Capítulo 2. Humillación.
Skylar Grey - Invisible
Even when I'm walkin on a wire Even when I set myself on fire, shy do I always feel invisible, invisible. Every day I try to look my best, even thought Inside I'm such a mess why do I always feel invisible... Sometimes when I'm alone I pretend that I'm a queen It's almost believable.
Agosto 4, 2012.
Hey.
Sabes, cuando recibí tu carta fue una tremenda sorpresa. Sabía que me tocaría hablar con una persona pero no con una chica hueca. En fin, ya sabía yo que no podría contarte mucho sobre mi vida y me alegro de haberlo comprobado.
Lo único que te puedo contar hasta ahora es que he tenido unos primeros días bastante aburridos. Los chicos nuevos son patéticos y algunas veces hasta hartan. He tenido algunos problemas con una chica. Ella se encarga de ponerme de mal humor. No es que yo sea demasiado paciente, pero ella es una inútil inadaptada. La detesto con todas las fibras de mi ser.
Hasta luego hueca.
Anónimo.
La dejé en el buzón y me fui a mi primer clase. Sabía perfectamente que este día ella se encontraría allí. El viernes había sido una guerra teatral en nuestra última clase. Era una pena que tuviera que iniciar el día con ella y terminarlo también.
Sabía que las americanas eran un hueso rudo y que tendría que esforzarme a la hora de humillarle. Pero todo se pagaba y yo la haría pagar por lo que hizo conmigo y mi futuro frente a los alumnos.
Llegué al salón y me senté en mi lugar habitual. Garabateé la fecha del día de hoy y luego de un rato el aula comenzó a llenarse. Todos traían la típica cara de un lunes. Los ojos hinchados por el sueño, las bocas secas por la sed, ellas los labios rojos de tanto morderlos y ellos pasta en las camisas y eso si se lavaron los dientes.
Cerré los ojos y esperé así hasta que sentí que el flequillo se me movía debido a la cercanía de alguien al pasar. La miré y ella estaba sentada a mi lado. Abrió su libreta y garabateó la fecha en la esquina superior izquierda. Me preguntaba por qué allí. Normalmente era en la parte derecha. Que chica tan extraña, incluso escribiendo era rara. La forma en que tomaba la pluma era la correcta, entre pulgar e índice, sobre el medio. Su caligrafía era en cursiva, ¿quién en estos tiempos la utilizaba?
El profesor llegó temprano y se quedó en silencio en su escritorio hasta que el timbre sonó. Nos despertó a todos con un par de aplausos y comenzó a hablar sobre un montón de cosas que en lunes jamás entenderías y menos a estas horas. Trigonometría no era lo mío.
-¿Qué tal tu fin de semana Filì? -preguntó de pronto al aire. No creí que me llamara así. De hecho no creía que nadie de aquí se llamara Philip o Felicity o algo al que le pudieran abreviar 'Filí' como apodo-. ¿Tampoco me responderás?
La miré y ella arqueaba una ceja hacia mí. Me acerqué y suspiré, tenía tantas ganas de gritarle tantas cosas que se me amontonaban en la garganta-. Creo que mi nombre es demasiado maravilloso como para que lo pronuncies mal... ¿no te parece?
- Me gusta Filí.
- Ese no es mi nombre.
- Yo te acabo de bautizar así -respondió y yo apreté los labios. Debería encontrar un apodo para ella, uno bueno, pero realmente no se me ocurría nada.
- ¿Te parece si te digo 'rara'? Es común, pero es lunes, no me pidas demasiada imaginación ahora -murmuré y ella rió bajito.
- Siempre pensé que encontrarías algo mejor -respondió confiada- el viernes tenías muchas ganas de humillarme. ¿Qué le pasó al chico que me haría la vida imposible este año?
