Capítulo 25 - San Valentín

865 99 58
                                    

Actualidad

- Me estás diciendo en serio que te zampaste un plato de sopa recién operado? -ríe Álvaro

- Y porque no me dieron más, que sino...

- Qué se siente al tener otros pulmones dentro? -pregunta Ainhoa- o sea es como cuando tenías los tuyos o se sienten diferente?

- Al principio genial, se me acoplaron como si nada -recuerda con nostalgia- luego ya vinieron algunos problemillas de adaptación, pero va a mejor, tranquila

- Problemas como qué? -pregunta Pablo

- A ver pues...

13 de Febrero de 2019

- Ven aquí -le pide Raoul a Agoney desde la cama

- Te has tomado las pastillas? -pregunta en su lugar Agoney

- Luego

- No, Raoul, que si te saltas una toma es un jaleo luego para regularlo -afirma Agoney

- Cariño, me tomo cincuenta y dos pastillas al día -apunta Raoul con desgana- porque no me tome una, no va a pasar nada...

- Primero, sí pasa -justifica Agoney tendiendole el pastillero- y segundo, ahora te tocan unas doce, así que ya puedes empezar

- Esto es un sinvivir -se queja Raoul poniéndose la primera pastilla en la boca

- Amor, necesitar una bombona para respirar sí que era un sinvivir -dice Agoney dedicándole una sonrisa cargada de cariño

- Bueno... me tomo las pastillas -cede Raoul- pero alguna recompensa tendré, no? -pregunta el rubio moviendo las cejas de forma sugerente

- Estás desatado -ríe Agoney negando con la cabeza y acostandose junto a Raoul en la cama

- Hombre, veinte años sin poder hacer esto -posa sus labios sobre los del canario- cómo quieres -le da otro- que esté? -le da otro

Y es que desde que Raoul puede besar sin preocuparse por su salud, siempre y cuando Agoney no tenga ni un síntoma de resfriado, el catalán no hace otra cosa.

- Vale va -ríe Agoney besando de nuevo los labios de su marido- luego hacemos todo lo que quieras, pero ahora tómate las pastillas, por favor

Raoul hace caso a Agoney y se toma el resto de las pastillas bajo la supervisión del moreno. Cuando termina, se acurrucan juntos y comparten caricias y besos hasta que ambos caen rendidos en brazos de Morfeo.

14 de Febrero de 2019

Aire. Necesita aire. Raoul pretende despertar a Agoney a modo de auxilio pero no le salen las palabras, solo jadea. El doctor le dio una pastilla por si alguna vez le pasaba algo así, lo recuerda. La tenía que llevar encima, dónde estará? El batín. El bolsillo del batín, ahí está.

A duras penas intenta levantarse del colchón y una presión intensa le golpea de lleno en el pecho. "Otra vez no" piensa "que sea momentáneo, que solo sea un fallo, no quiero necesitar la bombona otra vez" y sin poder remediarlo, se pone a llorar. Grave error, pues eso hace que se ahogue más.

Y entonces Agoney despierta. Y lo ve agonizando a los pies de la cama.

- Raoul! Qué pasa? -pregunta alarmado acariciándole el pecho

Mediante gestos y jadeos, pues ni siquiera puede hablar, le explica que no puede respirar.

- Y la pastilla?

Raoul señala el batín y Agoney lo comprende a la primera. Se levanta como un rayo y rebusca en el bolsillo de la prenda hasta encontrar el plástico que envuelve la pastilla. La abre y se la tiende a Raoul, quien se la pone en la boca.

- Voy a por agua, no tardo nada, mi amor -sentencia el canario

Raoul le da unas palmadas en el brazo a Agoney para llamar su atención. Cuando el canario se gira, Raoul abre la boca mostrándole que ya se ha tragado la pastilla y que no es necesario que le traiga el agua.

- La práctica hace maestros supongo -ríe Agoney algo más tranquilo viendo que Raoul está empezando a respirar regularmente- estás mejor?

Raoul asiente y empieza a serenar su respiración.

- Gracias, Ago -atina a decir al fin

- No las des, por Dios, mi vida -le da un beso en la frente- quieres que vayamos a urgencias a que te revisen?

- Mi lado cabezota te diría que no -confiesa el catalán- pero las últimas veces que me negué casi me muero, así que por que me revisen no pasará nada, no?

- Muy bien, mi niño, madurando -ríe Agoney

En menos que canta un gallo, los dos chicos se encuentran en el coche del moreno de camino al hospital.

- Anda que... menudo regalo de San Valentín, mi amor -bromea el canario

- Hostia, es verdad! -pone los ojos como platos el rubio- perdona, se me ha olvidado y...

- Relájate, muchacho, que se te vuelve a cortar la respiración -ríe el moreno- no te preocupes por San Valentín

- Pues sí me preocupo, porque es una fecha especial y ahora al fin podemos irnos por ahí a pasar el día en una casa rural o ir a la playa o cualquier cosa romántica y yo me olvido y...

- Raoul, basta -le pide seriamente Agoney- te puedo ser sincero?

- Es lo único que te pido

- Desde la primera vez que creía que te iba a perder, he vivido todos los días de nuestra vida como si fueran San Valentín -afirma el mayor aprovechando que tiene la mirada fija en la carretera y no puede ver como Raoul se sonroja- y el mejor regalo siempre era despertar y verte ahí un día más, así que de verdad, no te preocupes

- Te quiero muchísimo -dice sinceramente Raoul sin saber muy bien qué decir tras la confesión de su marido- y tú no solo eres el mejor regalo de San Valentín que podría tener, también eres el mejor regalo de vida y no sé qué haría sin ti, la verdad

Agoney, una vez ya aparcado el coche, simplemente le dedica una tierna sonrisa y le da un beso suave en los labios.

- Feliz San Valentín -dice con una sonrisa Agoney antes de besar de nuevo a Raoul

- Feliz San Valentín, Ago -le devuelve el beso el rubio

Y ambos se dirigen de la mano hacia el interior del edificio de urgencias, donde tras unas cuantas horas de espera y de pruebas, descubrirán que ese San Valentín no iba a ser tan feliz como se habían deseado los dos entre besos en el coche del canario...

FLAMES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora