XXXII

696 99 3
                                    

Habían pasado tres días después de aquello, y aun se alababa al rubio fresa por aquel gesto tan amable, pero comenzaban los reproches contra Haru y su actitud con el beta y sus hijos. Su madre lo había escuchado desde el primer día, no sabia que la sucedía, y le inquietaba ahora que su hijo solo intentará alejarlo cuando lo veía cerca saliendo corriendo, y conociendo la debilidad de su omega interior que no tardaba en perseguirlo para asegurarse de que no se pierda. No pudo agradecerle a pesar de verlo. Y el lazo fuerte de madre e hijo se lo impedía a pesar de querer ir.

-Haru.- Le llamo de una vez.- ¿Porqué ya no vas a tus clases?.

-..... Me aburrían.

-¿En cerio?.

-El señor Asano es muy.... Aburrido, jamas desearía tenerlo como padre.- Entre ambos sintieron una oleada de tensión y angustia ante aquellas palabras, negándose a verse para no revelar sus verdaderos sentimientos. Respirando hondo el omega.

-¿Y que hay de sus hijos?.

-No los quiero volver a ver.

-Nii-chan.- Escuchó que dijeron, volteando se ambos, observando al hijo del beta, este mirando a Haru en específico, antes de regresar por donde vino. Volviendo con el grupo. Su hermana recibiéndole.

-¿Se lo diste?.- Le pregunto entusiasmada al ver que no traía su dibujo, que por descuido de su hermano se le había caído, y lo había dejado por hay tirado, miro a su hermana.

Su padre siempre los protegía de todo mal sin importar que, tenia que hacer lo mismo.

-Lo rompió.- Dijo, aquellas palabras le habían dolido, y le había cogido un cariño al azabache al llamarlo Nii-chan, y sin embargo, ahora se sentía mal.

-¿Lo rompió?.- Repitió, el chico asintió. Acercándose a esta.

-No nos quiere.- Declaró de una vez, de seguro su hermana aun no lo comprendería por ser medio año menor, pero si no se daría cuenta sola y le dolería y prefería protegerla.

Mientras el pelirrojo regañaba a su hijo por tales palabras, había recogido el dibujo, uno de los tantos que este había recibido.

-¿Porqué actúas así?.

-No quiero estar cerca de ninguno de ellos.

-Dame una buen razón.

-..... No me agradan.

-.... Antes lo hacían.

-Ahora ya no.

-¿Porque?

-Odio a los padres.

-Ni siquiera tienes uno.

-No quiero ver de nuevo a Asano.

-¿Lo vez como un padre?.

-Fue el culpable de que me fuera.

-Él no tuvo ninguna culpa. Se fue a buscarte y te encontró, deberías estar muy agradecido. Yo lo estoy, y no eh podido decírselo porque escapas y sabes que te seguiré. Y yo....... En verdad quiero agradecerle.- Hablo con una voz un poco más calmada, sus mejillas se tiñeron de rojo, contarle aquello a su hijo aun le avergonzaba.- Por todo lo que hizo por mi, por preocuparse por ti, por mi. No sabes cuantas veces quiero verlo y decirle en cada segundo gracias. Pero tu, simplemente no entiendo porque te comportas así.

-....... Odio a todos los padres.- Dijo, aquella faceta de su madre no la conocía, y le daba miedo saber la respuesta.- Volveré a clases si eso te hace sentir bien, pero no con él.- Le prometió, dándose vuelta para irse. No quería seguir viendo ese rostro, tan amable, frágil y dulce por alguien. Lo desconcertaba.

Siguió caminando, deteniéndose en el lugar de espera, sabia que su madre llegaría al mismo lugar. Le tocaba trabajar ahí. Y vio a un chico extraño, su cabello era de un color azul, algo oscuro pero no tanto como para confundirse con el negro. Su estilo de cabello era como una cebolla. Con un pequeño piquito en la nuca, andando con una enfermera y una mujer en silla de ruedas, portando un pequeño regalo. No los conocía y no estaba de ánimos para conocer o entablar. Sin embargo, le chico le miro, sonriéndole al ver que este hacia lo mismo. Haru desvío la mirada de inmediato, a pesar de que este tenia unos ojos azules como un lindo zafiro, seguía sin estar de animo. Y el chico que intentaba ser sociable se incomodo ante aquello. Agachando la cabeza y siguiendo en silencio a su madre y a la enfermera. Alejándose del azabache. Este aun esperando a su madre, llegando a este antes de entrar a la habitación y hacer su trabajo.

Pasando el día en silencio, ninguno indagó en su anterior conversación, el omega aun no sabia de que forma Gakushuu había provocado que Haru se escapara, pero con solo darse cuenta de que su hijo no aceptaba la relación entre ellos. Su corazón se rompía un poco, mirando de reojo a este. ¿Como es que antes le agradaba tanto?

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora