6| El Comienzo Del Sueño.

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Madeline

—¿Te piensas quedar mirando toda la eternidad la preparatoria? Algunos si queremos estudiar — puse los ojos en blanco en cuanto escuché la voz de Jax.

—Cielos, ni tú te crees esa, Jax — abrí la puerta del auto y baje para darle una sonrisa a Dan y a Sabrina como despedida —, listo, ¿Feliz? Ya estoy afuera.

Jax iba a decir algo más pero no le di tiempo cuando le cerré la puerta haciendo que se golpeara con el cristal, sonreí y me adentre a las instalaciones teniendo un dolor en mis sienes, algo pasaría.

—¡Hey, hey! Neoyorquina, ¿No quedamos que nos iríamos juntos todas las mañanas a partir de hoy? — al escuchar a Patrick sonreí avergonzada y me encogí de hombros.

—Lo he olvidado, con lo de anoche no dormí muy bien que digamos y tuve que decirle a Sabrina que si me podría llevar, lo siento, ¿Mañana? Prometo que iré directo a tocar la puerta de tu casa.

—De acuerdo, solo aceptare si estas dispuesta a contarme el sueño que no te dejo dormir — me removí incómoda al recordarlo y asentí, algo me inventaría para evitar contárselo.

(...)

—Entonces dices, ¿Que soñaste que en alguna fiesta, específicamente a la primera que realizarían en tu reciente estadía aquí, podría volverse llamas y viste varias muertes en la que estoy incluido?

—Agh, tienes esa expresión de "esta chica esta loca" — al final no tuve tiempo en inventar un sueño ya que tuve la primer clase libre ¿Y adivinen? Es una de las que comparto con Patrick.

—No, esta expresión es de "oh cielos, cuanta imaginación tiene esta chica en sus sueños" te creo que lo soñaste pero no veo el problema.

—Parecía tan real que tengo miedo que enserio pase — fue lo único que dije aunque por la expresión que me dio seguramente sabia que había algo mas que no incluí.

Y era obvio, recién nos conocíamos y no le diría: —Hey soy una banshee, mataron a mi padre por tener una hija diferente, mi novio se hecho la culpa y lo arrestaron, ahora vivo con mi madre a la cual no veía durante muchos años, veo muertes y no se como evitarlas. Como si fuera lo más normal de la vida ser una banshee, con eso seguro me mandan a un Psicólogo, no gracias.

—Lo irónico es que hoy precisamente hay una fiesta en casa de Michael, y pensaba invitarte para seguir presentándote a personas nuevas — me apoye en el árbol que estaba detrás de mi y asentí —, vamos deberías ir, solo fue un sueño no creo que se cumpla — si supiera, se dio cuenta que aún estaba indecisa y sonrió —, y si se hiciera realidad puedes evitarlo — me alentó como si eso fuera lo que quería escuchar.

—No crees que suceda, esta bien no has sido el primero pero no me hables como si fuera una niña que tiene miedo del monstruo inexistente debajo de su cama y tú eres el papá que intenta tranquilizar su locura, ¿Entiendes? Me haces sentir como una estúpida.

—Y esa no era mi intensión, discúlpame — ahora el ambiente se había vuelto tenso y era mi culpa, era obvio que lo que dijo no había sido con esa intensión, suspire.

—Esta bien, creo que estoy muy agobiada con todo este repentino cambio en mi vida y una fiesta me ayudaría a relajarme, claro si aún esta en pie la invitación — con eso logre sacarle una sonrisa a Patrick.

—¡Por supuesto! Pasare por ti a las ocho y claro, también te regresare a casa sana y salva, ¿Crees que tu madre te deje?

—Por lo que vi el primer día le agradas, solo diré que también iras y seguro me deja ir.

La Banshee | EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora