XXXVI

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-Abuela, Makoto.- Le llamo, mirando a la anciana quien le observaba.

-¿Si, Haru?.

-¿Porqué no puedo estar con mamá?.

-Se encuentra en celo, Haru, no puedes estar cerca de él.

-Pero tenemos supresores.- Menciono, mirando a la señora con rostro cansado, signo de su tercera edad.

-Haru, ¿no lo has notado?.- Le pregunto, el azabache sin comprender a que se refería.- Tu padre se ve, últimamente muy cansado.

-Pero no esta enfermo.

-No solo es por estar enfermo. Se ve, como algo emocional, por eso le dejamos descansar. Su omega interior debe estar muy triste, ¿sabes que provoco eso?.- El niño se quedó pensando. Su madre no hablaba mucho con él, y solo era lo necesario, casi no le dirigía la mirada o ignoraba su "pequeña e inocente amenaza" de irse, pero le ignoraba y el seguía en su trabajo. Estaba distante.

-No.

-Bueno, mientras tanto estarás conmigo, espero que no te portes mal.

-No, abuela Makoto.




















































































-¡Nhg!.- Gemi, sintiendo de nueva cuenta como me corría. Manchando otra vez las sabanas, aun así, no era suficiente, quería la presencia de alguien, alguien que me viera y me excitara al saber que tenia su atención. Y sin embargo estaba mi hijo, evitando que Gakushuu se acercara o si quiera nos encontremos. Suspire, necesito salir de aquí. Puedo aprovechar que Haru no vendrá o si quiera me buscara como para saber donde estoy. Me dirigí al baño, entrando para quitarme la sensación viscosa y pegajosa. La idea de ir a ver a Gakushuu me fascinaba y provocaba que mi ánimo subiera. Cuando salí comencé a buscar en el armario, encontrando la ropa de Gakushuu.

......

Haru ya no la usa, no me hará mal ponerme la, me coloque la camisa, sintiendo mi celo aumentar un poco antes de reprimir me al pensar que podría tocarme imaginando que son sus manos. Buscando sus pantalones, tampoco soy tan... Desesperado como para ponerme sus boxer.

Una vez estuve listo tome los supresores y me pase uno en seco, ahora solo necesito que haga efecto. Lo que me lleva a unos 15 minutos más.

Aunque, pensándolo bien, ¿que le diré? No es como si le vaya a proponer sexo, más bien, quiero tenerlo cerca, que me susurré cosas lindas y me de besos por doquier. Definitivamente quiero eso pero no se como voy a lograrlo. ¿Se lo digo o solo hago acciones? Nunca me ha salido eso de abrirme a los demás.

Me senté en mi cama, sintiendo mi sabana húmeda al momento de poner mi mano en esta, observando el pequeño rastro de semen.

Desvíe aquellos pensamientos de mi cabeza. Ya, aunque no hayan pasado los 15 minutos. Necesito a Gakushuu conmigo.

Salí de mi habitación, mirando a los lados esperando que Haru no este por aquí, dirigiéndome al área educativa de bebés, escuchando como ríen mientras llego a la puerta. Solo espero que nadie me vea entrar, inhale hondo armando me de valor, asegurándome de traer mis supresores, no quisiera causar una mala impresión a los niños y que estos después le tengan miedo a estar en celo cuando pasen a la adolescencia. Abrí la puerta, observando a los niños con sus libretas y un crayon en sus manos, enseguida note la mirada de Gakushuu puesta en mi, sintiendo mi cara roja.

-¡Ah, un tomate!.- Tampoco se burlen niños.

-¡Señor Satō!.- Vi a los niños acercarse a mi, mirándoles antes de sonreír les, Saya venia con emoción mientras me extendía otro dibujo.

-¿Vino a jugar con nosotros, señor Karma?.

-Jeje, olvidemos lo de señor, ¿de acuerdo?.- Dije antes de cargarla, sintiendo como me abraza, antes de que bese su mejilla.

-No te esperaba, Karma.- Escuche que menciono, mirándole antes de ver como se acercaba.

-Papá, el aroma de Karma es muy fuerte.- Menciona su hija.- Huele bien.- Note a este acercarse más, sintiendo su mano en mi cintura, temblando un poco al sentir como me olfatea, mirando a otro lado.

-Estas en celo, deberías estar en tu cuarto.

-Quería.... Quería venir.- Murmuré, sabiendo que me escucharía, observando como sonríe antes de sentir que besa mi mejilla.

-¡Asco!.- Escuche que dijeron los niños, dejando a Saya para que vaya corriendo con los demás. Mirándonos Gakushuu y yo antes de reír.

-Típico de niños.- Mencione, antes de sentarme a su lado, sintiendo como me atrae hacia el para abrazarme. Correspondí dejando que me rodee, sintiendo sus besos en mi cuello y como me reparte una que otra caricia.

-Se supone que estas en celo y no puedes salir.

-Lo se, pero yo quería.... Tenerte a mi lado.- Declare, sintiendo sus besos parar para terminar mirándome, haciéndome girar el rostro para verlo.

-Me gustas, Karma.- Escuche que dijo. Mirándole sorprendido, desviando la vista para evitar que vea mi rostro rojo.

-Se supone que debía decirlo yo.

-Parece que te gane.- Me responde, mirándole antes de sentir que besa mi cuello y después mi mejilla.

-Me gustas, Gakushuu.- Dije, esperando que me escuche ya que fue un susurro. Sintiendo como besa mi cuello nuevamente.

-También me gustas, Karma.- Dijo, sonriendo antes de girar me, besando sus labios, sintiendo como me sostiene fuerte de la cintura, apegando me a él a lo que no me resisto. Estando encantado con tenerlo conmigo, suspirando en sus labios cuando muerde mi labio con delicadeza, sonriéndole cuando lo suelta y me besa de vuelta. Separándonos cuando escuchamos la puerta ser abierta, mirando a ¿Seiya? Creo que se llamaba así.

-Ah... Perdón, no era mi intención interrumpirlos.- Menciona, al parecer es muy nervioso, suspire.

-No te preocupes, Seiya-kun.- Lo mire un poco más, ese día no le preste tanta atención.

-¿Es el chico por el cual se enoja tanto Haru?.

-¿Eh? ¿Yo?.

-Creo que empezó desde antes, y tan solo debió ver que le enseñaba a Seiya-kun como antes a el y se molesto más.

-A todo esto, ¿Quien es Haru?.

-Mi hijo.- Suspire.- De seguro le has visto, se la pasa corriendo.

-¿Es... Corredor?.

-No, un pequeño fetiche que tiene.

-¡Papa!.- Escucho al niño llamar, antes de verlo acercarse mostrando una un dibujo de lo que parecía ser el chico a su lado.- Mira, mira, es Seiya-kun.

-¡No me hagas tan feo!.- Lloriqueo este.- Y no llevo lentes.

-Pero tienes problemas de vista, papá me dijo que esas personas necesitan lentes.

-Pero no existen lentes rectángulos. ¿O si?.- Miro a ambos adultos, estos mirándose antes de comenzar a reír, al parecer seguía sin conocer muchas cosas.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora