Cattleya -[Yoontaegi]

#0.3 Jung Yoongi.

❝Mas y mas profunda, la herida solo se hace más profunda❞—Stigma, Kim Taehyung.        

Observar la rapidez con la que aquel rubio terminaba con aquellas personas le resultaba fascinante, era tan ágil y rápido al igual que Jungkook, pero por desgracia el menor prefería quedarse fuera de aquellos asuntos y ayudar desde fuera, sentado tras una computadora.

Jimin alzó la pierna golpeando el rostro del último de sus contrincantes y con la respiración agitada levantó el pulgar en señal de que estaba bien. Apoyó sus manos en sus muslos intentando regular su respiración, sin duda el fumar le estaba pasando factura, su resistencia no era igual que antes. 

Un Hoseok cubierto de sangre y con una gran sonrisa en el rostro alzó el pulgar al igual que Jimin. 

—Objetivo listo —murmuró Jungkook por el auricular, provocando que tanto el rubio y el pelirrojo chocaron puños haciendo sonreír a Yoongi.

El pelinegro se alejó del lente del fusil para comenzar a desarmar su arma y guardarla, sin embargo unos pasos tras su espalda lo alertaron, con lentitud deslizó su mano por sobre su torso hasta llegar a la cadera, donde tomó su revólver que guardaba al interior de su pantalón.

Sin pensarlo se giró alzando el revólver de modo que se encontró frente a frente con una bella chica de cabellera negra, quien sonrió con fingida inocencia. 

—Miren que tenemos aquí, una bella dama —sonrió el pelinegro quitándole el seguro a su arma, la chica imitó su acción—. Sería una pena quitarte la vida.

—Hoy no seré yo quien muera —comentó la joven sin dejar de sonreír, avanzando un paso hasta él.

Típico error de principiante.

—Pues yo tampoco cariño, yo tampoco moriré hoy —en un rápido movimiento avanzó hasta ella y le dobló el brazo obligándola a soltar el arma—. Tan linda y tan lenta —susurró en su oído estremeciendo a la pelinegra—. Quizás en otra vida puedas acabar conmigo, porque en esta mueres tú cariño —posicionó el revólver en la nuca de la joven y jaló el gatillo, sin dudar.

Porqué Min Yoongi nunca dudaba a la hora de matar.

—¿Yoongi estás listo? —cuestionó el menor observando a Jimin y Hoseok correr hacia la camioneta—. Solo faltas tú.

Observó el cuerpo de la joven sobre el suelo, para continuar con lo que minutos antes había sido interrumpido.

—Ya voy, tuve un pequeño y bello percance —se agachó a la altura de arma y la guardó en el estuche correspondiente, el cual colgó sobre su hombro, para luego ponerse de pie—. Pero tranquilo ya me hice cargo —del interior de su pantalón tomó una pequeña flor y la dejó caer sobre el cuerpo de la joven.

Dio un último vistazo a la joven y sonrió divertido, aquella mocosa quería matarlo, bajó de aquella azotea con una sonrisa divertida en el rostro.