XXVII

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Siguió al tipo por mucho tiempo. No sabia porque ese rencor con solo verlo. No sabía porque quería tanto llegar a él y golpearlo todo lo que pudiera, y a la vez, sentía tanto miedo de acercarse. Había caminado tanto detrás suyo, y en un momento se detuvo, girándose a verlo con rapidez y no tuvo de otra que intentar esconderme en vano sabiendo que ya le había visto. No lleguo tan lejos cuando sintió que le golpearon, sintiendo el frío del póster, soltando un quejido ante aquello, abrazándose para intentar aliviar el dolor pero no funcionó.

-¿Quien te mando?.- Le escucho decir, sintiendo asco al saber que le dirigía esas palabras, muy profundo de su ser pedía que le golpeara al hombre.- Pero si solo eres un niño, ¿que quieres? A menos que tengas buena plata no te venderé nada.

-... P- pudrete.- Alcanzo a decir.

-Si tu padre es uno de los que nos deben. Voy a tener que secuestrarte para que nos regrese el dinero.

-No... Tengo padre.- Dije.- N- no lo necesito... M- mi... Mi madre tampoco...- Pronuncio, levantándose. No lo necesitaba, podía valerse por si mismo. Le miro, soltando su estomago para mostrarse fuerte ante el alfa enfrente de el.

-De seguro tu madre es una perra por no prestarte atención.

-No lo ofendas, es todo lo que necesito, no necesito un padre.

-¿Y porque me has seguido?.- Pregunto fastidiado, aquel chico tenia agallas, le insultaba y le enfrentaba, le recordaba a alguien. Y la forma en como este alzo su rostro, dejando ver el color mercurio de estos oscurecerse al verle. La imagen de aquel pelirrojo sádico que solía golpearle le invadió, aquellos ojos que le mataban con la mirada, aquella actitud que tomaba contra este dejándole en vergüenza junto con los demás. Unas inmensas ganas de golpear al chico le invadieron. Acercándose de prisa a este, haciendo que se asuste, quitando aquella expresión dura. Cambiándola por una de dolor cuando comenzó a golpearlo hasta hacerle caer en el suelo, cubriéndose en vano cuando este le siguió golpeando.

-¡Maldito niño, sigue haciéndote el valiente y voy a golpearte hasta cansarme!.- Le advirtió, golpeándole por unos segundos más, antes de escuchar el sonido de un auto estacionarse de prisa. Deteniéndose, sin poder reaccionar cuando el impacto contra el suelo le hizo sentirse amenazado bajo la mirada amatista, mirándole con tanto desagrado, furia y escoria.

-¿Que hace un alfa golpeando a un niño indefenso?

-¡N- no es lo que cree!.- Le dijo, intentando escusarse, sin tener ni una pizca de piedad cuando sus huesos comenzaron a tronar con forme el hombre le atacaba, sin dejarle gritar, callando su boca y sus gritos con sus puños, quedando inconsciente unos minutos después. La falta de sangre, su garganta desgarrándose y su falta de oxígeno le habían obligado a desmayarse. Siendo soltado de una vez por el hombre.

Que para colmo.

Era Alfa.

Este solo sacó un pañuelo limpiando sus puños, levantándose del hombre, dirigiéndose al niño, mirándole desde arriba con desagrado.

-¿Vas a levantarte o te quedaras como una cucaracha en el suelo?.- Le dijo, haciendo que este levantara la cara para verle.

-¿S- sensei?.- Pregunto, sin poder decir más cuando se desmayo, su cuerpo estaba débil y jamas había recibido una paliza por un adulto. Y ahora estaba quedando al merced de aquel sujeto que destrozó el rostro de quien le pegaba y había sido su salvador. Que para su desgracia o fortuna, tenia un parecido con su maestro.

Mientras este se agachaba para recoger al niño, tomándolo entre sus brazos, dirigiéndose a su auto, donde le esperaba su chofer y su esposa después de haber ido a una reunión aburrida de política. Llegando al auto, siendo recibido por su chofer abriendo la puerta para él.

-Señor Asano, ya eh informado a la policía.

-Te lo agradezco, Mark.- Respondió, entrando y dejando al niño en medio, siendo recibido por su esposa con una sonrisa.- No pienso tenerlo en casa. En cuanto despierte le llevaremos con sus padres.

-Lo se.- Respondió, mirando al niño, acariciando su mejilla, limpiando parte de la suciedad que este tenia en su rostro.- Gracias.- Agradeció, mirando de nueva cuenta a su esposo, sonriéndole. Le había hecho caso a su pedido, y no podía pedir más. Al menos lo había logrado al proponerle contarle como estaba su hijo en el centro de ayuda. Aun si no le ayudo en su problema, le alegraba saber que al menos quería estar enterado sobre lo que este hacia.

Aquel muro se desvanecía con los años en los que él ni su hijo se vieron por cuestiones de la universidad, estaba feliz con eso al menos.

Mientras el alfa le ignoro, mirando a otro lado, sólo asintiendo, dejando que su esposa revisara el bienestar del niño.

Mientras en otra parte. Un Beta seguía buscando al chico por todos los lugares, sabia que este podría estar incluso en un lugar muy público pero ya que nadie le conocía, probablemente se pierda por tener miedo a preguntar, y de seguro este encerrado en algún lugar. Pero de todas formas no evito detenerse al ver a una niña cuando esta se coloco delante de la carretera. Acercándose para hablarle.

-¿Que haces a estas horas en la calle?.

-¡Mi mama esta lastimada, por favor ayude la!.- Le pidió, su voz se oía triste y lastimera.

Lo había pensado, debía buscar a Haru primero, pero posiblemente la madre estuviera muy herida, y la niña tal vez sea lastimada por seguir en la carretera buscando ayuda.

Respiro hondo, comenzaba a odiar esa faceta suya de ayudar a la gente.

-Esta bien, ¿donde esta?.- La bina se alegró por un momento antes de indicarle a una cuadra donde había un pequeño callejón.

Tan solo esperaba Gakushuu que no tardara tanto y menos que Karma le viera llegar sin Haru.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora