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Miriam:

Mientras miro la tele algo ida pensando en lo de mañana, en Mimi, en mañana y umm en ella de nuevo, me sonrojo. ¡Maldita sea en que momento pasó esto! Para luego forzarme a pensar que mañana, tengo que tratar de no tirar mierda a mí alrededor, puedo ser verdaderamente pesada.

Escucho el sonido de un mensaje, mi móvil seguramente se ha cargado ya.

"¿Te dije que me encantó pasar unos días contigo? Bueno, creo que ahora lo estoy extrañando... echaré de menos tus besos de buenas noches y de buenos días. Espero verte pronto y no haberte despertado o algo así. Besitos"

Cuando lo termino me sorprendo a mí mismas con una gran sonrisa, es decir... ¿Cuándo cambié mi expresión habitual?

Luego veo otros del fin de semana, esta los de Amaia y Mireya, vaya... quizás de verdad quieran solucionar las cosas, llevan unos meses diciendo de quedar. Hago una mueca al ver el último. "¿Aún sigues con la niña esa? Sabes que a ti no te gusta eso y ella lo notará" Pablo.

Qué asco. Que bajo ha llegado como odio no adivinar el futuro, de haber sabido con quien me metía jamás hubiese aceptado la primera cita. Claro, siempre todo empieza bien, risas, compañía, proyectos y luego, a la mierda. Aunque era él generalmente el que aportaba las ideas, era algo egoísta pero se podía llegar a un acuerdo. A veces no me acompañaba en cosas que eran importantes para mí, como pasatiempos y mi familia. Lo excuse pensando en que simplemente no éramos iguales y que estaba bien disfrutar lo nuestro aparte. Debo reconocer que siempre me dio mi espacio y fue respetuoso con eso, aunque no le gustara. Inevitablemente no puedo evitar pensar en que con Mimi es distinto, quizás no sea mi... novia, miro a otro lado, pero ella disfruta conmigo, mis pasatiempos y no es molesto que se incluya, de hecho lo hace más divertido, recuerdo su cara al escoger libros y al ver los míos e incluso puede entablar una conversación con mi familia, hasta bromea con mi padre. Pablo lo odiaba.

Niego rápido, no quiero caer en compararlos, no con la mierda que acabo de leer.

Al otro día:

Cojo un taxi hasta donde quede con mis "ex amigas", es un bar bastante bonito, las espero en la entrada.

-¡Miriam!- me asusta Amaia y me abraza mientras estoy quieta, odio los sonidos fuertes.

-Ya ya suelta- digo enderezando la espalda.

-Lo siento, Miri, lo siento- me mira triste pasando una mano por un mechón de su pelo.

-Deberíamos esperar ah...

-¡Ya llegue!- sale Mireya de un taxi- lo siento, el tráfico.

-El pelo- susurra Amaia. Hago una mueca, ambas sabemos que se alisa demasiado el pelo.

Entramos y me sorprendo de los vasos, son enormes.

-No pongas esa cara, tú nunca estás ebria- dice Amaia.

Esto solo lo sabe Aiti y Raoul cuando salimos una vez a beber para sus cumpleaños, tengo un aguante tremendo, ni yo lo sabía. Me pregunto qué diría Mimi de esto. Sonrío.

.Ey- sonríe Mireya- ¿Cómo esta Mimi?

Enrojezco.

-Bien- mascullo.

-¿Qué me perdí?- dice Amaia pasmada.- ¿Quién es Mimi? Te pusiste roja- sonríe de oreja a oreja.

-Mi... mi novia- digo bebiendo para bajar el calor.

Mimi va a matarme... O quizás no...

-A laa ¡me alegro!- se sorprende.

-Y es de su trabajo- dice Mireya.

Ella es perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora