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Miriam

-Eh... está bien ¿Y por qué?- Mimi me mira curiosa.

-Porque sí, ¿Acaso no harías eso por mí?- hago un puchero manipulador.

-¡Claro que sí! ¡Prometo hacerlo en orden!- sonríe. Esa actitud tan linda debería ser ilegal.

-Está bien- digo bebiéndome mi vaso de golpe y me levanto enseguida.

-¡eh! ¿Ya te vas?

-Por supuesto, ya hice lo que venía hacer- digo seria.

-Pero... pero...- Mimi me mira con los ojos brillantes.

-¿No puedes vivir sin mí, eh?- le tomo el pelo.

-Claro que puedo, adiós- dice dignamente y enciendo la tele sin prestarme atención, me encojo de hombros y camino, hasta que mi pierna derecha no me responde.

-Quédate- dice Mimi sujetando mi pierna con las suyas infantilmente. Siento una especie de satisfacción de mujer controladora.

-Está bien- le sonrío- iré a buscar mi cepillo de dientes.

-Bien- sonríe Mimi.

No tardo mucho y vuelvo. Mimi está sirviéndose más vino y viendo la tele atentamente.

-¿No te sentara mal beber tanto?

-Nah, sólo terminaré la botella. Así que...- mueve la mano sexymente- ven.

-Como negarme- ironizo.

Nos quedamos sentadas y relajadas hasta que noto a Mimi mirándome mucho.

-¿Qué? ¿te gusta lo que ves?- bromeo.

-Me encanta- susurra dándome un besito- Sabes, antes de llegar a trabajar donde estamos, Ricky me dijo que podría encontrar el amor o algo así- dice acariciando su nariz con mi cuello, la miro sin expresión y ella me mira relajada- No pensé que fuera verdad... y menos que serías tú.

¿Escuchan eso? Es mi corazón rompiéndose en mil pedazos.

Nah.

-Si bueno, yo tampoco, solo me parecías una idiota cuando me saludaste- digo bebiéndome el vaso de golpe y cruzándome de brazos.

-Ey, no te enfades- hace un puchero- si lo era un poco, pero no cambiaría conocerte por nada, y mucho menos lo que hemos pasado. Si lo vieras como una historia romántica escrita, quizás nos leerían- dice con los ojos brillantes.

-No te pongas cursi- aunque estoy de acuerdo.

-Si este no es el amor del que me habló Ricky, entonces no existe.

-Ya te pasaste- digo con los ojos vidriosos. ¿Es idea mía o me está diciendo que está enamorada de mí? Pienso con el corazón a mil por segundos.

-No llores- suspira llorosa.

-No lloro- digo mientras una lágrima se desliza por mi cara- tú lloras.

-Es difícil no hacerlo cuando lo que siento por ti me supera- dice abrazándome. Se recuesta lentamente y nos quedamos en silencio. Me acaricia el pelo (el cual no dejo que nadie toque, solo ella) y me besa la frente. Levanto mi cabeza sin abrir los ojos y siento su boca sobre la mía. Nos damos varios besos, y luego recostadas respiramos el mismo aire.

-¿Estás bien?- suspira Mimi.

-Mejor que nunca- sonrío aún. Paso una pierna sobre las suyas y la acerco a mí.

-Ey- se ríe Mimi bajito.

Te quiero toda para mí.

-Soy toda tuya.

Ella es perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora