3| ¿Tú no eras Jax?

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Madeline

Después de una tarde de conocernos un poco más, adrenalina y diversión en el parque de diversiones con Patrick finalmente llegue a la casa de Sabrina exhausta, no me quejo pero me dejó con pocas energías ese recorrido en Kinsale. Pasé silenciosamente la sala para no ser vista ni escuchada por la familia Hoffman hasta que llegue a salvó a las escaleras, hice un rápido baile de gloria.

Houston, lo hemos logrado.

Pero como soy Madeline Bennett la chica mala suerte, antes de llegar al tercer escalón mi camino es interrumpido por el pequeño Jax que sonríe como si le hubieran regalado su primer libro en navidad.

—Madeline volviste — murmuró y le hice una seña para que guardara silencio, pero nuevamente mi mala suerte apareció y el pequeño Jax ignoro mi seña y no tuvo ni un poco de  piedad —. ¡Mamá! ¡Maddi volvió justo pada la cena! — Y así es como ahora todos están presentes en mi funeral.

Nah miento, solo que el muy ingrato gritó, tal como un niño con su primer libro de ciencia ficción con mucho entusiasmo, pronto Sabrina se asomó desde la cocina y luego camino cerca de las escaleras.

—Me alegro que hayas vuelto Madeline, justo para cenar con nosotros — fulmine al enano antes de mirarla para poder protestar pero vamos, su oferta es muy tentadora —, hice un poco de pizza casera y pasta italiana, espero y te guste, no sabía exactamente que cocinar para ti.

—No soy de gustos exigentes madre, con eso me doy por bien servida — ¿vieron eso? Le he dicho la palabra con cinco letras y dos vocales, quizás no estuvo en toda mi vida pero no negare esos momentos que se me sale la palabra, y luego no sé qué más hacer, exacto, como en este momento.

—¡Genial! Ahoda tendde con quién hablad — dijo el pequeño Jax tomando mi mano con su manita —, no son muy habladodes a la hoda de la cena.

Nota del día: enseñarle a pronunciar la «erre» a Jax.

—Eres un pequeño mentiroso, que tú no entiendas los temas de adultos no es nuestra culpa.

Entonces el enano le saco la lengua a Sabrina haciéndome reír un momento para después concentrarse a dirigirme hacia el comedor, al entrar pude notar al viejo hurgándose la nariz —mentira, aunque hubiera sido grandioso que arruine la fachada de esposo perfecto— la realidad era que estaba con su laptop, me senté a lado de Jax mientras Sabrina volvió a la cocina.

—Madeline, creí que llegarías cansada del recorrido, ¿que tal te pareció Kinsale?

—Lo estoy pero no puedo rechazar un plato de pasta y pizza casera vie... Luke — ¡Cielos! Por poco le digo viejo, será mejor que me guarde el apodo —, con lo poco que conocí, no me quejo, es lindo el pueblo, aunque me dio por conocer más pero ya era tarde.

—Mañana podemos recorrer lo que te faltó con Dan, Jax y tu madre.

—¿Dan? — fruncí el ceño pero me sobresalte por el golpe ocasionado por Jax.

—¡Soy yo! Yo soy Daniel pedo me dicen Dan.

—¿Tú no eras Jax? Escuché a Sabrina claramente gritar tu nombre está tarde — Luke chasqueo sus dedos con diversión mientras Dan me miraba con su ceño fruncido.

—Tu madre suele confundirlos cuando la desobedecen, le había dicho a Dan que te diera tu espacio hasta la cena pero nuestro hijo es un cabeza dura y fue de curioso a conocerte, suele confundir nombres.

—Aunque no debería, somos muy distintos Dan y yo.

Entonces un castaño, que podría ser muy bien de mi edad, apareció en el comedor —el verdadero Jax— con la típica aura arrogante de los adolescentes de novelas juveniles y tomo asiento en frente de Dan y yo.

La Banshee | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora