Capítulo 22- Incentivo

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El Ángel del Rey

Cap. 22: Incentivo

"Mi mano, tu mano.

Tu vida, mi vida.

Por siempre al lado..."

~°~

Nishinoya definitivamente le daba vida al equipo. Era ese tipo enérgico y positivo con tanta confianza en sí mismo como en los demás, tanto que llegaba a ser contagiosa en algún punto. Seguramente sería el alma de las fiestas también. Por su parte, Asahi era todo lo contrario a él. Tímido, asustadizo, como si les hubieran intercambiado las apariencias. Tampoco sabía mucho de ellos, sólo algo de que a uno le había quedado un trauma por un partido y el otro se había pasado de violento o algo así, en realidad no le interesaba.

El encuentro con Aoba Johsai sería dentro de una semana. Muy poco tiempo para acoplarse como un equipo, pero lo estaban intentando. El pequeño líbero había resultado ser toda una Deidad Guardiana, tal como le decían. Y aunque sólo le interesaba un enano, ése otro se había ganado algo de su respeto por su habilidad y perseverancia.

Aunque por otro lado...

—¡Noya-san, eres genial! —exclamó el ángel lleno de admiración. Llevaba toda la práctica alabando los movimientos defensivos del primer chico que conocía que era más bajito que él.

—Oh, Shoyo. —Y ya lo estaba llamando por su nombre, cuando se conocían hace apenas un día—. Como tu senpai es mi deber enseñarte, así que pregunta todo lo que quieras. —Se regocijaba de orgullo, como si lo estuviera presumiendo en su cara, aunque probablemente ni siquiera se percatara de su mirada rabiosa.

El enano se había robado a su enano.

—Parece que te quitaron a tu reina, alteza. —No había que ser muy observador para notar que la parejita de primer año no estaba cumpliendo con su habitual rutina de pasarse todo el día pegados, y Tsukishima no perdía la oportunidad para meterse con él. Fastidiar a un sujeto con muy probables problemas psicológicos se estaba convirtiendo en uno de sus fetiches, tal vez, un poco sádico.

—Devuélveme a mi reina... —masculló con impotencia, siguiéndole el juego sin notar que en realidad se estaban burlando de él.

Kageyama caminó hacia el dúo de duendes a paso firme, pero a medida que se iba acercando la seguridad le disminuía. Podría ir y separarlos directamente, podría llevarse al pelirrojo y hacer que practique con él porque tenían que perfeccionar el ataque rápido y el partido contra el Seijoh estaba a la vuelta de la esquina. Y quería, de verdad quería monopolizarlo por completo. Pero no podía hacerlo. Algo en su cabeza hacía eco y retumbaba con fuerza diciéndole que no, no debía.

Le había prometido a Hinata que se comportaría mejor.

Llevaba mucho tiempo cumpliendo su palabra como para estropearlo ahora. El efecto del hechizo seguía presente y debilitaba su arbitrariedad por lo menos lo suficiente como para reprimir la impaciencia y deseos de aniquilación. Así que respiraba hondo e intentaba relajarse. No rompería su promesa. No maltrataría a sus inútiles compañeros de equipo, no secuestraría a Hinata para alejarlo de los otros humanos y no mataría al enano intruso. Se comportaría.

—¡Kageyamaaaaa! —exclamó el ángel con una sonrisa radiante mientras corría hacia él, otorgándole finalmente algo de atención—. ¡Solicito tus pases, quiero mostrarle a Noya-san nuestro ataque rápido!

Ah...

Algo se le revolvió por dentro. Probablemente toda esa impaciencia y deseos de aniquilación.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2021 ⏰

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