Cattleya -[Yoontaegi]

#19 Kim Soojuk.

❝¿Me estas llamando pecador?❞ —Stigma, Kim Taehyung (BTS).   

Las facciones del menor cambiaban con cada palabra que salía de la boca de Yoongi, aquel pálido había pasado por un montón de situaciones la noche anterior, tanto comprometedoras como osadas.

Yoongi nunca dejaba de sorprenderlo.

—y casi me tiro a Taehyung en la cocina —terminó de relatar el pálido sonriendo con picardía. Jungkook negó divertido.

—Hace un par de días no soportabas tocarlo, ¿qué ha cambiado? —cuestionó con un toque de burla en su voz. La sonrisa de Yoongi decayó.

La verdad es que ni él lo sabía, solo quería creer que todo era por la necesidad de completar su tarea con éxito, quería creer que no necesitaba sus manos sobre la piel de Taehyung.

Quería mentirse asimismo.

—No lo sé —confesó —. Supongo que quiero terminar lo antes posible con todo esto, podríamos decir que estoy tomando el camino más viable ante mis ojos.

Un par de jóvenes irrumpiendo en la oficina obligándonos a guardar silencio.

Jimin entró a paso lento que se complementaban con grandes zancadas y tomó asiento junto a Yoongi, quien solo mantuvo su expresión neutra. Luego le siguió Hoseok quien a diferencia del rubio, este camino con rapidez sentándose junto a Jungkook, quien no pudo evitar soltar un suspiro de molestia, tal parecía que su cómoda charla había pasado a hacer una reunión de trabajo.

Sucio trabajo.

Jimin tomó la carpeta llevaba entre sus brazos y la posó sobre la mesa dejando oír un fuerte golpe, Jungkook lo fulminó con la mirada, pero el rubio solo se limitó a sonreír.

—No es que quiera arruinarles la fiesta, pero ¿qué haces aquí Yoongi? —cuestionó Jimin, entrelanzando sus manos sobre la mesa, para luego dirigir  su mirada hacia el pálido.

—No tengo trabajo hoy, Taehyung me dio unos días libres, según él mi cuerpo se ve muy tosco frente a la cara y necesito relajarme —mintió. Aunque no era del todo una mentira, Taehyung si le había dado unos días libres para que descansara de su herida de bala, pero aquello Jimin no lo sabía.

Y no lo sabría por el momento.

—Pero que buen jefe, ¿no crees Jungkook? —cuestionó en respuesta al menor, quien solo se apego al respaldo de la silla cruzándose de brazos en el proceso.

—Buenísimo y encima de que esta muy guapo, si me ofrece trabajo encantado me voy —sonrió con cinismo. Hoseok empuñó ambas manos bajo la mesa lejos de la mirada de Jungkook. Aquel mocoso siempre sabía como callarlo—. ¿De casualidad necesita un economista? —miró al palido a su lado.

Yoongi comprendió con rapidez aquel  infantil juego.

—Mmm, creo que no —respondió el pelinegro acariciando su barbilla con diversión. Aquel par era tan infantil cuando de celos se trataba—. Pero si sé algo al respecto te aviso —le guiñó un ojo al menor, a Yoongi le encantaba provocar a Hoseok y aunque había tenido multiples problemas por eso, nunca perdía la oportunidad de joder a su amigo.