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Mimi

Suena la alarma. Miriam me da la espalda mientras la abrazo. Siento su mano sobre la mía, la saco suavemente para apagar el artefacto del demonio.

Miriam...

-Estoy despierta- susurra.

-¿Y si nos quedamos? Bromeo. Se gira y entrecierra los ojos.

-Tú no puedes faltar- me reta.

-Sí, sí, ya lo recuerdo- digo desganada- ¿te bañas conmigo?

-No tengo ropa para cambiarme- hago un puchero.

-Me abraza- la próxima vez.

-Está bien, pero me las pagaras- digo besándola, hasta que nos empezamos a descontrolar un poco.

Miriam se separa.

-Trabajo- susurra agitada con una mirada significativa.

-Ah sí- sonrío. Lo positivo es que... ya desperté.

Miriam se viste y me da un besito para irse a su piso a arreglarse.

Voy al garaje y la veo mientras camina a su coche, se detiene y bosteza, está algo ojerosa ahora que la miro, se nota que ha trasnochado.

-¿Te llevo?- pregunto detrás de ella.

-Y como vuelvo- se indigna.

-¿Te traigo?- vuelvo a preguntar con el mismo tonito.

-Sólo porque... tengo sueño- masculla yendo a mi coche.

-No llevas bien trasnochar ¿eh?

-Para nada, necesito al menos dormir 6 horas. Tú no te ves mal- dice mirándome y ruborizándose un poco.

-Ah, es que puedo trasnochar al menos un día- sonrió- Aunque más tarde creo que necesitaré algo de cafeína.

-Sí, yo también- suspira.

Cuando llegamos al parking de donde trabajamos, me quedo mirándola.

-¿Qué?- entrecierra los ojos.

-Bésame- levanto sexymente las cejas.

-No- se quita el cinturón.

Luego me mira y yo estoy con la cara más lastimera del mundo posible. Niega con la cabeza. Y se acerca dándome un suave y cálido beso; nos separamos y sonreímos a la vez. Awww la mirada de Miriam, la podría mirar todo el día.

-Vamos- dice despegándose y bajando.

La sigo.

Fue incomodo, aunque ya lo sospechaba, llegamos y me siento. Los demás me miraban con curiosidad, sólo dejaron de mirarme cuando llego Patricia. Miriam tiene esa capacidad de "a mí no me miren, no tengo nada que ver con estas dos" así que está ojerosamente tranquila trabajando.

A la hora del descanso para comer, Patricia me mira, respira profundo y se levanta para ir a comer, agarro su muñeca.

-¿Podemos hablar?- será sólo un momento.

Asiente.

Miriam pasa por mí lado y me sonríe.

Descodificando mensaje...

Miriam: "te dejaré sola porque tengo sueño y hambre, pero si te pasas de lista te dolerá mucho"

Trago saliva haciéndome la que no vio nada.

-Dime- dice Patricia apoyándose en la mesa. Me pongo de pie.

-Quería pedirte perdón por haberte gritado- la miro tratando de transmitirle toda la sinceridad que puedo- quizá fue un error, pero tu intención fue buena... y perdí la cabeza... Patricia me mira y decido ser sincera pero sin meter a Miriam.

Ella es perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora