Sumisión [KatsuDeku] [TodoDeku]

Capítulo 16

Finalmente está listo, pido muchas disculpas por si hay algún error de ortografía, en los siguientes dias me ocuparé de corregirlo, asi que espero que lo disfruten.

Por cierto tengo que advertir que tal vez algunas escenas no sean tan agradables de leeer.

...

Cuatro amigos se abrazaron con fuerza, las chicas entre lágrimas y los chicos tratando de ocultar que no querían separarse, aunque en el fondo deseaban desesperadamente volver a esos días en lo que las cosas eran normales, solo preocuparse por las pruebas y los exámenes que debían rendir para seguir adelante.

Sin embargo, hoy se despedían con la posibilidad de jamás volver a verse. El grupo estaba dividido y de la peor manera, uno de los amigos estaba desaparecido y otros dos eran obligados por sus padres a volver a sus ciudades natales.

—Te vamos a extrañar, idiota - Mei abrazo a su amigo del cabello morado, él correspondió el abrazo y se quedaron así por unos segundos —Por favor, promete que seguirás en contacto.

—Lo intentaré - el chico pálido fingió una sonrisa —Me enviaran al pueblo de mis abuelos y no sé si habrá señal en de internet en un pueblo pesquero de Irlanda - esta vez no pudo ocultar su molestia, tampoco deseaba irse, pero no tenía opción.

—Lamento que nuestros padres sean así - Melissa se acercó a sus amigos después de abrazar a Iida —Seguramente papá me dejará encerrada en el bunker por unos años.

—Tendrán que seguir buscando al idiota por su cuenta - Shinso volvió a colocarse la capucha del suéter y ocultó sus manos en los bolcillos como acostumbraba.

—Por favor, no nos olviden - Melissa abrazo a su amiga Mei. No estaba lista para viajar tantas horas de vuelta a los Estados Unidos, pero tenía que hacerlo.

—Los mantendremos informados - Iida habló con su acostumbrado tono de seriedad, pero la tristeza era obvia.

Iida observó a sus amigos tomar taxis diferentes y aguardo a que se marcharan para dirigirse a Mei —Todo depende de nosotros ahora - dijo con una sonrisa extraña en sus labios.

Mei lo observó con cautela, el peliazul se había comportado bastante extraño últimamente, casi no salía de su habitación y había rechazado la invitación a ir a la comisaría las últimas veces que lo habían hecho, de hecho lo más raro fue encontrarlo en el piso de su habitación con una cantidad insalubre de medicamentos sobre la mesa a punto de ser ingeridos.

Mei retrocedió unos pasos y apartó las manos de su amigo de sus hombros —Llamaré a la madre de Izuku, quiero saber cómo se encuentra - sonrió incómoda por el gesto de su amigo y se marchó hacia su habitación.

—Si, ahora es nuestro turno - el de las gafas repitió para sí mismo mientras observaba la dirección en la que se habían marchado los taxis.

...

Izuku abrió sus ojos poco a poco, sabía que estaba encerrado con unas chicas en la casa de un par de enfermos, pero no recordaba que le había ocurrido, es decir, todo seguía como siempre Uraraka estaba durmiendo a la derecha y Momo seguía ahí, a su izquierda, sentada sin decir una palabra.

La silla de las torturas estaba vacía igual que la mesa de operaciones, pero la mesa de autopistas guardaba algo sobre ella cubierto con una sabana gris, había un olor raro en el aire, como a metal y a químicos. El peliverde luchó con su mente tratando de recordar qué había ocurrido.

—¡Ochaco, Ochaco! - llamó a la castaña intentando no hacer demasiado ruido, pero esta no respondió, ni siquiera se movió.

El miedo lo invadió, Momo se había ido y ahora Uraraka también lo había abandonado, intentó moverse para asegurarse de que siguiera respirando, pero no pudo.