cap.16

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Capítulo 16. Cine.

Demi Lovato – Heart Attact 
Puttin’ my defences up ‘cause I don’t wanna fall in love if I ever did that i think I’d have a heart attack. Never put my love out on the line, never said yes to the right guy. Never had trouble getting what I want. But when it comes to you, I’m never good enough. 

Agosto 14, 2012 

Mi estimado socio. 

Wow. Debo decir que no creía que lo arruinaras tanto en tan solo un fin de semana. Tú sí que eres experto en eso. 

Primero, lo del beso me ha dejado en shock. Creo por fin le has dejado probar esos deliciosos labios que te cargas. Ella sí que tuvo un feliz cumpleaños. Me hubiera encantado ver la llave que le has obsequiado. 

Número dos, en cuanto a lo del tío, no puedo creer que él ahora sea su padre, qué cosas de la vida. Su madre sí que se divertía eh. ¿Te dijo un par de realidades que calaron? Escucha, sé que algo sufriste y que él te lo recordó de algún modo, pero no puedes dejar que sus palabras te arruinen aunque sé que no te han arruinado ni molestado en lo absoluto, te agrada por una razón. Tal vez sea eso importante. 

En cuando al chico que se ha interesado en ella. ¿Es el sensual ruso del que todos hablan? Porque si es así lo siento amigo, pero hasta yo caería en esas redes. El tipo es endemoniadamente ardiente. Yo que ella, sí le hacía caso. Me alegra que tengas un amigo, te hacía un poco de falta. He visto cómo bromean en la cafetería, son un par de estúpidos haciendo mariconadas. No hay nada más bello que eso. 

¿Qué te puedo decir de mí? Me han premiado, me he peleado con una de las D. Soy adicta al café. Compré un perro, le puse Poop. Mañana tengo que ir a ver vestidos para el baile del sábado. Por cierto, ¿ya tienes pareja? En fin, espero que estés bien o algo más o menos así. 

Eres un buen tipo, no lo olvides. 

Hasta pronto socio. 
- Anónima. 
PD: Adjunto tarea. 

Después de leer la carta tomé la segunda hoja y reí al ver la fila de O-O-O l – l – l que había en la extensión de la hoja. “Repítelas y bien hechas sino volveré a enviártelas “ –noté el pequeño avioncito dibujado y medio sonreí. Guardé las hojas en la mochila y luego me dirigí a mi primer clase. Russel ya estaba ahí esta vez. 

Me senté a su lado y él medio sonrió-. Laa-Laa.
- Tinky Winky –saludó. 
- Oye, ¿vendrás al baile del sábado? –pregunté, normalmente yo no venía a este tipo de eventos, me la pasaba en casa jugando, pero tenía todos los juegos confiscados y hasta mi televisión. Así que no tendría en qué entretenerme. 
- Lo he pensado, ¿piensas invitarme? 
- No. 
- Lo sé, ¿crees que Jamaica quiera venir conmigo? 
- Pues tendrás que cargarla, pedirle permiso a su padre y todo eso, pero si le preguntas no creo que te diga que no –respondí sinceramente. 
- Entonces si ella viene yo lo haré. ¿Tú tienes con quién venir? –inquirió.
- Normalmente nunca vengo. No tengo auto, ni un traje ni esas cosas que quieren las chicas de uno –admití-. Además me tienen miedo. 
- ¿Y tu novia? –preguntó-. Podemos venir los cuatro. 
- No es mala idea –admití- aunque no creo que Ann quiera venir conmigo. Le preguntaré. 

Saqué mi teléfono y le envié un mensaje-. “¿Vienes conmigo al baile o un gorila con limosina te traerá? – H”

“Tú eres más guapo que los gorilas, me veré mejor contigo, al final de la noche nos separamos, ¿trato? – A”

“Trato, Russel y Jamaica van – H” 

“Bien, besos guapo – A” 

Miré a Russel y él garabateaba la fecha en su libreta, yo también lo hice y él me miró como preguntándome qué había pasado-. Irá conmigo. 
- Su relación es genial –reí y negué. 

El día siguió sin ningún cambio o asunto interesante. Solo eran clases aburridas y simples. Estaba demasiado aburrido como para prestarle atención a todas y cada una de ellas. Era un horrible ritual de citas. Todos buscaban la forma de invitar a una chica al baile. 

Los que eran feos y no tenían amigos estaban destinados a una noche más de humillaciones. Si tenían suerte una chica fea les diría que sí a sus patéticas propuestas. A menos que por un maravilloso milagro una chica bonita los viera y ellas lo invitaran a ellos. ¿Por qué? Simple: carnada. 

Eran los peones que utilizaban para darle celos a los exnovios. Sigo sin comprender cómo es que se prestaban para ese tipo de juegos, pero vamos… ¿a quién engañamos? Si me pagaran por salir una chica bonita honestamente creo que lo haría. Un par de euros no me vendrían mal. Pero querría el pago en efectivo, por adelantado y tal vez, solo tal vez aguante una noche. Aunque creo que yo mismo ahuyentaría a la chica antes de que llegáramos. 

- ¡Ve conmigo al baile! –rogó Darren a Chloé otra de las porristas. Ellas eran una de las pocas chicas a las que yo casi nunca le veía, siempre estaban en entrenamiento y era capitana de ellas. 
- No. 
- ¡Por favor, por favor, te he comprado un collar y una flor e incluso te mandé a hacer una invitación enorme, está colgada en el techo! –gritó Darren. Se puso de rodillas. 

Ella estaba sentada a pierna cruzada, traía una falda corta color negro de tablas, una blusa blanca de encaje y el cabello hacia un lado. Los labios pintados de rojo y los ojos delineados. Era guapa, pero era temible. Era una de esas perras con cerebro que daba miedo enfrentar.

Puso su zapato en la cara de Darren y apretó los labios-. La flor era de plástico, el collar de fantasía barata y si por invitación te refieres a la cartulina pegada en el techo de los vestidores, entonces es un asco. Ya encontrarás otra forma de invitarme Darren. Ahora lárgate a tu lugar –ordenó y ella se giró dándole la espalda. 

Arqueé una ceja, ni siquiera yo quisiera que me hicieran algo así. Es por eso que creía que las mujeres de aquí eran horribles. Todas querían lujos, todas querían esta humillación ante ellas. Gracias al cielo Ann no era así, ella era simple, práctica, puta, pero no me importaba, a mí no me daba problemas y con eso era más que suficiente. 



- ¿De verdad estás haciendo esto? –pregunté y él asintió. 
- No quiero que lleves a Jamaica al cine caminando ¿O es que se irán juntos en la silla mecánica? 
- Mi plan era sentarme sobre ella y acelerar a fondo –admití encogiéndome de hombros. 
- Parece un buen plan –rió y me entregó las llaves- solo entra, te prometo que aprenderás pronto. 

Observé su auto y suspiré. No me parecía tan buena idea pero él quería enseñarme y si yo estrellaba el auto no pagaría daños. Me acomodé el cinturón de seguridad y suspiré-. Bien, ¿qué hago? 
- Coloca la palanca en neutral –informó.



- ¡Por Dios, desacelera! –ordenó y yo frené de golpe haciendo que él pusiera las manos contra el parabrisas-. Definitivamente irás sentado sobre Jamaica. 
- Creo que no soy tan bueno en esto –admití y él rió.
- Tienes quince minutos sobre el auto y casi nos estrellas dos veces, eso es un record. 
- Bueno, ahora llévame a su casa, no quiero que me de sermones sobre la impuntualidad, tal vez cuando llegue esté llorando porque creyó que no iría –rodó los ojos, cambiamos de asientos y nos dirigimos a su departamento.
- Ya te perdonará. 
- Siempre lo hace –me encogí de hombros. 

Entré a su habitación y ella tenía puesto un short corto azul marino, una blusa blanca de vestir y sobre ella un chaleco negro. Un botín negro en su pie sano y un calcetín negro en el otro. Traía una cola alta sosteniendo su cabello y los labios rojos. Me le quedé mirando y ella sonrió-. Pensé que no vendrías. 
- ¿Querías que Russel viniera con nosotros? 
- ¿Eh? –preguntó-. ¿Por qué?
- Estás arreglada… ¿a qué debo este milagro? –ella sonrió. 
- No creo que quieras salir con alguien que esté todo desarreglado. No eres tan fijado pero tampoco eres fodongo Harry. 
- Lo sé, vámonos –mencioné mientras caminaba hacia la puerta y ella dirigía su silla detrás de mí. 

- ¿En qué iremos? –preguntó una vez que salimos del elevador y caminaba a su lado por recepción. Bajamos la rampa de la entrada y estábamos en la banqueta mirando a ambos lados de la calle. 
- Hazte a un lado –pedí y ella se me quedó mirando. 
- ¿Cómo?
- ¿Qué? No podemos pedir un taxi, la silla no cabría y yo no me pienso ir caminando a tu lado todo el camino al cine. Hazme un campo… 
- Pe…pero –me di la vuelta y me senté sobre su pierna sana. Ella abrazó mi cintura y yo tomé el control de la manija. 
- Bien, aceleremos esta cosa –dije empujando la palanca hacia delante. 

Continuamos nuestro camino hacia el cine. Jamaica se reía debido a las miradas que los transeúntes nos dedicaban mientras andábamos por las calles de la ciudad. Gracias al cielo los cines no estaban tan lejos. La silla era rápida y las personas se detenían a mirarnos mientras cruzábamos las calles. Para mí era cómodo, su pierna no era tan huesuda, así que mi trasero estaba relajado sobre ella. 

- Entonces… ¿Russel te preguntó por mí? 
- Ustedes me hartarán un día de estos. ¿Por qué demonios no se juntan y se declaran amor eterno? Follan y no sé, tienen hijos y nietos, muchos perros y gatos. Yo que sé –ella soltó una pequeña risita mientras avanzábamos por la calle del cine. 
- Sería divertido y emocionante… pero…
- ¿Qué? –pregunté cuando nos detuvimos. 
- Yo no… 
- ¿Eres virgen? –ella se sonrojó fuertemente y yo reí bajo-. Tampoco es que no lo imaginara. 
- ¿Se me nota?
- Sí. 
- ¿De verdad? 
- Bueno, eres joven y no has tenido novio, por supuesto que se te nota. A menos que vendas tu cuerpo por las noches. Comienzo a dudar de eso, tienes muchos lujos. 
- Son de Brendon. 
- Lo imaginé –mencioné levantándome de ella y estirándome. Ella golpeteó un poco su pierna y rió-. ¿La he dejado dormida? 
- Sí –dijo tratando de moverla-, de vuelta me cargarás tú –amenazó y yo me encogí de hombros. 

Entramos al cine y nos dirigimos a las taquillas no había nada tan interesante, así que optamos por Amigos con Beneficios. Me senté en la orilla con Jamaica a mi lado. Ella había comprado las palomitas y los refrescos mientras que yo había pagado los boletos. Ella reía a carcajadas junto conmigo y de vez en cuando me aventaba palomitas a la cabeza. 
- Si vuelvo y me lleno de hormigas te mataré –amenacé y ella solo rió. 

Seguimos viendo la película hasta que comencé a sentir que empujaban una y otra vez mi asiento. Lo dejaba pasar debido a que Jamaica los fulminaba con la mirada y yo trataba de no asesinarlos, pero cuando sentí que el hielo resbalaba por mi mejilla y entraba a mi camisa, me puse de pie y tomé aire. 
- Harry, espera… 
- ¡Tú estúpido! –grité al chamaco de unos doce años que estaba jugando con su bebida-. ¡Que no vez que es un cine! ¡Compórtate, mierda! 
- Oiga… solo es un niño –dijo la que seguramente es su madre.
- ¡Entonces controle a sus crías! –ordené-. ¿Qué no les ha enseñado nada? Joder…
- ¡Harry! –regañó Jamaica-. Basta.
- ¡Mira mocoso! –dijo la señora poniéndose de pie. 
- ¡Nada de mocoso, mocoso su engendro que está lanzándole hielos a las personas! ¡Es más, ni siquiera es apta para estúpidos de su edad, morbosos de mierda!
- Deja de gritar –rogó J, tirando de mi camisa-. Harry te sacarán. 
- ¡Me importa una mierda, que me saquen! ¡Pero yo no me voy si este cabrón no se va conmigo! ¡Tú también! –dije señalando al otro tipo de tal vez quince que lo acompañaba. 
- ¡Tú no los sacarás de aquí! –gritó la señora y tiró de mi cabello. 
- ¡Mierda! –estiré su mano y ella me empujó hacia atrás, me retuve porque era una mujer y apreté fuertemente los puños-. No le respondo porque es una vieja y yo no les pego. 
- Pues solo eso te falta…
- Hija de su… 
- ¡Basta! –gritó Jamaica y todas las personas comenzaban a pararse. Las puertas se abrieron y tres tipos entraron. Las luces se encendieron, la película se detuvo y todos comenzaron a enfurecerse. 

Estaba sentado afuera del cine esperando a que Jamaica volviera. Me abracé a mí mismo debido a que el clima se puso un poco fresco. Estaba expulsado de este lugar y habían llamado a mis padres… de nuevo estaba castigado. Mamá trabajaba y papá también, por lo que me pidieron que volviera inmediatamente a casa luego de llevar a Jamaica a la suya. 

El ruido del motor de su silla me hizo levantar la mirada y ella se me quedó mirando-. Lo siento Harry. Tu foto estará en la entrada. No volverás más aquí. 
- ¿Qué pasó con Cell –un personaje ficticio de Dragon Ball Z que se dedicaba a absorber sus oponentes- y sus hijos? 
- Están a lado de tu foto –mencionó divertida-. ¿Nos vamos ya? Estoy cansada. 
- Andando –mencioné mientras me acercaba. 

La tomé de su cintura y la levanté del asiento como pude, me senté con rapidez y ella sobre mi regazo. Me abrazó el cuello y se recargó en mi pecho y yo aceleré la silla y ‘conduje’ con cuidado a casa. 
-¿Te han regañado?
- Ya estaba castigado –murmuré mientras cruzábamos la calle principal-. Así que no creo que me veas en un par de días más. 
- Está bien. La he pasado bien hoy. Bueno, antes de que comenzara la pelea, la señora te estirara el cabello, golpearas al niño…
- Me provocó –excusé y ella rió.
- ¡Tenía doce y casi lo noqueas! –rodé los ojos y ella negó con la cabeza-. Bueno, el niño sobrevivió. 
- Maldición, no le di bien –ella rió de nuevo y luego se quedó callada por un buen rato mientras avanzábamos más y más calles, comenzaba a ponerse el sol y ella me miró. 
- ¿Crees que Russel me pida ser su novia? –me encogí de hombros.
- Es lo más probable, quiere llevarte el sábado al baile.
- ¡¿Enserio?! –se movió y me aplastó cierta parte de mi persona realmente importante que no se debe de tocar a menos que sea con cariño y a modo de liberación-. ¿Harry? –preguntó cuando notó mi cara de dolor. 
- Estúpida –susurré ahogado mientras ponía mi mano ahí-. Auch… me has… me has lastimado mi… 
- Lo siento, lo siento, no quise hacerlo. Lo lamento –mencionó ella mientras me miraba-. ¡Harry! 
- ¿Eh? –me detuve porque ambos chocamos contra un contenedor de basura. Ella soltó una carcajada y yo reí.
- Has chocado. 
- ¿De verdad? –rodé los ojos- Yo quería que vieras lo bonito que era este contenedor, míralo, esas curvas, ese color… ese delicioso olor. 
- Sexy –susurró Jamaica y ambos reímos. 
- Vamos a casa Jordan –murmuré y di la vuelta para poder alejarnos de ese asqueroso pedazo de chatarra. 

900?

PD: it's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora