두 (II)

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17 Enero, 1921.


—¡No se pueden llevar a mi padre! —grité agarrando el brazo de aquel corpulento hombre cuando entraron a mi casa— ¡Suéltelo, suéltelo! ¡Está enfermo, no lo ve! —sollozaba intentando parar sus pies, pero no pude.

Salí a la calle, en ese mismo momento, todos los vecinos estaban mirando asustados aquel espectáculo. Muchos de ellos eran niños. Corrí hacía ese hombre, pegándole varios puñetazos en los costados, pero ni se inmutó. se volvió hacía mi persona, pagándome con la misma moneda y cogiéndome por el cuello. En ese momento, vi a Jin Sol de lejos, varias lágrimas cayeron por mi rostro al sentir el fuerte agarre en mi garganta. Comencé a toser y la necesidad de respirar más oxigeno me invadió, no llegaba a tocar el suelo y me estaba desesperando, las palpitaciones de las venas en mi cerebro se volvieron mucho mayores.

—Llévenla a la zona de fusilamiento —me tiró al suelo y no pude levantarme en ese instante— ¡quien se revele contra mí, pagará con su vida! —Gritó para que todos escucharan señalándome con su dedo índice.

Jin Sol corrió hasta nosotros y no debió haber hecho eso. Encaró al general, colocándose justo delante de él.

—No la pueden matar, ¡por favor! —rogó arrodillándose a sus pies— ¡se lo suplico!

—Quítate de mi camino. Puta. —la empujó con un golpe.

Amarrada con unas cadenas de hierro por las muñecas, me arrastraron por varias calles. No podía levantarme del suelo después de casi morir asfixiada, solo podía ver como muchos se compadecían de mí y otros rezaban en silencio.

—Ponte de pie —dijo el francotirador cuando llegamos a un muro con muchas manchas de sangre seca— ¡Que te pongas de pie! —me volvió a gritar. Mis pies no paraban de sangrar, al igual que otras partes de mi sucio cuerpo. No tenía fuerzas para levantarme.

El general Bok tenía a Jin Sol a su lado y la estaba toqueteando más de la cuenta. Como pude me puse de pie, cayendo en el intento, pero volví a levantarme, hasta lograrlo con las piernas temblorosas.

¿Tus últimas palabras?

Lo miré con rabia. Muchísima rabia contenida. Jin Sol lloraba desconsoladamente, rompiéndome el corazón. No podría soportar que le hicieran daño a ella también.

—Me presento como voluntaria... —susurré con un dolor desgarrante en mi pecho.

—No te escucho niña, habla más fuerte —rio aquel hombre, los demás acompañantes también lo hicieron.

—Me presento como voluntaria para el cuerpo de tierra... —dije un poco más alto, forzando mi voz— haré todo lo que usted me diga. Pero por favor, no se lleven a mi padre y no le hagan daño a mi amiga...

—Pero si eres una mujer... —caminó riéndose de mí, agarrando mi cabello e hizo que le mirase a los ojos— las mujeres no servís para nada, solo para follarlas, ¿por qué ninguna disfruta con lo que tengo aquí? —resopló—  y mira que es grande... —me puso sus genitales justo en mi cara.

—Le prometo que les resultaré de ayuda —le comuniqué seriamente, ignorando sus duras palabras y lo que tenía en mi rostro, tragando en seco— no seré un estorbo.

Me empujó nuevamente al suelo riéndose. Mi cabeza junto a mi cuerpo, chocaron contra el barro. Abrí con mucho esfuerzo mis ojos, aunque todo lo veía borroso y tenía ligeros zumbidos en los oídos. La chica de cabellera rubia se acercaba rápidamente a donde me encontraba tirada.


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Quería deciros que la longitud de los capítulos varían un poquito y es por como los tengo estructurados, espero que tengan un lindo día.

Gracias por leer, mucho amoor 🌸

𝒴𝓊𝒶𝓃ℱ𝑒𝓃 缘份 (ℒ𝒾𝓅𝓈𝑜𝓊𝓁)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora