Volver a empezar desde cero Libro 1° Trilogía "Hilos del Destino"

Capítulo 1- Apariciones misteriosas.

Capítulo 1- Apariciones Misteriosas.

Se escuchaban disparos y rocas destruyéndose, cayendo con rudeza al suelo, en todo ese caos dos personas corrían para evitar el ataque, un hombre de pelo oscuro y piel pálida, que con sus grandes ojos verdes divisaba el final del camino, mientras movía su mano derecha y pronunciaba conjuros en su lengua natal, con su mano izquierda sostenía fuertemente a una joven de apariencia igual a la de él, con la diferencia de sus ojos color cielo y sus facciones faciales, ambos con una capa verde oscura cubriendo desde la cabeza con una capucha hasta llegar a los tobillos; el hombre diviso en aquella planicie rocosa una cueva... "la encontré" Se dijo mentalmente mientras aceleraba el paso dejando atrás a sus persecutores. Al llegar a la cueva se adentraron lo más que pudieron, deteniendose un momento, tomaron aire y siguieron avanzando pues se podía escuchar que los atacantes no pensaban darles tregua alguna, el hombre se detuvo nuevamente, se saca la capucha de su cabeza y toma con delicadeza a la joven de los hombros.

—Hela, querida, escúchame y pon mucha atención. -habla controlando lo cansado de su voz, en sus ojos color verde se divisa la inmensa tristeza de lo que sucederá continuación, pero era la única opción viable que podía tomar-.  Pase lo que pase de ahora en adelante, no trates de contactarme conmigo, yo me comunicare contigo cuando este seguro de que no me rastrearan.

—Papá, tengo miedo. -dice la joven aferrándose a él.

—No lo tengas más hija mía. -repone el hombre mientras acaricia su cabeza-. Te prometo que estaremos juntos otra vez después de que esto acabe e iremos al mundo que más te guste ¿De acuerdo?

—Si, papá. -la niña trata de limpiar las lagrimas que empiezan a brotar de sus ojos, él besando su frente, la separa un poco y prosigue.

—Ahora recuerda, nunca olvides quien eres, de dónde vienes y lo que vas a cumplir, no dejes que te atrapen. -la niña asiente con su cabeza mientras acomoda su capa nuevamente-. Ahora te enviare a Midgard, busca a los vengadores ellos te ayudaran, en ellos hay un hombre llamado Steve Rogers, él te ayudara, confía en él pues él sabrá que hacer. -un dispara dentro de la cueva se escucho alertando que sus captores se acercaban más, con mayor determinación prosigue-. Hela, mírame. -ordena a la niña quien con sus inmensos ojos cielo observa los verdes ojos de su padre-. Por favor, pase lo que pase si Thor trata de ayudar...

—No padre. -interrumpe la chica alejándose de él-. Eso nunca pasara, él... -un disparo interrumpe su charla y se escuchaban pisadas y voces gritando que los tenían rodiados.

—No han otra alternativa amor, él es uno de los pocos que nos puede ayudar en esto. -habla con seriedad en sus voz, aun cuando su semblante trata de permanecer calmo-. Te prometo que aunque nos separemos siempre estaremos conectados. -el hombre la abrasa y algunas lagrimas escapan de él, se separan nuevamente del abrazo y sujetándose de las manos, empiezan a pronunciar un conjuro entre ambos, una luz los rodea e ilumina, a la vez, toda la cueva dejando enceguecidos a los hombres que se acercaban a ellos, al desvaneces poco a poco la luz, la cueva empezó a colapsar hasta solo quedar rocas apiladas dejando a varios de sus captores soterrado en el acto.

Uno de los pocos sobrevivientes saco de su bolsillo un cristal luego pronuncia unas palabras y el cristal emana una pequeña luz rectangular en la cual se logra ver una silueta oscura.

—Mi señor... -habla entrecortado-. Lamento informar esto... Pero...

—¿Escaparon? -pregunta el ser oscuro.

—Así es, mi señor...

—¡Encuéntralos entonces idiota! -grita con mucha cólera-. Sigue su rastro y haz algo para no volverlos a perder, por qué si escapan nuevamente y empezamos la búsqueda otra vez, juro por los dioses que tu muerte será la peor y más lenta que jamás en toda Niflheim se halla hecho.