》Capítulo doce : Anhelo.

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Capítulo Doce

Goku se llevó al menor con él,abandonando la cocina y caminando torpemente por la sala,hasta llegar al pie de las escaleras.

—¿Quieres...—encaró al más joven con temor a lo que diría.

Lapis sólo tenía sus ojos fijos en los labios contrarios,que lucían humedecidos y enrojecían por las mordidas que él mismo le había propinado.

Quería todo el él.

Al no haber palabras, fue entonces cuando ambas miradas se conectaron y ya no hubo necesidad de cuestionar nada más,no había caso negarse a lo que quería desde hace tanto tiempo.

Acercándose al segundo piso de la casa , subiendo escalón a escalón , los dos amantes sabían a dónde dirigirse, el más fuerte quería tratarlo como sentía que merecía ,como si tuviera frente a él a un perfecto espejismo de algo que no podía ser.

Fueron recibidos por el cálido ambiente de la desordenada habitación , que yacía en aquellos momentos debilmente iluminada por los últimos rayos de una claridad,casi extinta por la negrura que se asomaría pronto.

Goku se separó de el otro cuerpo unos segundos, para despojarse con genuina desesperación de la camiseta color claro que vestía hasta hace sólo un momento y lanzándola en un rincón próximo a la puerta.

El ojiazul sólo podía limitarse a observar, a aquel hombre que no podía ser más gratificante y sensual a la vista.

Sus orbes claros viajaban de aquí a allá, pudiendo contemplar lo exquisita que podía ser realmente la anatomía Saiyajin.
La sangre se acumuló en sus mejillas, así como un intenso calor fluyó por su rostro y llegando hasta sus orejas, su verguenza era distinguible hasta en el más oscuro de los rincones.

—¿Qué sucede?—acortó la distancia entre ellos con una mueca burlesca en su rostro.

Diecisiete desvió el rostro,en un vano intento por ocultar su expresión.

—Que lindo eres cuando te averguenzas—besó una de sus comisuras.

Esta vez fue Goku el sorprendido por la mano ajena que se aventuraba con algo de timidez por su blanquecina piel, palpando con tortuosa lentitud cada músculo de su marcado torso,producto de toda una vida de entrenamiento.

Los suspiros salían de sus labios ahora entre abiertos, aquel tacto por parte del más joven le quemaba como si se tratara de una ola de fuego que encendía todo a su paso.

—Lapis...

El Androide se detuvo al oir al azabache pronunciar su nombre con su tono de voz ronco y cargado de lasciva,su corazón se aceleró por la expectativa que crecía segundo a segundo por la situación.

—Mi turno.

No pudo replicar ante tan aplastante determinación del Saiyajin, quien se aproximó para tomarle de la cintura, apretando allí el agarre, ansioso y posesivo.

Una lluvia de besos fueron repartidos por el cuello del menor, que ahora respiraba con más rapidez, Goku mordía levemente los extremos de su mentón hasta llegar a una de sus orejas, desprendiendo su cálido aliento allí.

—Estás igual que yo.

—¿Q-Qué dices?—sus latidos aceleraron ante la cercanía.

Sin ningún pudor el Saiyajin llevó una de sus manos hasta a la entrepierna de su compañero.

—Aquí...me necesitas.

Tras aquellas palabras empujó con fuerza al ojiazul hacia la cama, sin darle tiempo de replicar se hincó a horcajadas sobre él y separó sus piernas con las suyas.
En medio del cálido beso Goku se tomaba el tiempo de acariciar todo a su paso, tratando de no ser brusco con él, y quitándole el polar que llevaba el menor, contemplando así por primera vez aquellas porciones de piel hasta ahora desconocidas.

Acercándome a Ti |Goku × Número 17| ¡Completa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora