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Skylar Grey – Religion.

Conduje sin rumbo por un par de horas hasta que la motocicleta se quedó sin gasolina. Ella seguía abrazada a mí, no hablaba, no trataba de detenerme, no protestaba, solo estaba ahí detrás de mí. Solo estaba quieta, sosteniéndose a la única realidad que conocía. Cuando me detuve, puse las manos sobre las suyas y la alejé de mí. Bajó y sus ojos castaños se encontraron con mi gélida mirada-. ¿Qué demonios estás haciendo?

-Yo… ¿qué estás haciendo aquí? ¿Cómo me encontraste? ¿Tu… que…? ¿Qué pretendes? 

- ¿Yo? –reí mientras me le quedaba mirando-. Tienes un hijo. Tienes un hijo que debes cuidar. ¿Quién era ese?

- Yo… nadie. 

- Sé que es un Don Nadie, ¿Cómo se llama? –negó y sentí cómo el estómago se me revolvía-. ¿Dónde estabas?

- ¿En un bar?

- ¿Por qué estás haciendo tantas estupideces? –pregunté y ella bajó la mirada-. ¿Sabes que estando de zorra y borracha no lo volverás a la vida? –ella apretó los puños y yo podía sentir casi sus lágrimas llegar-. Debería darte vergüenza. Ha pasado tiempo, tienes un hijo que debes de críar, ¿es ese el ejemplo que le quieres dar? ¿Quieres que él crezca sabiendo que su madre es una cualquiera que se acuesta con un estúpido desconocido que no sabe ni siquiera dónde ha metido el miembro antes de ella? 

- ¡Cállate, tú no sabes nada de mí! –me gritó-. ¡no sabes lo que he sufrido! ¡No sientes lo que yo! 

Eso fue una terrible patada en el estómago. Me le quedé mirando. ¿Cómo se atrevía siquiera a decirme algo como eso? Es cierto, yo no era su pareja, pero era mi mejor amigo, era mi hermano. 

-¿Qué no sé nada de ti? ¿Qué no sentí lo que tú? –pregunté y sus lágrimas ya caían sobre sus mejillas-. No puedo creer siquiera que intentaras jugármelas así.

- Tú no despiertas todos los días sabiendo que un hombrecito está frente a ti, alguien que tiene sus mismos ojos, alguien que sonríe de la misma forma. Alguien que habla incluso como él. Alguien que te mira y espera que le digas qué camino seguir, qué hacer y cómo vivir… yo no estoy lista. 

Mi corazón se suavizó un poco y me acerqué a ella-. No seas tonta… Nadie está preparado para eso. Nadie está listo para simplemente críar a una persona diferente. Una que dependerá totalmente de ti –ella negó mientras trataba de detener las lágrimas que atormentaban sus ojos-, pero es tu hijo y confía tanto en ti que simplemente te esperará. J –susurré- tú no eres así. Deja de intentar morir, tienes muchas cosas que hacer antes de dejar este lugar. Además, tú morirás después que yo y planeo tener una vida más o menos productiva. 

Ella medio sonrió y se dejó caer en el piso frente a mí. Bajé hasta sentarme a su lado y ambos miramos al frente-. Russel se fue… se fue tal y como lo hizo papá –fruncí el ceño- mi papá Trevor –susurró-. Ambos murieron de cáncer. Ambos duelen tanto. ¿Todos se irán así? –preguntó y entonces lo entendí-. Mis dos mejores amigos, las dos personas más importantes de mi vida se me fueron entre los dedos… -levantó sus manos- los vi irse poco a poco y yo me fui junto con ellos. No lo soporto más filí –susurró- no sé qué hacer. ¿Qué se supone que haga? ¿Vivir aquí esperanzada a que alguien valioso venga a mi vida y se vaya porque esa estúpida enfermedad me los arrebatará? –me quedé callado un momento y luego junté mis manos al frente y suspiré.

-Yo no me he ido a ninguna parte –ella me miró- digo, desaparezco todo el tiempo pero sabes que de alguna forma no puedo simplemente separarme de ti.

Hizo media sonrisa y luego levantó la camisa que cubría el tatuaje. Ella lo delineó con las puntas de sus dedos y besó a penas una de las velas-. Le echo tanto de menos. 

PD: it's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora