Cattleya -[Yoontaegi]

#13 Voluptatem. (1/3)

❝Ambos estamos cansados y aferrados a la misma carta.❞  —Seesaw, Suga (BTS).

Jungkook barrió su cuerpo con la mirada, el menor no estaba del todo convencido con aquella descabella idea de parte de Yoongi, sobretodo cuando solo ellos dos tenían que ejecutarla sin ayuda de alguien más, siempre habían sido los cuatro, pero estaba vez solo eran ellos.

Y eso lo inquietaba, porque si algo pasaba no tenían un respaldo que los cubriera, que le fuera de ayuda.

—Sigues pensando que hacer esto es una estupidez, ¿cierto?  —el castaño asintió en respuesta haciendo sonreír al pálido—. Bien, si quieres vete —Jungkook lo observó con seriedad, Yoongi quería jugar con sus emociones no era idiota.

—Sabes que nunca te dejaría solo, pero es que no terminó de comprender el objetivo de esto —murmuró observando el interior de la camioneta, la cual estaba perfectamente equipada para cubrir las necesidades de sus misiones, desde tecnología hasta armas mortales.

Yoongi terminó de acomodar el cuchillo en su cadera y suspiró.

—Ni yo, pero hay algo con ese chico que me inquieta —comentó posando una mano en el hombro del menor—. Sabes que nunca nos pondría en riesgo por nada —acarició su cabello con ternura.

—Aun así debimos traer a Jimin y Hoseok con nosotros —Yoongi nego.

—Con nosotros es suficiente, además hoy tenían un pendiente por si no sabías.

Y claro que lo sabía, el solo recordarlo lo hacía enfurecer. Hoseok lo había dejado fuera del nuevo trabajo y se marchó con Jimin, excusándose de que no requerían de sus habilidades "tecnológicas", lo cual era totalmente falso, sin él no podían dar un paso sin ser descubiertos, porque Jungkook era los ojos de la misión, siempre lo era.

—Que mas da, solo seremos nosotros  —farfullo Jungkook girandose en su silla, para luego comenzar a mover las manos rápidamente sobre aquel teclado.

Estaban de vuelta.

Desde que Yoongi había entrado a trabajar como modelo en aquella estúpida empresa, Jimin, Hoseok y sobretodo Jungkook le habían prohibido volver a involucrarse en los trabajos sucios, algo que lo había molestado bastante, porque su deseo de hacer justicia crecía con cada día que no podía enterrar un bala en aquellas cabezas podridas.

—Y sobre esto —señaló a ambos—. No puedes comentarlo con ellos, sabes como se pondrá Hoseok cuando se entere que desobedecí sus órdenes —imitó la voz del pelirrojo, Jungkook solo se limitó a sonreir.

Cuando Hoseok se enterará iba arder troya y más si descubría que Jungkook lo había ayudado.

—¿Nos vamos? —cuestionó el chofer, ambos giraron sus cabezas en su dirección.

—Sí, distrito Jung sé sigiloso.

—¿Alguna vez te he decepcionado? —cuestionó nuevamente aquel chico sonriendo, pero rápidamente la borró y volvió hablar—. Nuestra relación no cuenta, estamos hablando de trabajo Yoongi —el nombrador rio.