Capítulo 7

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La música estridente despertó al chico peliverde, sus hermosos ojos se abrieron con pesadez, sentía que no estaba listo para despertar ni ese día ni ningún otro.

Pero esos sonidos enloquecidos eran insoportables, le recordaba a la música que su amiga Mei solía escuchar en su taller porque, de echo, era la misma.

Dubstep, así la llamaba, nunca fue de su agrado y lo era mucho menos en esas condiciones, por un momento sintió una profunda nostalgia, creyó haber despertado con su amiga, pero recordar que estaba en esa morgue solo le causó dolor.

Hasta el momento había conservado la calma tratando de imaginar que era solo una pesadilla o que sería rescatado algún día, pero la realidad lo había golpeado en forma de un triste y vacío despertar.

Lentamente se giró hasta estar de frente, no sabía si quería estarlo, simplemente lo hizo y se encontró con lo mismo de cada día.

Bakugou estaba ahí con su bata de doctor picando a uno de ellos con sus agujas para luego hacer pruebas con sustancias que el peliverde ni siquiera podía imaginar qué eran.

En este caso era Momo la elegida, la chica no estaba atada, simplemente estaba recostada en la mesa de autopistas y el rubio la observaba de cerca.

El corazón de Izuku se agitó al notar que después de lo que pareció una convulsión la chica no se movió y se notaba muy muy pálida, se giró para compartir su preocupación con Uraraka, pero fue grande su sorpresa al ver que la chica no estaba ahí.

Midoriya no podía pensar, ni siquiera podía concentrarse con todo ese ruido, Bakugou observó el reloj de su muñeca y con la velocidad de un rayo conectó a la chica de cabello negro a un monitor cardíaco.

—Todoroki, ven aquí – el rubio dijo al teléfono y de un mueble situado en una esquina sacó una caja de color negro.

“¿Qué ocurre? ¿Qué le está haciendo? Díos, por favor salva a Momo"

En ese momento la puerta se abrió y el mitad pelirrojo entró, la castaña caminaba detrás de él sin intentar huir.

—Siéntate en tu jaula, perra – el más alto señaló el lugar que la chica castaña solía utilizar y ella obedeció sin decir nada y sin mirar a ningún otro lado.

El heterocromático observó el cuerpo de la chica y presionó un botón para apagar la música —¿Cuánto tiempo lleva así?

—Medio minuto, llegaste muy rápido – Bakugou no dejaba de observar su reloj y el monitor.

—¿Dónde está mi…? Si, eso…

Bakugou le entregó la caja negra y el más alto sacó una inyección de ella, la clavó con fuerza en el pecho de la chica y unos segundos más tarde esta comenzó a toser.

—Creo que la dosis fue muy elevada… - el medio alvino habló mientras revisaba las funciones motoras de la chica asegurándose que no tuviese indicios de daño cerebral.

—¿Cómo funcionó la anterior? – el rubio preguntó y ambos miraron hacia la celda de la derecha.

“Espera ¿Qué? ¿Acaso están haciendo drogas o lavados de cerebro?”

Izuku pensó al ver que ambos en especial Bakugou observaban a la castaña que seguía con la mirada fija en el piso, mientras tanto Todoroki terminó de medir la presión sanguínea de la chica más alta.

—Muy bien, está mansa como un cachorrito – Todoroki sonrió   —Tendré a está en observación por unas horas, no quiero que se estropee el avance – le inyectó más líquidos y luego volvió a guardar sus cosas.

—Como quieras, creo que voy a necesitar otro huésped, uno limpio, la nueva muestra estará lista en unos días y necesito uno descontaminado.

El de los ojos rubí suspiró y se sentó en la silla de las torturas —No estoy llegando a ninguna parte, tal vez debí dejar que el imbécil se quedara aquí

“Tal vez hablan del amante de Momo…”

Izuku continuó escuchado la conversación sin que ninguno de ellos notara su presencia.

—Te dije que nos serviría, pero te empeñaste en usarlo como distracción – Todoroki se cruzó de brazos.

—¿Intentas decir que es mi culpa? – el más musculoso paso su mano por su rostro y observó a su compañero con molestia en él.

—No, además no solo estás estancado tú también yo lo estoy, ambos estamos en esto

Izuku se sorprendió al ver al más alto acomodarse en sobre las piernas del rubio, éste aún lo observaba con molestia en su rostro, pero permitió el gesto.

—Ambos lo estamos, tal vez deberíamos replantear la ecuación – el heterocromático habló mientras intentaba domar aquellos mechones rubios y rebeldes.

—Tal vez no deba ponerte el collar a ti, sino a tu cabello, es una maldita molestia – el medio alvino se burló y el rubio sonrió.

—Ya corta esa mierda – se quejó intentando fingir que no estaba sonriendo y golpeó la mano del más alto para apartarla de su cabeza.

Izuku giró el rostro para buscar en su compañera de cautiverio una respuesta a lo que estaba viendo, pero Ochaco continuaba en la misma posición, con un terrible hematoma en su mejilla izquierda.

—Debemos llamar a "tres" tal vez él pueda encontrar una solución – el mitad alvino seguía masajeando los hombros del malhumorado.

—¿Crees que no puedo hacerlo solo? ¿Por qué no intentas terminarlo todo con él? – el rubio se enfadó y puso su puño contra la cara cicatriz del rostro de su compañero.

—Solo intento encontrar una solución proactiva, quedarme aquí cogiendo el día entero no solucionará nada

—Imbécil – el musculoso se quejó aludido por el comentario del más alto.

—Estoy seguro de que tu también quieres terminar con esto cuanto antes – Todoroki se apoyó en el respaldo de la silla y acercó su rostro al del rubio.

—¿Bromeas? Esto es más divertido de lo que creí, es una puta locura – el rubio estuvo a punto de cerrar la distancia entre ambos, se observaron a los ojos sin decir una palabra.

Por un momento Deku creyó ver más deseo que lujuria en las acciones de ambos, desde un punto retorcido parecía que ambos coqueteaban con el otro.

—¡Ahora que lo recuerdo! – Bakugou empujó al heterocromático y se puso de pie   —Los resultados llegaron hoy

El rubio le entregó una carta a Todoroki y este comenzó a leerla   —Está limpio – el rubio se anticipó a que lo leyera en el papel.

Izuku sufrió un mini infarto cuando vio que el par de muchachos sonreía de forma malévola y lo observaban fijamente.

—Lo sabía… Eres perfecto – Todoroki caminó hacia la celda de Izuku  

—Mi gatito tiene mucha experiencia, deberías haberlo visto – se dirigió al rubio narrando lo sucedido anteriormente   —Sabe chupar vergas como un puto experto.

El heterocromático sonrió y se puso en cuclillas frente a Izuku, el chico pecoso estaba muy avergonzado, no lo había echo por placer sino por miedo.

—No eres tan inocente como aparentas ¿O si, perra? – Bakugou se apoyó en la celda y observó a su pequeño ratón de laboratorio.

—Por ahora debo irme, "Dos" está jodiéndome otra vez, pero cuando vuelva te daré la bienvenida que debí darte desde que llegaste – el medio alvino intentó alcanzar al peliverde a través de los barrotes, pero el chico lloraba casi pegado a la pared.

Bajo otras circunstancias, el hombre más alto lo habría obligado a acercarse y humillarse, pero ese día estaba de muy buen humor.

—Es temprano ¿No crees? – Bakugou se cruzó de brazos, si pero Hamilton vendrá hoy y ya sabes debo preparar muchas cosas.

—Como digas, yo me quedaré con la cola de caballo – Bakugou regresó a la mesa y volvió a observar a la chica que por alguna razón estaba desnuda.

—No llores gatito, ayer lo hiciste muy bien, sé que te gustó espera a que esté dentro de ti, vas a llorar pidiendo más – el mitad pelirrojo se relamió los labios.

“No, Dios no, ¿Por qué a mí? ¿Qué voy a hacer? Debí hacerlo cuando tuve la oportunidad, al menos habría sido por amor”

Izuku se arrepintió de las pocas ocasiones en las que habría podido perder su virginidad con un chico que fue de su agrado y ahora tendría que soportar ser abusado por un maniático.

—¿Cuánto tiempo durará así? – Todoroki se levantó y se acercó a Uraraka.

—Según la simulación… Unas seis horas – Bakugou ni siquiera despegó la vista de su laptop.

—Bien, regresaré en unas horas, quiero encontrarlo limpio ¿Entendiste? – el más alto ordeno mientras señalaba a Izuku.

—Deja de decirme qué hacer ¡IDIOTA! – el rubio respondió lleno de ira.

—Haré lo que yo quiera – el otro respondió con tono neutral.

—¡¡VETE A LA MIERDA!! – Bakugou le lanzó lo primero que encontró, pero Todoroki ya había abandonado el lugar.

Izuku no sabía qué hacer, estaba asustado y nunca se había sentido más solo, el hombre rubio volvió escuchar su música a todo volumen.

“Ve el lado positivo, Izuku, tienes unas horas para prepararte mentalmente… Pero ¿Cómo te preparas para algo así? Tengo que ser fuerte… Por mamá, no moriré aquí, voy a ver a mí mamá otra vez, voy a volver a abrazar a Mei a Melissa, Iida… Y a Shinso”

El chico no lo pudo evitar y continuó llorando, pensaba en que debía estar en la biblioteca estudiando o en su habitación fingiendo que estudiaba mientras observaba a su compañero leer y por el endemoniado destino estaba ahí siendo torturado.

Sumisión [KatsuDeku] [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora