 2005

Agoney coge el avión bien entrada la mañana, durante el vuelo solo piensa en las ganas que tiene de volver a casa, junto a Freddie y Raoul, que espera que no se hayan matado entre ellos durante su ausencia.

📞Ago: Juanan, ya llegué dónde estás?

📞JA: en la puerta principal del aeropuerto, sal y te ayudo con las maletas y todo, qué tal el viaje?

📞Ago: muy bien, un poco duro ya sabes... pero bien, ahora nos vemos y te cuento

📞JA: perfecto

El canario anda a paso ligero para reunirse pronto con su amigo y poder ir a su hogar y cual es su sorpresa cuando es su hogar quien lo recibe a él.

- Ago!!! -Raoul le abraza con fuerza nada más sale por la puerta

- Pero rubito, qué haces aquí? -le da un montón de besos chiquititos en la mejilla

- Durante tu estancia en Tenerife me dieron el visto bueno para poder salir -le anuncia con una sonrisa en la cara- tengo que ir con mucho cuidado pero ya no es necesario que me quede todo el día en casa

- Joder que bien, mi amor -le besa esta vez en la nariz- y por qué no me llamaste?

- Quería darte una sorpresa -reconoce mordiéndose el labio

Y entonces Agoney se da cuenta realmente de lo mucho que lo echaba de menos y las ganas que tiene de comérselo a besos.

- Y Juanan? -pregunta Agoney

- Me ha traído hasta aquí y cuando le has llamado, me ha dicho que prefería dejarnos a solas -explica Raoul

- Es el mejor -sentencia el canario

- Sí es -reconoce el rubio- pero podemos dejar de hablar de Juan Antonio e irnos a casa de una vez?

- Acabas de salir y ya quieres volver a encerrarte? -bromea el mayor

- Si es contigo me encierro hasta en una prisión rusa de alta seguridad -le sigue la broma

- Por qué rusa? -ríe el canario

- Qué más da? -ríe Raoul también

Los dos chicos se suben al coche del canario y se marchan a casa a acurrucarse bajo las sábanas durante horas.

Actualidad

- A parte de ir a buscar a Agoney...

- Llámenme Ago si quieren -la corta el canario

- Vale, a parte de ir a buscar a Ago, qué fue lo primero que hiciste cuando te dijeron que podrías volver a salir de casa? -pregunta con gran curiosidad Ainhoa

- Pues me fui a un parque, me senté en un banco y me quedé ahí durante horas -responde Raoul

- Pero no hiciste nada? Horas sentado en un banco? Qué aburrimiento, no? -se interesa ahora Pablo

- No creas, hacía años que no pisaba un parque, ver el sol, los niños y niñas jugando, los árboles, el cielo... -explica el rubio con una gran sonrisa en la cara- fue como volver a nacer, redescubrir el mundo

- Qué bonito -afirma Mireya

- Sí, aunque claro, tenía que ir con cuidado porque seguía estando muy débil -dice el canario- al fin y al cabo aún tenía unos pulmones que no acababan de funcionar del todo

- Sí, de hecho eso nos acabó trayendo problemas -secunda Raoul- el exceso de confianza hizo que me descuidara y en fin...

3 de Agosto de 2005

Raoul lleva todo el día con tos y estornudando y, aunque Agoney haya insistido más veces de las que es capaz de contar en ir al médico, el rubio defiende que ya se le pasará.

- Vamos solo a que te vean, Raoul

- Qué no, que es sólo un resfriado -sentencia el catalán

- Vale, mi niño, pero tú no tienes la misma salud que alguien que puede dejar que se le pase el resfriado -contraataca el moreno

- No seas pesado, que estoy bien -tose

Agoney se resigna a hacer caso a su novio y empieza a servir la comida.

- Bueno, pues vamos a sentarnos a comer al menos -sugiere Agoney

- Pfff... es que no tengo mucha hambre -informa Raoul

El canario no se lo piensa dos veces y coge a Raoul por la muñeca.

- Estás fatal, vamos al médico -sentencia el tinerfeño

- Eres idiota -ríe Raoul

- Lo digo en serio -afirma posando sus labios en la frente del contrario- Dios, mi amor, estás ardiendo

- No seas exage... -pero antes de terminar la frase, acaba echando todo el desayuno, que es lo único que ha ingerido hoy- perdón

- Ve a cambiarte, yo limpio esto y nos vamos al médico -el rubio abre la boca para protestar- Raoul, nos vamos al médico

Y Raoul simplemente se limita a hacer caso a su novio e irse a su habitación para cambiarse la ropa.

En menos de lo que canta un gallo, los dos chicos llegan a urgencias y, contando con la ayuda del impacto visual de la bombona a la que vive pegado Raoul, les atienden enseguida. Y una vez echa la consulta, el rubio agradece a Agoney su insistencia, pues probablemente sin él ya ni siquiera estaría vivo.

FLAMES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora