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Estoy enfrente del bar/karaoke, vine en transporte público así que lo cogí antes por si había mucha gente y mucho tráfico; pero no, aquí estoy 5 minutos antes. Esta oscuro, es entendible siendo invierno y la hora que es, puedo escuchar risas dentro. ¡Y es viernes! Está lleno. Espero que mis amigos lleguen pronto, me siento sola. Un chico me mira a lo lejos y me sonríe. Hago una mueca de sonrisa y miro a una farola de la calle haciéndome la loca.

-¿Tienes fuego?- me dice el mismo chico, tiene el pelo castaño y corto.

-Ah, no, lo siento no fumo.

-Ah vale- hace un puchero algo fingido. Se aparta para volver donde un tipo de una contextura parecida y pelo negro.

Miro a mi alrededor, ahora que lo pienso, todos los que salen del local lo hacen para fumar. Así que hay unas cuantas personas por aquí, ¿Por qué me pidió fuego a mí?

-¡Mimiiii!- me abraza Ricky- no puedo dejarte ni un segundo sola- Bromea susurrándome. Me río un poco avergonzada.

-Te diste cuenta de lo de ese chico- digo disimuladamente.

-Sí, aparcamos hay atrás. Kibo te señalo en realidad- se ríe. Lo sigo y abrazo a Kibo.

-¿Y el resto de mariconas?- bromeo después de habernos sentado y haber pedido.

-Agoney y Roi deberían de llegar ya, dijeron que les quedaba poco- dice Kibo despreocupado.

-Ana estará terminando de arreglarse y Alfred ya sabes- se ríe Ricky.

-Sí, tienes razón.

-¿Y tú no-novia?

Ahora es cuando pongo cara de una chica fan enamorada.

-Me dijo que llegarán más tarde, se juntará con sus amigos también a las 9 y vienen juntos para acá, no se la puntualidad de sus amigas y cuánto tardarán en llegar.

-¿La extrañas?- dice Kibo.

Hago un puchero.

-Sí.

-Aaaah- dice con los ojos brillantes.

-Y eso que no está Ana- ironiza Ricky- por cierto ¿Y el alcohol?

-Iré a ver qué pasa- digo un poco incomoda por la mirada enternecida de mi otro amigo.

Hablo con la chica que nos sirve y me dice que ya iba a traerlo y aprovecho para decirle que seremos más. Miro hacia la puerta y me quedo inmóvil, a través del cristal de la ventana veo el perfil de Miriam hablando con Mireya y ahí es cuando; (inserten música cursi) se va el sonido, me acerco donde esta ella, abro la puerta, la abrazo levantándola del suelo y le doy un beso. Miriam se ríe y nos despegamos un poco cuando la bajo. Bueno un poco, en realidad sigo agarrándola.

-¿Cómo sabias que estaba aquí?- dice Miriam bajito en mi oído.

-Por la ventana, me acerque a preguntar por qué tardaban en servir, y te vi al mirar por ella.

-¡ah! Ya veo- dice Miriam y nos soltamos. Me despego de ella tomando por fin importancia a lo del alrededor y veo a su amiga con los ojos emocionados mirándonos como si fuéramos una película romántica. Mierda me acorde de Ana.

-Hola Mireya- digo.

-Hola- dice saludándome emocionada.

Escucho un carraspeo.

-¿Así que Mimi verdad?- se acerca una chica de pelo color castaño acompañada de un chico moreno.

-Eh, sí- digo un poco sorprendida.

Ella es perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora