Capítulo 19

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Izuku abrió sus ojos poco a poco, estaba confundido, pero por primera vez en meses, no había olvidado lo que había sucedido.

Logró salir de aquel infierno, un policía muy alto y fuerte apareció por la puerta de la casa que ya se quemaba con otro hombre en sus brazos. Al verlos había corrido hacia ellos y junto a él habían esperado hasta que llegaron cuatro ambulancias para transportarlos y aunque él había luchado como loco, no le habían permitido ir con ninguna de las chicas, tenía que viajar y ser atendido en su propia ambulancia.

Recordó que al llegar al hospital estaba tan abrumado que solo quería correr, irse de ahí, mucha gente lo rodeaba, lo pinchaba con agujas que no quería volver a sentir jamás, intentó liberarse, pero un doctor asiático lo había puesto a dormir con una inyección más.

Al abrir los ojos se encontró con esa maldita y espeluznante luz blanca que brotaba de una lámparas alargadas, su corazón comenzó a latir con fuerza.

"No puede ser, estoy de vuelta y está vez Todoroki me matará, Bakugou va a golpearme hasta la muerte "

Estaba tan asustado que ni siquiera notó que estaba en un hospital y no en la morgue. Se levantó sin poder controlar el temblor de su cuerpo, al salir al pasillo se encontró con una estancia blanca y pacífica, a pesar de que su intuición le decía que había algo sin encajar, que estaba en un lugar distinto, su mente lo obligaba a querer huir.

Caminó imaginando que lo hacía de prisa y que el pasillo era gigantesco, cuando la verdad era que con cada paso se le escapaba más y más la vida, al salir de la habitación su catéter se había desprendido a la fuerza y ahora esas heridas sangraban y además de la desnutrición tenía fiebre, dolor de estómago y evidentemente, alucinaciones.

Una enfermera que hacía su ronda habitual encontró el rastro de sangre y alertó a los doctores y seguridad del hospital, siguió el rastro hasta una habitación y sin dudarlo entró.

—Descuida Ochaco, no me iré a ninguna parte, te prometo que pronto saldremos de aquí - Izuku acarició suavemente una almohada en la cama vacía.

—¿Estás bien? Por favor debo llevarte a tu cama - la enfermera se acercó lentamente.

Pero cuando el peli verde vio su cabello rubio creyó que Toga lo había encontrado y asustado comenzó a gritar sostenido su cabeza con las manos sangrientas.

Necesitaron dos enfermeros para sedarlo y llevarlo de nuevo a su cama, todo ante los ojos llenos de dolor de su madre, la señora Inko se había apartado cinco minutos para ir por un café y su hijo se había hecho tanto daño que necesitó que lo sedaran para curarlo.

.

Una vez más Izuku abrió sus ojos lentamente y aunque su pecho estuvo a punto de estallar al encontrarse atado a una cama de hospital, todo cambió cuando vio aquellos ojos de color verde, a pesar de que cuando estaba atrapado solía tener pesadillas imaginando que no sería capaz de reconocer el rostro de su madre, ahora que la tenía frente a él fue inmediato, su cuerpo se relajó e intentó saltar a sus brazos.

—Ya está bien, bebé - Inko saltó a abrazar a su hijo —Ahora estás a salvo, jamás permitiré que te alejen de mí otra vez - la mujer lloró como nunca sobre su hijo quien a pesar de no sentir nada gracias al sedante, estaba muy dañado físicamente y sentimentalmente.

—Ma... Mamá, ¿En serio estás aquí? - el chico preguntó confundido mirándola fijamente mientras le quitaba las ataduras —¿No estoy alucinando o muerto?

Sumisión [KatsuDeku] [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora