Cattleya -[Yoontaegi]

#23 Excepción. +18

❝Por favor, seca mis ojos.❞ —Stigma, Kim Taehyung (bts).

Unos sollozos a su lado lo despertaron de su reparador y profundo sueño, abrió los ojos desconcertado, pero rápidamente se sentó sobre la cama al conocer de donde provenían estos. Con cuidado sacudió el delgado cuerpo de Taehyung, quien parecía en medio de una desagradable pesadilla.

—Namjoon, Seokjin, sangre —murmuró entre sueños con lágrimas mojando sus rosas mejillas a causa del llanto —como fui tan estúpido.

Aquello desconcertó al pálido, pues no tenía ni idea de lo que se refería el menor, pero de algo estaba seguro es que toda información era de gran ayuda.

Volvió a sacudir el cuerpo de Taehyung logrando que este abriera los ojos y los volviera a cerrar nuevamente a causa del sol que inundaba la habitación.

La primavera ya daba indicios de su pronta llegada.

—Taehyung, ¿estás bien? —se acostó de lado junto al menor, pasando un brazo por debajo de su cuello, para que este apoyara su cabeza—. Sé que llevamos poco tiempo conociéndonos, pero puedes confiar en mi —acarició su cabello.

—No es nada, solo un mal sueño —abrió los ojos encontrándose con el rostro del pálido a escasos centímetros del suyo—. Olvídalo —sonrió.

—Lo que tú digas —sabía que no podría extraer información con tanta facilidad, por lo mismo debía trabajar más duro, para que así el menor confiara sus más oscuros secretos en él.

Aunque la esperaba lo mataba, tenía que ser paciente.

—No te enfades —pidió acomodándose de lado al igual que el mayor, quien tenía la mirada fija en el techo de la habitación—. Solo dame algo de tiempo, necesito estar listo y seguro de que no huirás de mi.

—Jamás huiría de ti —aseguró Yoongi depositando un beso sobre la frente de Taehyung.

—Incluso si he matado, ¿seguirías a mi lado? —cuestionó el peligris mirando el rostro del pálido, por un momento tuvo miedo de que se apartara de su cuerpo, pero para su sorpresa Yoongi sonrió y volvió a besar su frente.

Yoongi no pudo negar que aquella pregunta lo había descolocado un poco, porque aunque fuera uno de los hijos de Soojuk, nunca podría imaginar a Taehyung matando una persona.

Tener un aspecto angelical siempre le había sido útil al menor, inclusive para librarse de las consecuencias de los trabajos sucios de su padre.

—Incluso si lo has hecho, algún motivo habrás tenido —comentó acariciando sus labios—. Porque siempre hay un motivo para todo, uno no mata porque si cariño —aseguro mirando los grandes ojos del menor.

Ambos se mantuvieron en silencio disfrutando de la compañía del otro, sus cuerpos desnudos solo eran cubiertos por una fina sábana de seda, la cual había sido testigo de la desenfrenada pasión entre los jóvenes la noche anterior.