Actualidad
- Buah, os queréis un montón -afirma con una sonrisa Ainhoa- no era duro para ti también?
- No seas idiota, qué pregunta es esa? Claro que debió ser difícil -le responde Pablo
- Pablo, no le hables así a tu hermana -lo riñe Mireya
- Que ya sé que lo pasó mal, pero digo, según lo que cuentan siempre estaba súper positivo -se explica Ainhoa- y me extraña, no sé, no te derrumbaste nunca?
- A ver, todos tenemos problemas, eso está claro -afirma Agoney- pero lo último que necesitaba tu tío era comerse mis problemas teniendo él lo suyo...
- El muy gilipollas se lo guardaba todo para él hasta que no pudo más y reventó -aclara Raoul
- Reventó? -pregunta Pablo
- Reventé... -confiesa el canario
31 de Enero de 2005
Es la quinta visita del médico que recibe Raoul esta semana. Contra todo pronóstico, el veredicto es más que positivo, pues si todo sigue así, en unos meses el rubio podrá volver a pisar la calle. Y así se lo comunica ilusionado a Agoney cuando llega a casa.
- Hooola, chiquitín -le saluda el moreno
- Agooo -va hacia Agoney y lo abraza con fuerza
- Ey, qué pasó? Por qué estás tan contento? -pregunta con una sonrisa el moreno
- El médico me ha dicho que si sigo así, podré probar a salir a la calle -le cuenta Raoul- seré libre, Ago, con algunas limitaciones, pero libre
- Dios, qué bien, amor! -le da un sonoro beso en la mejilla- voy un momentito a la ducha y cuando salga lo celebramos, vale?
- Vale, te espero aquí -sonríe Raoul
Agoney desaparece por la puerta y se va al baño de la habitación que comparte con Raoul. Mientras, Raoul se dispone a cocinar algo ya que Agoney suele tardar bastante en ducharse y cuando salga será la hora de comer. El rubio pretende echar curry en la comida pero no encuentra el bote. Sigue registrando toda la cocina hasta que se da por vencido y busca a Agoney. Se para frente a la puerta de la habitación que permanece cerrada y, extrañado al no oír el agua de la ducha, decide hacer la pregunta.
- Amor, dónde guardas la especia esta que te gusta tanto?
- El curry? -pregunta el canario entre sollozos que pretende esconder sin mucho éxito
- Sí, eso... e...estás bien?
- Sí, me estoy vistiendo...
- Voy a entrar -le anuncia Raoul
- No! -grita Agoney
- Por qué? -se sorprende el catalán
- Ehm... porque estoy desnudo -miente el canario
- Venga ya! -ríe Raoul- Ago, los dos sabemos que eso no es un problema
Acto seguido, el rubio abre la puerta y se encuentra a Agoney de cuclillas en una esquina de la habitación y con la cabeza gacha. Se acerca a él y cogiéndole del mentón le levanta la cabeza para hacer que le mire descubriendo así los ojos negros que tanto le gustan irritados y llorosos. Y al verse tan expuesto, el canario rompe a llorar.
- Eh, qué pasa? -se sienta junto a él y le acaricia la nuca- puedes contármelo
- No te preocupes, lobito, son cosas mías, me ducho de verdad y celebramos lo tuyo -se seca las lágrimas
- Pero no puedes estar así -le detiene Raoul
- Raoul, mierda, que son mis cosas no tienes por qué pasar por esto, vale? -le grita Agoney
- Tus cosas son las mías, Ago -afirma Raoul
- No, qué va, mis cosas son mis cosas y tú no tienes que joderte por ellas
- Mis pulmones son mis cosas y llevas años jodiéndote por mí y por ellos -dice tajante Raoul
- Mi amor, yo no me jodo por tus pulmones ni mucho menos por ti -defiende Agoney- te quiero y por eso estoy aquí, por eso tus monstruos son los míos
- Yo también te quiero y no me dejas disparar a tus monstruos
Silencio. Agoney entiende el punto de vista de Raoul, no puede pedirle que confíe plenamente en él para ayudarle con sus problemas cuando él mismo le está ocultando los suyos. En qué posición deja eso a Raoul? Le está tratando como a un niño pequeño, protegiéndolo de todo, aislandole del mundo aún más... Raoul es su pareja, no su hijo, debe dejarse apoyar en él.
- Lo siento, te estoy presionando a hacer algo que no quieres, perdóname, te espero fuera -se resigna el rubio
- No, espera! -le detiene Agoney- te lo voy a contar -se corrige- te lo quiero contar, pero antes me das un abrazo, porfa?
- Claro que sí, "mi niño"
- Eh, no me robes las frases -suelta una pequeña carcajada
Y se abrazan. Y por primera vez en varios años es Raoul quien abraza a Agoney. Es el canario el que se refugia en los brazos de su novio y se permite ser cuidado.
- Qué ha pasado? -susurra Raoul tan bajo que teme que Agoney no le haya escuchado
- Hace unas semanas me llamó mi madre... -explica Agoney- me dijo que mi abuela enfermó
- Dios, lo siento mucho, Ago -le deja caricias en el pelo- verás como se recupera
- Yo pensaba lo mismo... falleció esta mañana -se vuelve a echar a llorar el moreno- ni siquiera me despedí de ella
- Perdón
- Qué?
- No viajaste a Tenerife por estar cuidandome, verdad? -pregunta Raoul- lo siento mucho
- Sabía que si te lo contaba ibas a echarte la culpa -resopla Agoney- si no fui fue por mi culpa, vale? Tú ni siquiera sabías que estaba mal
- Y cuándo es el funeral? -pregunta Raoul
- Este domingo
- Vas a ir?
- No
- Mi amor, es tu abuela y si lo haces por mí...
- Raoul, tranquilo, eres un adulto y un luchador, sé que puedes sobrevivir sin mí -dice Agoney haciendo sonreír a Raoul- pero con qué cara me planto yo ahí después de años sin verles?
- Pues con la cara más bonita del mundo -le coge de los mofletes y le zarandea suavemente la cabeza- es tu familia, te aceptan y te quieren... disfruta de ella y apoyala en un momento tan difícil...
"Haz lo que yo no puedo hacer"
- Muchas gracias
- A mí? Por qué?
- Por existir -le besa la frente
Una vez han llorado todo lo que consideraban necesario, Agoney se ducha mientras Raoul acaba de cocinar (o más bien rehace el plato que con tanta cháchara se ha quemado) y se disponen a cenar y acabar con el día tan agotador que han tenido que vivir.
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FLAMES (Ragoney)
FanfictionCuando Raoul ve a Agoney surge la famosa chispa que anuncia una atracción por la otra persona, lo que ninguno de los dos sabe es que pronto ambos estarán envueltos por las llamas.