* uno *

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Voluntariamente a fuerza es que he sido casada. Al principio me rebele pero después de ver que no había otra opción me resigne. "Todo por la familia" es lo que siempre me dice mi madre: ella esta educada a la antigua donde la mujer solo atiende su hogar y el hombre se dedica a traer el alimento y etc. etc.

Así que como soy hija única y puesto que soy mujer me tuve que casar para que así mi marido que también es del círculo de la alta sociedad se encargara de todo y yo como buena "mujercita" quedarme en casa a la espera de su llegada y tener todo en orden; en mi caso ver que el servicio hiciera bien su trabajo y a tiempo "¡yupi!" que emoción.

Todo esta listo. Todo perfectamente en su lugar, los muebles, los adornos, los cuadros en la pared, el olor en el aire, la fragancia de mi perfume, mi vestido ajustado, las flores en la mesa, su comida favorita, la mesa bien puesta incluso los del servicio se han retirado.

Esta vez no se enojara conmigo, estoy segura que esta vez lo complacere.

Veo la hora en el reloj de pared de la sala, no tarda en llegar, falta poco.

Leónor Arias es mi nombre, estoy casada desde hace un par de meces con Franco Salceda debo admitir que en las primeras semanas fue un poco difícil acoplarnos pues de un día para el otro me fui a vivir con un desconocido que se acababa de convertir en mi marido del cual desconocía hasta el mas mínimo detalle pero en este momento ya lo conozco un poco mas.

Mi matrimonio fue arreglado, eso a pesar de el tiempo en el que vivimos se da con frecuencia a pesar de que no se hace notar mucho. Acepte porque es lo correcto. Fran es bueno conmigo tiene carácter fuerte pero ya se como tratarlo, se lo que le gusta.

Coloco un par de copas en la mesa y una botella de su vino favorito. Regreso a la sala, en el reflejo de la puerta puedo ver que hay algunos mechones de mi cabello sueltos los acomodo pues ya se de sobra que a Fran no le gusta el desorden mucho menos la impuntualidad, supongo que por eso es uno de los mejores empresarios.

Suena el teléfono y me apresuro a contestar, podría ser Fran. Antes de tomar el aparato, acomodo mi ropa y me siento derecha, pues siento como si él me pudiera ver y reprender por mi falta de buenos modales. Levantó la bocina esperando escuchar su voz.

_Hola _ mi voz sale un poco chillona. Todavía causa un efecto raro en mi cuerpo y solo es por el echo de que creo es él.

_¿Señora Salceda? _ Es una voz de hombre pero no es de Fran

_¿Si?

_Soy el agente Torres. Siento darle esta noticia pero su esposo el Sr. Franco Salceda a fallecido en un accidente de auto...

Dejo de escuchar a la persona al otro lado del teléfono y en mis oídos solo hay un zumbido ¿muerto? ¿Como es posible? No se como reaccionar, no se que siento. El teléfono se resbala de mis manos. Veo a mi alrededor... Y todo lo que me esmere ¿de que sirve?... Fran ya no esta

*

La estancia donde se realiza el sepelio de mi marido es toda elegancia y orden supongo como a él le hubiese gustado. Sobre su ataúd que se encuentra cerrado, pues su cuerpo después del accidente quedo... Un poco... Bueno no esta presentable y mejor decidí que no se abriera, está su fotografía una donde aparece muy bien presentable.

Debo reconocer que mi marido era un hombre guapo: ojos amielados, piel algo bronceada, cabello castaño y mandíbula cuadrada con barba partida, y como siempre le gustaba estar bien presentable mas de una mujer llegue a ver que se derretían frente a él, lo que a mi nunca me paso, pero a pesar de su físico tubo un carácter fuerte.

_Lo siento mucho querida _ una mujer mayor me saca de mis cavilaciones. Le sonrió. Ciertamente no tengo idea de quien es. Toda la noche e recibido el pésame de personas que en mi vida e visto.

_Gracias

_Es una pena que se nos alla adelantado y siendo tan joven _ en eso le doy la razón a la señora, Fran siempre quería ir un paso adelante de todos.

*
Lamentos y sollozos por parte de mi suegra y su familia es lo que mas se escucha en el descanso antes de que el ataúd con el cuerpo de Fran sea enterrado.

_No puedo creer que ni una lágrima puedas derramar por tu marido _ me susurra mi madre al acercarse a mi que estoy a lado del ataúd como toda la noche lo estuve. Soy una mala viuda pues no siento pesar por su muerte. ¿Como puedo sentir algo si para mi es un desconocido? Uno que fue mi marido.

_He estado a su lado todo el tiempo _ me justifico.

_No basta Leónor.

_Madre, por favor.

Se llevan el ataúd del descanso y yo tras el. Se le da su último adiós con las palabras del sacerdote. Lo meten en el sitio destinado y lo llenan de tierra y yo no siento nada, es como si todo fuera parte de otra familia, siento pena por mi suegra y cuñadas que lloran, pero nada mas.

La tumba se llena de flores y coronas. Y es en este momento que me llega el sentimiento. Me derrumbó y dejo correr las lágrimas frente a la tumba de mi marido. Sollozo y tomo entre mis manos puños de tierra. Mi madre me abrasa para consolarme pero se que sólo lo hace para aparentar algo que no siente. Fluyen mis lágrimas pero al contrario que todos los presente, es de felicidad, ¡si, estoy feliz!, No por su muerte, no soy esa clase de persona, que le da gusto la muerte de alguien mas, estoy feliz de ser libre ¡soy libre! El matrimonio al que me obligaron ya no existe, ya no tengo que estar bajo la sombra de alguien mas, ¡no mas!.

Me enamore de mi marido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora