#0.4 Sonrisas falsas.

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❝ Las personas pueden ser muy astutas—Seesaw , Suga.     

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había cambiado ropa interior, quizás unas ¿20 veces?, aquel peligris ya le estaba hinchando la pelotas con tanta foto, él solo quería terminar esa mierda y volver a casa para poder matar a Jungkook, a...

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Ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había cambiado ropa interior, quizás unas ¿20 veces?, aquel peligris ya le estaba hinchando la pelotas con tanta foto, él solo quería terminar esa mierda y volver a casa para poder matar a Jungkook, aquel mocoso nunca específico que clase de modelo sería.

Taehyung al contrario de Yoongi se encontraba fascinado tomándole foto, su piel pálida contrastaba tan bien con su cabello negro que con cada minuto que pasaba se le hacía más atractivo.

Yoongi era perfecto para lo que necesitaba, no había duda, tenía que ser él.

—Bien, pueden tomarse un descanso —comentó el peligris observando el monitor que contenía las fotos, gritos de felicidad no tardaron en oírse irritando a Taehyung—. 1 hora y contando —eso bastó para que todo el personal corriera lejos de aquel estudio.

Yoongi caminó en dirección a los camarines para poder cambiarse, pues no iría a comer en ropa interior.

Se deslizó dentro del pequeño recinto y se quitó la única prenda que cubría su cuerpo quedando completamente desnudo y sin pensarlo se ducho, quería quitarse todo aquel maquillaje que habían puesto en su cara.

Ya después tenía tiempo de ser regañado y tratado como un muñeco.

—¿Seung-shi sigue sin responder tus llamadas? —aquello bastó para darle fin a su ducha, al curioso de Yoongi siempre le encantaba oír conversaciones ajenas.

—Ya van dos semanas y nada, ¿le habrá pasado algo? —cuestionó de vuelta a la otra joven.

—Quizás esta ocupado, recuerda que se fue con muy buenas recomendaciones al extranjero.

—Tienes razón, debo dejar de preocuparme.

Salió de la ducha envolviendo una toalla alrededor de su cintura, la sensación de estar siendo observado lo puso alerta, pero se relajó rápidamente al pensar que solo eran las chicas del staff que estaban siendo demasiado curiosas.

Al menos eso quería creer.

Tomó sus cosas del pequeño casillero frente a él y rapidamente terminó de vestirse para luego proceder a salir del camarín, no sin asegurarse de llevaba todo.

Su celular vibró al interior del pantalón haciéndole cosquillas por el roce que este provocaba contra su pierna, sus dedos se deslizaron dentro del pantalón tomando el aparato.

 Observó el remitente y contestó;

—Chim-chim~ —recargo el celular entre su hombro y oreja, para poder abrochar uno de los botones de su manga, aquel era un botón rebelde, no se dejaba abrochar pero fácilmente se desabrochaba.

Cattleya -[Yoontaegi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora