Capítulo 26 - Hermano

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14 de Febrero de 2019

- Ha dejado de funcionar -dice el médico sin rodeos- uno de los alvéolos del pulmón derecho ha dejado de funcionar

- Cómo es eso posible? -pregunta preocupado Raoul

- A ver, Raoul, al igual que tu cuerpo, tus pulmones no funcionan todos a una, tienen distintas partes -explica el doctor- pues una de esas partes ha fallado y no se consigue adaptar

- Y eso es peligroso?

- No, la parte buena es que podemos simplemente quitarte ese alvéolo -le informa- los pulmones seguirían funcionando, así que no te preocupes

- Pero quitarle la cosita esa significaría volver a abrirle en canal, no? -pregunta Agoney preocupado

- Hombre, sería lo suyo -razona el médico

- Y qué pasa si lo dejamos ahí? -pregunta ahora Raoul

- No te lo recomiendo, podría expandirse al resto del pulmón y eso sí que sería un problema

- Joder... -maldice el rubio

- Pero cómo es posible? Si todo iba súper bien -se resigna el canario- si ya hace ejercicio y todo, o sea se está preparando para la maratón

- En serio? -pregunta con curiosidad real el doctor

- Sí -confiesa un emocionado Raoul con una gran sonrisa en la cara como si ya hubiese olvidado que le tienen que volver a operar- voy a ser el primer trasplantado en acabar una carrera de diez kilómetros

- La que se organiza este verano? -le sigue el rollo el médico

- Esa misma -afirma orgulloso el catalán

- Pues tranquilo que la operación te la hacemos el mes que viene -sentencia el profesional- así que para entonces estarás más que recuperado

- Perfecto pues -sonríe Raoul feliz porque podrá participar en la carrera

- Muy bien, pues esperemos que hasta entonces no nos volvamos a ver -dice de corazón el médico

- Y yo

Raoul sale de la sala, pero Agoney tiene otros planes. Mientras el rubio se entretiene en el pasillo hablando con una de sus ex enfermeras, el canario aprovecha para hablarle al doctor.

- Muchas gracias por no tratarlo de loco cuando ha dicho lo de la carrera -se sincera Agoney- es algo muy importante para él y la gente no le suele tomar en serio, da mucha rabia

- Raoul en estos momentos está lleno de vida, quiere demostrar que es capaz de correr esa maratón sin necesidad de oxígeno artificial, es como la prueba de oro para convencerse más a sí mismo que al resto de que ya ha pasado todo -sentencia el doctor- el apoyo que le damos las personas que le rodeamos es crucial para su desarrollo, decirle que no lo haga porque puede ser peligroso sería influir de forma perjudicial en el paciente. Así que no me dé las gracias, señor Hernández, yo solo hago mi trabajo

Agoney sonríe mucho más que satisfecho con la respuesta del médico y se dispone a reunirse con Raoul para marcharse a casa y, como bien ha dicho el doctor, darle todo el apoyo que necesita.

Actualidad

- Hala! De verdad vas a participar en la maratón? -pregunta con los ojos como platos Pablo

- Lo voy a intentar -afirma Raoul

- Dios, que pasada -exclama el chico visiblemente emocionado

- Pablo va a participar también -informa Mireya frente a la incomprensión de Raoul y Agoney al entusiasmo del muchacho- lleva desde verano entrenando para ello

- En serio? -pregunta con una sonrisa Raoul

- Sí... -confiesa algo avergonzado el muchacho

- Oye pues podrían ir juntos -sugiere Agoney- así se hacen compañía

Ainhoa, que permanecía demasiado callada para ser ella, empieza a reír como si no hubiese un mañana.

- Y a ti que te pasa? -pregunta risueño el canario

- Que no creo que Pablo quiera que Raoul le acompañe -afirma divertida

- Ainhoa! -la reprime su hermano sonrojándose

- Me perdí -confiesa Agoney

- Y yo -se le suma Raoul

- Que Pablo va a hacer la maratón con su novio -sigue riendo la pequeña- a no ser que quieras ser un candelabro...

Raoul ríe ante el desparpajo de su sobrina. Desde luego esa cría y él son como dos gotas de agua, pues él le hubiese hecho lo mismo a Álvaro si hubiera tenido la ocasión. Y por la mirada azul que recibe desde el otro extremo de la mesa, sabe que su hermano piensa lo mismo.

- No es mi novio, idiota! -se sonroja su sobrino- solo somos amigos... muy buenos amigos

Y entonces son Raoul y Agoney los que ríen como si les acabasen de contar el mejor chiste del mundo, con la complicidad que comparten dos personas que han compartido más de media vida. Con la complicidad de dos personas que sólo con mirarse reconocen las intenciones del otro.

- Perdona, Pablo, pero esa excusa la usábamos nosotros y no cuela -se atreve a verbalizar Agoney

- Buah, que encima la usaban ellos -se emociona Ainhoa- ves? Si es que Javi y tú estáis casadisimos

- Ainhoa... -si las miradas mataran, Pablo acabaría de cometer un asesinato- para

La mesa estalla entre carcajadas y aprovechando que están a punto de cerrar la cafetería en la que se encuentran, Raoul secuestra unos segundos a su hermano para pagar la cuenta al mostrador.

- No me habías dicho que tenías un hijo maricon -afirma Raoul sin maldad alguna

- No lo creí necesario -se encoge de hombros Álvaro- además es bi

- Gran opción -apunta Raoul

- Lo dices como si hubiera sido elección suya -afirma Álvaro levantando una ceja

Raoul intenta ocultar la emoción tras las palabras de su hermano.

- Me alegra que pienses así -se sincera

- No iba a hacerle pasar por el mismo infierno por el que te hizo pasar mamá a ti -dice sin rodeos el de ojos azules adivinando los pensamientos de su hermano pequeño

Y Raoul se obliga a agachar la cabeza para que Álvaro no vea la lagrima que se le acaba de escapar.

- Cómo lo haces? -pregunta de repente Raoul

- El qué? -dice el mayor sin entender nada

- Leerme como cuando eramos niños después de veinte años sin vernos

- Porque soy tu hermano, Raoul -sentencia Álvaro- pasen los años que pasen, siempre voy a serlo...

Y, sin poder aguantarse ya las ganas de hacerlo, el rubio se abalanza sobre los brazos de su hermano y se vuelven a abrazar tras dos décadas sin tocarse. Y la imagen es tan bonita que hasta a Mireya y a Agoney se les escapa una lagrima al verles desde la mesa.

FLAMES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora