XVIII

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-Estas igual de torpe que antes.- Se burlo, sonriéndole al omega que se sonrojo un poco mientras lo apartaba.

-Gakushuu.- Dijo, arrepintiéndose al darse cuenta de que su voz sonó un poco sumisa. ¿Cuando dejo que su instinto le ganara además de los días de celo?.

-Vaya, no conocía esa faceta tuya.- Le escucha decir, mirándole de nuevo observando esa sonrisa burlona. Oh si, iba a amar pelear con él de nuevo solo para que le sonriera.

-No fue intencional.

-Lo se, pero aun así se escucha raro viniendo de ti, sabiendo como es tu personalidad.- Menciono, mirando aun con esa sonrisa al omega, quien golpeaba un poco su vientre procurando que este no le viera.

-¿A que viniste? Supongo que a saludar no.

-Vine por los shampoo y jabones de los niños, pero no esperaba que estuvieras en esta área.

-En realidad estoy en otra, pero estoy suplantando al encargado de este lugar por su embarazo.

-Esta bien.- El pelirrojo miró hacia arriba, definitivamente no le llegaría, ni por más que se estirará, y tampoco Asano le llegaría. Y por desgracia la escalera estaba siendo ocupada por los constructores.

-Por tu rostro, deduzco que no tienes una escalera.

-Callate, no sabía que ya se habían acabado los shampoo y jabones, si lo hubiera sabido los habría bajado mucho más antes.

-Si, lastima que no tengo tiempo para esperar.- Mencionó, acercándose al pelirrojo que retrocedió y se puso a la defensiva.

-¿Que haces?

-Obviamente no podre alcanzar la caja, pero estoy seguro de que puedo cargarte y que llegues.

-No vas a hacer tal cosa.

-¿Prefieres que sea al revés?.- Le acorraló, obviamente su orgullo iba a ser lastimado. Bien, tan solo iba a controlarse.

-Tch, esta bien. Hagamos esto rápido.- Comento, dejando que el beta se agachara, abrazando sus piernas, sintiendo que tiembla por un segundo.

Al parecer su omega disfrutaba del contacto, y aunque era delicado, aun así le hacia sentir nervioso. Por la forma en como su rostro estaba un tanto cerca de su entre pierna. Agradecía a dios por haberle dado piernas largas.

-Creía que serias más pesado.

-¿Si? Siempre pese menos que tu.

-Y ahora más.- Se dispuso a tomar la caja, sintiendo el peso y el temblor de hacerse hacia atrás, sintiendo una mano de Gakushuu posarse en su espalda baja, el estremecimiento no se hizo esperar, sin embargo fue bajado enseguida. Percibiendo el beta el aroma dulce que este desprendía. Mirando a otro lado y apartando su mano.

Lo que menos quería era sentir atracción por su rival, aunque la mayoría de las relaciones betas y omegas no iban bien con respecto al celo. Siempre los omegas imploraban un alfa, los betas no eran bienvenidos en cuanto a esos días o semanas.

El omega sintió el pequeño frío y decepción cuando las manos del beta se fueron, recordando cuando no se quería ir de el después de haberlo ayudado en tan difícil situación.

-Ten.- Dijo, dándole la caja.

-Gracias.- Respondió, tomándola.- Nos vemos luego.

-Esperó que no sea hoy.- Respondió con burla, haciendo que el beta le sonriera en forma de despedida, observando como salio del lugar, dejándole solo.

Se sentó en donde pudo, dando pequeñas palmadas para despejar aquel recuerdo de su mente, Gakushuu no sabia que él era el omega que el había salvado y del que había cuidado en esas dos horas, tampoco sabia que su omega estaba tan agradecido con él hasta quererlo de una forma cariñosa y aunque no tanto amorosa. Le insistía en querer agradecerle cuidándolo de la misma manera que él lo hizo.

Suspiro, era una idea tonta, ni dejando su orgullo haría tal cosa sin tener muchos nervios y menos que su omega le pidiera unirse y volvieran a repetir aquel recuerdo. Recordó cuando le cargo, le había dejado con su camisa en la cabeza para ocultar su rostro. Y aunque ahora le encontraba cuidando de dos niños que totalmente desconocía, le parecía no tan malo. Aunque igual no pudo enseñarle su rostro, ya se sentía mal consigo mismo como para decirle aquello.

Y de seguro Gakushuu sentiría asco al saber que le cargo, lo baño, le dio comida, y le dio su ropa. Se llevaban mal y bien en la escuela, pero no sabia como reaccionaria si se enterara de que era él.

Y ahora, su hijo comenzaba igual que él, enfrentándose contra Gakushuu y queriendo aprender de el, además que el tuvo que dejar sus estudios para cuidar de la pequeña criatura que había traído a la tierra, no podía dejarle solo a él también, además que a su omega le parecía lindo tenerlo consigo, no podía culparlo por ser tan débil y menos sobre su segundo genero.

-Ya, calmate.- Le habló a su instinto, percibiendo lo feliz que estaba por el contacto físico y esta vez por haber estado juntos sin pelear. Sonriendo sin pensar.

Escuchando la puerta siendo abierta observando a un compañero.

-Karma-kun, cambio de persona.

-Ok.- Respondió, saliendo del almacén para dirigirse a su cuarto, esperando descansar, llegando a este y observando a su hijo dormido en si cama, notando la camisa que siempre usaba tirada en el suelo con algunas manchas. Luego la llevaría a lavar, se acercó acariciando el cabello negro de este, aun si lo odiaba ver porque eran de aquellos tipos, se negaba a decirle que venia de su padre y solo le mentía que venia de un familiar de el.

-Te venceré...- Le escuchó murmurar, aguantando una risa.

-Si, seguro lo harás.- Le respondió, cerrando la su boca para evitar que su cabello entrara en ella y este soltara baba en su cama.

(O&B) Omegaverse Asakar (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora