El frío calaba mis huesos, junto a los de mi acompañante, Kim Ji Woo. Entramos en una librería que había cerca de nuestro departamento universitario, en busca de algo de calor...
—¿Qué tal, Olive? —preguntó educadamente mi mejor amiga a la dependienta.
—Echando horas extras, la universidad no se paga sola... —suspiró y Ji Woo le brindó un pequeño abrazo a la pelinegra— por cierto, acaba de llegar la revista de tu modelo favorita.
—¿De Jeon Hee Jin? —la chica asintió, Ji Woo se abalanzó sobre mi dando pequeños saltitos y gritos— me encanta, es que muero por ella, ¿no ves lo perfecta que es?
Estampó la revista en mi cara, la aparté un poco, frunciendo el ceño.
—Para modelo, prefiero a Ji Min, el sale muy bien en las fotos...
—Jung Eun... ¡modelos de chicas, de chicas! —exclamó Ji Woo resoplando.
—Ah bueno... me gusta mucho Jo Ha Seul, se ve una chica madura para su edad, solo tiene 19.
—Hacen tan bien su trabajo... —le brillaron sus ojitos— ¡espero conocerlas algún día!
—Lo que tiene que aguantar Ha Soo Young contigo...
Me alejé de allí al llegar otra amiga de Ji Woo, Park Chae Won, quienes no paraban de fangirlear con las revistas de modelos y de música.
No sé cómo, pero llegué a una sección de historia de Corea, tomé el tomo de la estantería, lo ojeé por encima...
'La ocupación japonesa de Corea comprende parte de la expansión del Imperio de Japón en la que Corea se encontró bajo el dominio japonés durante casi treinta y cinco años (del 22 de agosto de 1910 al 15 de agosto de 1945), aproximadamente toda la primera mitad del siglo XX hasta la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial, unos años antes de la Guerra de Corea..'
Que mal debían haberlo pasado aquellas personas... seguí leyendo un poco más, este libro era demasiado explícito y un sentimiento de dolor abarcó mi corazón, dando un gran vuelco, teniendo que parar de leer, ¿qué significaba eso?
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Me gustaba mucho leer, pero este libro me estaba dando mucho que pensar, me había sentido atraída por el y ahora, al mismo tiempo lo estaba rechazando.
Mi mente decía que lo leyese, pero mi corazón no.
Estaba en duda de si comprarlo o no, me llevé un rato así hasta que miré hacia arriba.
Impactada me quedé al ver aquellos orbes azules a través de la estantería por el hueco del libro. Por un momento, el tiempo se paró, aunque mi corazón latía desbocado en mi pecho.
Su cabello rubio caía de forma ondulada y sus labios rosados estaban entreabiertos.
Diría una mentira si dijese que no quería mirar sus ojos y perderme en ellos para siempre...
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—¿Vas a llevarte ese libro? —su voz sonó hermosa en mis oídos.
—Eh... sí.... —respondí sonrojada.
—Bueno, has llegado antes... me tendré que aguantar hasta que vuelvan a reponer... —desapareció y la vi acercarse por la calle donde estaba.
Era una chica preciosa y algo me decía que la había visto anteriormente en alguna parte, pero no sabía dónde... ¿en sueños podría ser...?
Mis manos temblaron al tenerla tan cerca, cayéndoseme el libro al suelo.
Inmediatamente, ella se agachó para cogerlo, entregándomelo nuevamente con una sonrisa, rozando nuestras manos.
—Si... si... qui-eres po-podemos leerlo juntas... —tartamudeé como una idiota por su presencia.
—¡Amiga, vámonos ya! —gritó Ji Woo en el momento más oportuno.
Me iba a girar cuando la chica me cogió del brazo.
—No respondí a tu pregunta... —se le escapó una pequeña risa.
—Oh perdóname... soy una despistada... —dije arrascándome la nuca.
—Si te parece, quedamos una mañana de esta semana...
—Tengo universidad... —contesté con una ligera mueca de tristeza.
—Creía que eras algo mayor... yo la terminé hace unos años... —me sorprendí, ella parecía más joven.
—Entonces... si quieres una tarde... el jueves en este mismo sitio, ¿a las 7.30?
—Me parece bien... —le dediqué una pequeña y nerviosa sonrisa.
—Por cierto... —dijo ella al producirse un silencio algo extraño entre nosotras, ya que solamente nos mirábamos a los ojos— mi nombre es Jung Jin Sol...
—Yo... me llamo Kim Jung Eun...
Ji Woo llegó a mi lado, tirándome del brazo para que nos fuésemos de allí y me despedí de ella con la mano, deseosa de volver a encontrarme con esos ojos azules por lo menos una vez más...
