* Quince *

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Tres, dos, uno...

Escucho que grita, Dulce. Es cuando se lanza a la alberca que esta en el patio trasero. Llevo una semana aquí y Max aun no regresa, me habla todos los días en vídeo llamada, pero en si no me dice que es lo que lo demora tanto. Respecto a Lucifer, simplemente me ignora, la víbora se fue de viaje ya que según ella estaba muy aburrida, eso de que se fue de viaje me lo dijo Dulce, la bruja  ella me hace gestos pero me obedece en lo que le pido, claro que jamas e sido grosera al pedir algo. Y respecto a Axel, las pocas veces que coincidimos, Lion siempre esta o aparece a mi lado, ciento que me tiene un chip que le indica cuando el me ve. Respecto a Dulce ella mas que mi mucama personal se a convertido en mi amiga, y hablando de amigas Lion si me pudo conseguir el número de Abby y es con ella con la que hablo mucho últimamente. Dulce sale escurriendo de agua y toma una toalla para secarse. Se sienta a mi lado.

_Prueba el agua esta deliciosa.

_Quizá después _ digo. La verdad no me apetece estar en el agua. Lo cierto es que últimamente no dejo de pensar en Max. ¿Por qué demora tanto? ¿Que es lo que fue a arreglar? _sin embargo tu sigue, yo prefiero ir a mi habitación.

_Leo, ¿si te das cuenta que eres una chica hermosa y joven?

_Si

_Una hermosa joven no se encierra día y noche en su habitación y menos en una como la que te dieron.

_Es algo que no me importa mucho.

Me paro tomo una bata y me la pongo dejando debajo mi bikini rojo de dos piensas.

_Lion no esta, y no debo dejarte sola, espera, me cambio y nos vamos.

No es justo que ella que si disfruta del agua se encierre conmigo. Además solo voy a mi habitación.

_No te preocupes, solo voy a mi habitación, cuando te aburras del agua aya me encuentras.

No dejo que replique y la guío a la piscina para después de un pequeño empujónsito, la dejo caer en el agua. Doy media vuelta y regreso a la casa. Al entrar lucifer va bajando de las escaleras. Su mirada busca detrás de mi o a mis lados y cuando ve que estoy sola, sus labios se extienden en una sonrisa genuina pero algo perturbante.

_Leo, querida, que bueno que te veo _ dice acabando de bajar _ tengo mucho de que platicar contigo,_ engancha nuestros brasos y me arrastra a un pasillo de la planta baja _ y disculparme también.

Entramos a lo que es una habitación donde hay muchos libros en estanterías, no demasiados, pero tampoco son pocos, en el centro esta un escritorio con un sillón detrás y dos sillas al frente. En una esquina esta una sala de tres sillones con su mesa de centro las cuales están iluminadas por la luz que deja entrar una de las dos ventanas, ahí es a donde me dirige Lilian. Me siento y ella se dirige a un mini bar  que esta en otra esquina el cual es iluminado por la otra ventana. Sirve dos vasos de algún liquido claro. Regresa y me ofrece uno el cual solo por educación recibo.

_Bien te escucho Leónor, ¿cual es tu historia?
   

_¿Historia?, ¿que historia?

Ella bebe de su vaso y pone esos ojos idénticos a los de Max en mi dirección.

_No nací ayer. Tiene que haber una historia, quizá estas embarazada, o realmente, mi hijo y tu están enamorados, o lo has chantajeando de alguna manera y como ya no quiero seguir haciéndome historias en la cabeza que una es peor que la otra, necesitó que me lo digas, ¿por que mi hijo se caso contigo?

De que me habla Lilian, se supone que yo me case con Max contra mi voluntad, no hay amor, solo chantaje, pero de parte de mi difunto marido.

_Bueno es que cuando quede viuda...

_¡Eras casada!

_Todo tiene una explicación...

Un golpe seco hace que me calle, las dos volteamos a ver y Max esta en la puerta, se ve un poco agitado y en su mirada hay rabia. Camina a paso decidido y toma mi braso y me levanta acercandome a su cuerpo para abrazarme. El aroma de su loción es deliciosa, siento como todo mi cuerpo se aplasta en el de Max, porque un brazo lo tiene en mi cadera y el otro en mi espalda.

_Te extrañe, cariño.

Lo dice algo fuerte y su madre lo escucha, por que escucho que  deja su vaso en la mesa con demasiada fuerza. Nuestro abrazo termina.

_y bien _ exige lucifer _ quiero la maldita historia. Por que no es posible que...

_Madre, basta. ¿Te es tan difícil creer que esta increíble mujer me ame, y que sea correspondida?.

¿Que, de que habla? No hay amor entre nosotros. Me desago de su brazo y me cruzo de brazos para verlo.

_Que dices Max...

_Lo se cariño _ me interrumpe y pone sus manos en mis mejillas al igual que aserca su cuerpo al mio _ se que estas furiosa por mi ausencia, pero esto lo solucionaremos, como solo nosotros sabemos.

Estoy por preguntar de que habla, pero unos cálidos y dulces labios  acarician los mios. Max de nuevo me esta besando y no es un beso simple, es uno ardiente, con lengua mordiscos y juego.  Yo... Que diablos me dejó llevar. Mis manos van a su cintura siento su espalda baja y si fuera un poquito valiente las bajaba pero estoy consciente de la presencia de su madre. 

Sus manos dejan mi cara y guían las mías a su cuello. Aprovecho y meto mis dedos entre su suave cabello, sin embargo siento las de el deslizarse de mi cintura a mi culo y es cuando despego mis labios y termino el beso para Lugo detenerlo.

_No Max, tu madre esta presente.

El sonríe de medio lado con los labios inflamados y lo mas seguro es que los mios se encuentren de igual manera.

_Se a ido hace rato.

Me jala pegando mi cuerpo a el de él, y sus labios vuelven a mi boca, con mas intensidad y deseo, siento su lengua entrar en mi boca y yo gustosa lo recibo, y ahora si permito que sus manos registren lo que quieran.    

Me enamore de mi marido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora