Capítulo 13- Invasión

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El Ángel del Rey

"Irradia tu frescura,

Irradia tu pureza,

Y jamás te saco de mi cabeza..."

~°~

Como si no fuera suficiente con aparecer en la puerta de su casa frecuentemente, también se paseaba por la tienda Sakanoshita, lugar de trabajo del ángel. Lo observaba detenidamente algunas veces, pero luego empezó a perseguirlo dentro de la propia tienda, sin perderle el paso, sin quitarle el ojo.

—Hinata, lleva estas cajas al almacén —ordenó el dueño de la tienda, que se encontraba sentado hablando por llamada y con un cigarro en la mano. Al hombre de cabellos teñidos no parecía importarle la acosadora presencia del rey, tomándolo como algo natural, seguramente uno de los idiotas amigos del adolescente.

Hinata se acercó para empezar a llevar las cajas, siendo seguido por la sombra con corona que no lo dejaba tranquilo. Desde la puerta, pasando el pasillo, ingresando al almacén, llevar esas cajas no era mucho esfuerzo, lo que le daba dolor de cabeza era tener que clasificar los productos o peor aún, tener que acomodarlos en un estante alto.

Y esa tampoco sería la excepción. El ángel miró con indiferencia aquellos paquetes de fideos instantáneos que por orden o capricho de su jefe debían ir arriba de todo. ¿Realmente la gente era tan alta? ¿O sólo los que comían ese alimento poseían semejante contextura?

Quitando esos pensamientos de su mente, se inclinó un poco, preparado para dar uno que otro salto hasta terminar de acomodar esos productos. De un solo impulso, se elevó... Pero no se elevó por propia habilidad, sino porque los brazos del rey lo habían sujetado repentinamente para que llegara a esa altura.

—¡¿Q-Qué estás haciendo?! —Se ruborizó volteando su rostro para encarar el contrario, quien lo miraba profundamente con esos ojos azules—. ¡B-Bájame, idiota! —Y comenzó a forcejear sin cuidado alguno con el paquete de fideos en su mano, que usó para golpear la cabellera azabache del más alto, tirando así su corona y también los fideos.

Ante eso, el rey lo dejó caer, apropósito, molesto.

—¡Hinata, no rompas los productos! ¡Volverás a pagarlo de tu salario! —le llamó la atención el jefe, con total calma y sin mirar, pero sabiendo muy bien lo que ocurría por ahí.

—¡¿Qué?! ¡Pero si ya tengo el mínimo del mínimo! —se quejó adolorido por la caída y aún sin levantarse.

—¡Si sigues haciendo desastres tendrás la mitad del mínimo del mínimo! —amenazó sin dejar esa tranquilidad y suavidad en sus palabras que en realidad no le quitaban lo cruel.

Hinata suspiró, levantó su cabeza para observar con mala cara al culpable de sus recientes desgracias. Pero al azabache sólo le causó ternura ver su expresión molesta, como un niño pequeño haciendo un puchero. Nuevamente se le había acelerado el corazón.

—¡Sólo para que sepas, esto es todo absolutamente tu culpa! —Se levantó y lo regañó infantilmente, conteniendo las lagrimitas que amenazaban con salir de sus ojos dorados.

—Asumiré toda la responsabilidad, así que ¡cásate conmigo! —gritó emocionado, tomando sus manos y acercándose demasiado a su rostro.

Una vena de enojo apareció en la frente del ángel, que iba cerrando sus ojos con molestia a la vez que apretaba los dientes. Parecía que iba a explotar o algo peor.

El rey volvió a recibir un cachetazo.

~***~

Espero que les haya gustado, de a poco vamos conociendo a Hinata y muuuuuuy de a poco su relación va a ir avanzando. Por como está la cosa faltan años luz  para que estén juntos, pero así es la vida. Gracias por leer, espero sus comentarios, saludos! 

El Ángel del Rey [KageHina] Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora