네 (IV)

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27 Marzo, 1918.


Jugábamos entre los cultivos de arroz. La escuela acababa de cerrar finalmente porque muchos de los profesores se habían marchado a otros países por la guerra y ya no quedaba ninguno.

En ese momento, yo corría detrás de ella. La naturaleza nos hacía sentir libres, como las mariposas. Para ese entonces, yo ya estaba enamorada de Jin Sol. Llevaba varios años sintiendo ligeros cosquilleos dentro de mi cuando la rubia me cogía de la mano o me abrazaba, solo que no me había dado cuenta. Nunca había creído que dos chicas se pudiesen enamorar...


Al ella cumplir la mayoría de edad unos meses después, en Junio, fuimos al muelle a ver las estrellas por la noche. Estaba muy nerviosa, quería decirle todo lo que sentía por ella y lo había escondido desde hacía mucho tiempo. Muchas de nuestras amigas ya tenían novios, pero nunca había visto a Jin Sol con un chico, entonces quería preguntarle si le gustaba alguien.

—Jin-jin Sol... —ella me miró con una sonrisa— ¿Por qué... no... no tienes novio...? —me sonrojé jugando con mis dedos— Nun-ca te he vis-to con un chi-co... y... y... eres muy... bonita...

—Me gusta alguien... —miró hacía el río haciendo una mueca.

—Pues ese chico tiene mucha suerte... —tragué el nudo que se me había formado en la garganta.

—Jung Eun... —está vez la miré con una sonrisa algo torcida— ¿a ti te gusta algún chico?

—No... nun-ca me ha gustado... ningún... chico... —bajé mi mirada a los zapatos— pero me gus-ta alguien actualmente...

—Entonces... —la miré de nuevo, se mostraba algo extrañada— ¿Quién es ese chico?

—No me gustan los chicos... —le repetí, susurrando al encontrarme con sus azules ojos.

—Oh... —escapó de sus labios mirando hacia otro lado.

—Jin Sol... —no me miró— Jin Sol... —siguió sin mirarme— Me gus-tas tú, estoy enamorada de ti... —un pequeño sollozo salió de mí— y me siento como describen nuestras amigas cuando se enamoraron de sus novios...—reinó un silencio demasiado largo entre las dos— entiendo que no me quieras corresponder, soy una chica.

Me iba a levantar de allí para volver a casa, pero ella me agarró del brazo para que no me marchara. Limpié con mi puño las lágrimas que caían por mi rostro, volviéndome a sentar.

—Kim Jung Eun... —pronunció mi nombre completo al cabo de pocos segundos después— yo también me siendo así cada vez que estoy contigo y no quería perderte como amiga, siento no habértelo dicho antes, no entendía mis sentimientos por ti...

Ambas nos mirábamos a los ojos, el viento movía ligeramente nuestros cabellos. Se escuchaba el agua del río correr. Ella había rozado su mano con la mía, se acercó lentamente y presionó sus labios con los míos y aunque éramos inexpertas, Jin Sol fue despacio, abrí ligeramente mi boca para que su lengua jugara con la mía, separándonos al poco tiempo por la falta de aire.

Nuestras frentes estaban juntas y nuestros rostros algo sonrojados por lo que acababa de pasar...

—Jung Jin Sol... —susurré muy cerca de sus labios— ¿quieres ser mi novia?

Fue la mejor decisión que tomé en la vida, al igual que la peor. Nuestro amor era algo prohibido y castigado con pena de muerte. La señora Jung sabía muy bien que nosotras no éramos unas simples amigas y siempre estaba culpándome por ello cada vez que podía, pero, por otro lado, nunca le hablaba mal de mí a su hija.



𝒴𝓊𝒶𝓃ℱ𝑒𝓃 缘份 (ℒ𝒾𝓅𝓈𝑜𝓊𝓁)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora