VI

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El siguiente día solo pudo sentirse mal. No iba a dar marcha atrás, sin embargo tenia que dar la leche que sus "senos" habían adquirido que eran para una semana de leche materna para el bebé, tomando un libro para distraerse. Sintiendo su lobo interior reprocharle y moviéndose de un lado a otro inquieto.

Bufo, al menos pasaría una semana entera en descanso, en su cuarto y teniendo en cuenta de que no vería al bebé ni sabría nada de él. Suspiro profundo, la tristeza no desaparecía por más que lo intentará.

Aun cuando dejó de verlo o saber del bebé por casi dos meses enteros, ayudando y distrayéndose de ir al área de bebés en adopción, ignorando a los niños que pasaban a su lado al correr junto a sus madres. Se sentía horrible con solo recordarlo.

De seguro alguien ya lo adoptó. No tengo de que preocuparme.

Pensaba, caminando llevando un pequeño carrito con unas cuantas sabanas, cambiándolas por las sucias de los cuartos, mirando a su alrededor, observando a lo lejos a una madre cargando a su bebé en brazos, cantándole quien sabe que cosa, dando leves palmadas en su espalda. Volviendo a sentir a su lobo rasguñar su interior.

-Ya vasta.- Le pidió, siguiendo su camino. Aun si vivía en ese lugar tenía que cooperar. Llegando a un lugar un poco apartado, notando a unas personas que no conocía cargando a un bebé. Distinguiendo a un alfa. Siguió caminando, escuchando varios sollozos del pequeño.

-Ya, ya, mira, aquí esta tu juguete.- Esta se alejo al percibir que casi le pateaba el niño.- Creo que este no sera. Y es tan lindo.

-Bueno, vendremos mañana. Ya tenemos que irnos..... ¡Oye!.- Escucho que le llamaron, volteando a verlos, mirando al alfa acercarse le. Sintiendo asco al silo verlo.- Disculpa, estamos un poco retrasados, y queríamos pedirte que llevaras a este pequeño al área de bebés adoptivos.

-¿Al... Área de bebés adoptivos?.- Repitió sintiendo incomodidad.

-Si, por favor, tenemos que ir a ver a mi madre antes de que la hora de visitas se termine. Por favor.

-... Esta bien, dame al bebé.- Le dijo, recibiendo al pequeño, quien sólo comenzó a llorar al sentir sus brazos. Parece que no le caía bien. La pareja se fue, dejando al pelirrojo cargando del pequeño, sosteniéndolo antes de dirigirse al área de bebés adoptivos. En verdad no quería ir, pero no pudo oponerse. Solo quería dejar de oler ese aroma a alfas que tanto le asqueaba recordar.

El bebé no paro de llorar en ningún momento, mientras tanto se aferraba a el como si su vida dependiera de ello, sintiendo su lobo más calmado, probablemente por sentir a un bebé y poder consolarlo. Cuando llego al área de bebés adoptivos, entró, sintiendo el olor de talco para bebés y el delicado y dulce aroma que estos desprendían.

-Ah, Karma-kun. Que alegría que vengas, ¿que pasa?.- Le preguntó una chica que estaba ahí, jugando con los pequeños que ya podían salir de sus cunas.

-Una pareja se llevó a este bebé, y lo traje aquí para dejarlo.- La chica miro más detenidamente al bebé, sonriendo en forma de melancolía. Inquietando al pelirrojo. Esta acercándose para tomar al bebé, que inmediatamente se negó a soltar al pelirrojo. Terminando perdiendo y estirando sus manos hacia él, abriendo los ojos para que el color ámbar se mostrará. Colocando mas nervioso al pelirrojo que tenia los mismos ojos que este, a la vez su corazón daba un gran vuelco al verlo mejor.

-Gracias por traer a Satō de vuelta.

¿Escuchó bien?

-¿S- Satō?.- Repitió, casi en un quejido lastimero que salio de sus labios.

-..... Ya veo.- agachó la mirada para ver al bebé.- No reconocisteis a tu bebé, la mayoría de omegas los reconocen al instante al verlos, pero tu no. ¿No me digas que no viste su rostro?. Oh, Karma-kun. No sabes cuanto este bebé a llorado porque lo tengas en tus brazos, no me sorprende que no se quiera separar de ti.- Menciona, dejando que este mirara más fijamente al pequeño. Que no dejaba de llorar porque lo vuelva a cargar.

¿Tanto daño le había hecho?

No soportaba la idea de hacer llorar a alguien. Dejo que su instinto saliera para sostenerlo, cargándolo antes de abrazarlo intentando no lastimarlo al hacer fuerza para sentirlo mejor. Se sentía la peor persona, lo dejo solo por 2 meses, llorando sin ningún consuelo, despreciándolo apenas lo tenia, abandonándolo como lo hicieron sus padres con él. Sentía su pecho y mejillas húmedas.

-¿A- aun puedo tenerlo?.- Preguntó, sin poder observar la sonrisa de su compañera, quien se limpiaba unas pocas lágrimas por la escena que veía.

-Es tu hijo, siempre te ha pertenecido.- Respondió, escuchando los sollozos aun más fuertes del pelirrojo. Quien sentía su pecho oprimirse y desgarrarse.

-Perdón.... Perdón.- Repitió, acariciando la espalda y nuca del pequeño, quien no dejaba de abrazarle, sintiéndose tranquilo al oler a su madre y saber que estaba en sus brazos.

Ambos se extrañaron, se querían tanto y no se lo habían demostrado hasta ese día.

-Des- desde ahora estaremos juntos..... Ah... Te lo prometo.- Le dijo, sintiéndose tranquilo al decir aquellas palabras, no lo iba abandonar como planeaba. Lo necesitaba en su vida para saber que tenía a alguien por quien seguir adelante. En verdad quería a su hijo.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora