𝒴𝓊𝒶𝓃ℱ𝑒𝓃 缘份 (ℒ𝒾𝓅𝓈𝑜𝓊𝓁)

여섯 (VI)

6 Agosto, 1918.

Ese día hacía tanto calor... llevábamos toda la tarde dando vueltas y hablando de cosas de adolescentes en la calle. Mi madre estaba trabajando, ayudando a descargar mercancías de los barcos del muelle y mi padre... a saber, llevaba varios meses desaparecido, mientras que Jin Sol, mi hermana y yo íbamos por nuestro lado.

Entré en casa, dejando a Hyun Jin junto a sus mejores amigas, Jo Ha Seul, Im Yeo Jin, Wong Ka Hei y la mejor amiga de mi novia, Jeon Hee Jin.

—Hey, ven aquí... —dijo Jin Sol al entrar en la cocina con una sonrisa pícara.

Me agarró de la cintura y me besó con necesidad, habíamos estado todo el día juntas y no nos podíamos besar delante de nuestras acompañantes.

Su lengua acariciaba cada parte de mi boca, escapándome un leve jadeo por ello y pasó sus manos abarcando toda mi espalda para abrazarme.

Escuchamos el sonido de algo cayendo al suelo, nos separamos rápidamente y vi a mi hermana con el ceño fruncido y muy pálida.

—¿Qué hacéis...?

—A tu hermana se le había metido algo en el ojo, era una pestaña, nada sin importancia...

Recogió el vaso de madera sin apartar la mirada de nosotras y se marchó de allí sin decir absolutamente nada.

—Creo que se lo ha creído... —susurró Jin Sol en mi oído.

—No estoy muy segura...

20 Agosto, 1918.

Mi torso estaba descubierto, Jin Sol con sus acuarelas pintaba un pequeño paisaje sobre mi estómago. La observaba atentamente, a mí me gustaba mucho, porque me hacía cosquillas y era muy relajante. Ese día corría una pequeña brisa de finales de verano.

El pincel de color azul recorría toda la zona con ligeros trazos, intercalados con blanco, formando el cielo. Cuando terminó, pude apreciar los preciosos campos de arroz en mí.

—Anda tienes que lavarte... —pasó sus dedos tocando mi abdomen— antes de que se seque completamente.

—¿Quieres bañarte conmigo? —asintió.

—Hace 2 días que no me aseo...

Y a veces nos llevábamos más días si no disponíamos de agua suficiente o costaba calentarla con los troncos de madera húmedos por la lluvia.

Fuimos a mi casa, ya que habían salido y parecía que no iban a volver pronto. Mi madre estaba en casa de la vecina y eso significaba que no volvería hasta tarde, mi hermana se había ido con sus amigas y un chico que estaba conociendo.

Ella se estaba desnudando justo delante de mí, mientras yo apreciaba su pálida piel que estaba siendo descubierta al levantarse la camisa. Siempre me había fascinado su cuerpo, su pequeño ombligo, sus varios lunares esparcidos por su espalda, su largo cabello que cubría sus rosados pezones, sus primeras y pequeñas varices en sus muslos, el ligero vello que cubría sus genitales y sus piernas...

—Para de mirarme así... —contestó Jin Sol algo avergonzada.

—Es que eres muy bonita... —dije con sinceridad al meterme en la bañera junto a ella.

—Eso es lo que dicen los hombres cuando quieren cogerle los pechos a las mujeres —rió ella llevando una mano a su boca.

—Yo no soy así... —hablé mientras frotaba sobre mi estómago un jabón para quitarme el dibujo— ¿quieres que te ayude? —asintió.

Se puso de espaldas a mí, recogiendo su cabello. Comencé a limpiar aquella zona, quitándole varios granitos que tenía, mi mano acariciaba sutilmente un costado de su espalda, hasta que toqué el inicio de sus pechos, no me resistí y lo agarré con una mano mientras que con la otra sería frotando su espalda.

—Ah... —gimió ella al no esperárselo— ¿con que no me querías tocar los pechos, no...?

Jin Sol se dio la vuelta y me empujó para posicionarse entre mis piernas y comenzar un húmedo beso. No perdió tiempo al querer tocar mis labios inferiores, adentrando un dedo, suspiré entre besos.

Realizó movimientos lentos antes de meter un segundo, me sentía tan húmeda y desesperada por que siguiera tocándome... Ella jadeó también al sentir como apretaba sus dedos.

—¿Jung Eun, estás bien? ¿te ocurre algo? —abrió la puerta Hyun Jin asustada.

Ella no gritó, ni se movió, pero sus ojos estaban muy abiertos y negaba con la cabeza, se volvieron vidriosos al vernos detenidamente.

—No... Esto está mal... —se dijo a sí misma— no... no... ¡dime que has hecho con mi hermana!

—No e-es lo que parece... —contesté rápidamente.

—Ya claro, que te meta Jin Sol los dedos en la vagina no significa nada...

Mi novia se había cubierto los pechos, pero yo todavía seguía allí tirada en la bañera.

—Vale... —respondí— Hyun Jin... nosotras estamos saliendo, pero esto debe mantenerse en secreto...

—¿Por qué debería callarlo? —preguntó seria— esto está mal Kim, el puto demonio se ha adentrado en ti, al igual que a tu amiga.

Salió de allí llorando y cerrando la puerta fuertemente, Jin Sol también lo estaba, agarrándose de los hombros.

—Pienso que será mejor que terminemos...

—No, no quiero hacer eso... —respondí antes de que se saliera de la bañera, agarrándola del brazo— yo te amo Jin Sol...

—Pero lo nuestro no está bien, además no quiero que tu familia te odie...

—Lo nuestro si está bien y mi familia... me da igual lo que piensen porque yo te quiero a ti... —la tomé del cuello para que volviera a besarme, no puso resistencia y me siguió el beso.

Mi centro palpitaba con fuerza de nuevo, y jadeé levemente, aunque en realidad quisiera gritar, agarrando la mano de Jin Sol para que siguiera haciendo su trabajo.

—Por favor, duele... —dije al ella querer quitar la mano para ir a vestirse.

Luego de cerrar sus ojos unos segundos, decidió no apartarla, cumpliendo mis órdenes, antes de terminar nuestro desastroso baño.

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