XI

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-Dudo que tengas tiempo para un viaje en avión.

-Lo se, y tomando en cuenta todo el escándalo que hacen en los que están cerca.- Escucho la risa de su madre, girándose a verla.- No es fácil cuidar de dos niños.

-Lo se, pero ellos están encantados de estar contigo, no veo el porque dejarlos.

-Mi universidad no acepta a alumnos con hijos, en cuando se den cuenta me van a echar.

-Aveces se sacrifica cosas por los que más quieres.

-Si, si.- Respondió, mirando de reojo a los niños, hace un mes y una semana y media que los tiene. Soportando sus berrinches cuando quiere dejarlos en algún orfanato o dejarlos con alguien a su cuidado, no imaginaba que estos aceptaran estar solos, por eso se aseguraba de dejarles comida suficiente y un par de libros para colorear.

Tenia que admitir que al menos tenia sus cosas buenas, nadie le esperaba en su departamento y terminaba corriendo ante su llegada solo para darle un fuerte abrazo y sonreír le por su regreso. Y aunque igualmente quería dejarlos con alguna familia que estuviera encantada de tenerlos. En el fondo sentía que estos no estarían seguros si no estaban con él. Aunque claro, los gastos por los pequeños aumentaron cuando comenzó a su enseñarles. Pero obviamente no tenía que apresurar los. Sin embargo disfrutaba ver sus rostros de concentración y como estos balbuceaban cosas cuando intentaban leer algo. Y hablando de ello, muchas veces tuvo que leerles algún libro para que se durmieran, sintiendo el calor de estos cuando se aferraban a su cuerpo, imposibilitando le seguir haciendo sus deberás de la escuela. Claro que seguía manteniendo su promedio, pero sabia que no siempre iba a salirse con la suya. Hasta ahora su madre le había estado apoyando ya que ella estaba encantada de ser abuela, pero hay venían los problemas, su padre. Muy pocas veces le vio en la casa durante sus visitas, claro que los niños no estaban con él en esos momentos y lo agradecía enormemente. Probablemente su padre le hubiera echado de una vez y luego meterse con su carrera. Soltó un suspiro.

-¡Papi!.- Y no le gustaba tanto el llamado "papi", pero era lo que tenían que soportar, aun si se escuchaba gracioso y demasiado niñato. Vio a los niños acercarse corriendo hasta el, trayendo un libro.- ¿Nos lo lees?.- Le preguntaron animados, la pequeña portada mostraba a un niño y una puerta abierta. Tomo a los pequeños una vez estos se acercaron a el y los subió a su regazo.

-No lo se, para su edad no es recomendable.

-¿Eehhh? ¿No nos lo vas a leer?

-Pofa.- Y la niña aun no sabia pronunciar la "R".

-Iré a ver si todavía tenemos cuentos.- Pronuncio su madre, levantándose antes de irse mientras su hijo le asentía. Este pasando hojas del libro que estos le llevaron mostrando uno que otro dibujo que este mismo contenía.

-Tal vez se los lea cuando tengan seis o cinco años.

-¿Ta lejos?

-Porfa. Nos portaremos bien.

-Ya se portan bien. Aunque son muy ruidosos cuando intento dejarles con una familia.

-Tu ya eres nuestra familia.- Siempre le salían con esa respuesta, dejándole arrinconado, solo soltando un suspiro.

-Si, lo soy.- Respondía, haciendo a estos sonreír por aquellas palabras.

-¿Podemos ve tele?

-Adelante, no veo porque no.- Responde, tomando el control remoto para encender esta, los niños girándose para ver la televisión, mientras este pasaba por diferentes canales, aunque también, su padre se había encargado de que solo vea canales informativos, mirando estos en mayoría. Pasando por uno de estos en donde se apreciaba un incendio de un hotel, los niños no deberían ver esas cosas así que lo cambio. Siendo reprochado por Ikuya.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora