Capítulo 20- Química

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El Ángel del Rey

Cap. 20: Química

"Cada momento, cada toque...

Reanima mi ser...

Eres las palabras que ansié mi vida entera"

~°~

Cuando los ojos desafiantes del ángel lo atravesaron una vez más, sintió ese fuego en todo el cuerpo. Y las ganas de encenderlo a él también se le venían encima. Pero conectar con la realidad suele ser un baño de agua helada que se lleva toda la magia consigo. En su hombro y en el del ángel se posaron las manos del vice capitán, quien con una sonrisa nerviosa que no dejaba de emanar frescura, les decía palabras para tratar de tranquilizarlos.

Entonces el rey respiró y soltó por fin el dióxido de carbono que su sistema respiratorio había convertido.

—De acuerdo... muéstrame de lo que eres capaz. —Incluso en su tono de voz se sentían las llamas.

~°~

Dicen que una vez que se conoce la teoría, pasar a la práctica es pan comido. Seguramente quien sea que lo haya dicho, no se estaba refiriendo a jugar vóley con el todo poderoso rey de la cancha.

—Tú... —le llamó la atención al pelirrojo—. Hace rato dijiste algo de convertirte en la estrella y no sé qué cosa, pero... eres realmente malo. —Sincero y decepcionado, eso podía sentirse, aparte de la molestia que comenzaba a crecer en él.

A Hinata le habían clavado otra daga justo en el corazón y contener su impotencia sólo aumentaba los temblores internos que sufría su cuerpo.

—¡C-Cállate... es que...! Es que... —Es que no podía seguir el ritmo de un tipo tan malditamente talentoso como él.

Tendría que haberlo visto venir. Después de semejante saque, ¿qué es lo que podía esperar? Claramente el rey estaba a otro nivel. Por eso, justo después de que terminaran el calentamiento, aquel ser malditamente talentoso comenzó a destacarse en todo lo que hacía. Ya fueran saques, recepciones, pases o un simple pero perfecto control del balón como si jugara con sí mismo.

Era demasiado bueno...

—Hinata, no te desanimes.

Escuchó la voz de la misericordia.

—Vamos, es momento de practicar remates, ese es tu punto fuerte, ¿verdad? —Con una mirada como esa ni siquiera hacía falta tener un punto fuerte para sentirse motivado. Sugawara sabía cómo levantarle el ánimo a la gente, aunque tal vez también se debiera a que el pelirrojo había estado esperando con muchas ansias a que llegara ese momento.

—Kageyama, ¿puedes armar de este lado?

Y ante el llamado de su capitán, como si de un perro siguiendo un hueso se tratara, simplemente fue. Casi que parecía que movía una cola canina con emoción.

—Tan obediente con lo que le gusta... —soltó Tanaka, sintiendo que se iba acostumbrando a ese tipo tan egocéntrico.

El rey no se molestó en prestar atención a la división de jugadores o tan siquiera notar en qué momento llegaron más de ellos, y eso que había un tipo que sobresalía con su horrendo carácter y su fanático amigo. En su lugar, puso la mente en blanco y luego recreó mentalmente los movimientos que tendría que hacer con sus manos, desde el detalle de cada dedo hasta la vista con la que sus ojos se encontrarían. Su capacidad de concentración era tan alta que ni las palabras que soltaban los rematadores, fueran las que fueran, podían interrumpirla.

El Ángel del Rey [KageHina] Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora