epilogo

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Epílogo.

I love Rock n Roll – Joan Jett and the Blackhearts.

Estaba sentado en el sillón, con las piernas cruzadas al frente, estaba estudiando para mi prueba en la Universidad, las calificaciones me habían dado una entrada suficiente y los puntos de mis maestros, gracias a la pena y el sueño de Russel sobre navegar, lograron hacer que yo pudiera llenar los requisitos de entrada. 

Todos se portaban más amables conmigo. Chloé de vez en cuando me llamaba puesto que se había mudado ya, pero yo sabría que no duraría para siempre. Todos eran ahora un poco más abiertos a la idea de mi carácter y no es que solamente ellos cambiaran, yo también lo hice, muchas veces lloraba en las noches recordando todo lo que hicimos Russel, Jamaica y yo, pero me consolaba la idea de que esto no dolería para siempre, yo nunca lo olvidaría, simplemente aprendería a vivir con la idea de que habría un hueco en mí y ese siempre sería de él.

Tocaron a la puerta y yo no me moví. Landon estaba sentado a unos metros de mí haciendo un trabajo para su Universidad, estaba por graduarse de la universidad de Londres. No me había molestado en lo absoluto y verlo a veces me hacía sentir raro, se parecía tanto a Russel que a veces cuando lo veía de espalda era como si él estuviera aquí. 

Landon se levantó y caminó hacia la puerta, en cuanto abrió, noté cómo una chica de castaña melena se le tiró encima y se le abalanzó sin preguntar, ni dudar. Los labios de Jamaica estaban pegados en los de Landon, quién tenía los ojos bien abiertos y las manos levantadas sin pretender tocarla. 

Me levanté del sillón, pero ella comenzó a llorar, no decía nada, solo se mantenía aferrada a Russel, moviendo sus labios con fiereza. Landon me miró alarmado, pero de forma amable, siguiendo su beso un minuto, la alejó de sí. 
- Jordan… 
- No digas nada –susurró ella con lágrimas en los ojos- solo por una sola vez quiero que deje de doler. 
- Jamaica –mencioné yo y ella se movió incómoda mientras veía a Landon con una mirada impregnada de dolor. 
- Hazme olvidar –susurró ella, Landon la veía fijamente. Apretó los labios e inclinó la cabeza dudando entre lo que podía eso significar- por una noche… solo por esta noche haz que deje de sentir. 

Miré a Landon y él soltó un suspiro, la tomó en sus brazos y cerró su boca con la de ella. Yo definitivamente no sabía qué estaba pasando aquí, pero tampoco era nadie para detenerlos. Landon la levantó y caminó con ella escaleras arriba, escuché cómo se cerraba la puerta y yo dejé que sucediera lo que tuviera qué suceder. 





Narra J. 


Landon me llevó a la habitación en la que Harry y él dormían. Me recostó en la cama y comenzó a besarme de forma dulce. Sus manos no me tocaban, simplemente estaba ahí, sobre mí, besándome tiernamente, yo sentía que las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas y él apartaba su boca de la mía, solo para besar mis mejillas, mi frente, mis ojos y parte de mi cuello en cada zona que las lágrimas llegaban. 
Él se pegó a mí y me abrazó fuerte, ahora ni siquiera podía besarme, simplemente estaba ahí, con él entre mis brazos, puse mis manos en su espalda y hundí mi rostro en su cuello aún llorando. No podía creer que Russel ya no estuviera aquí, no podía creer que mi mejor amigo en todo el mundo hubiera desaparecido. 

Los días pasaban y yo no podía dejar de pensar en su ausencia, muchas veces añoré irme con él, quería rasgar mis muñecas sin mirar atrás y al frente solo tenerlo a él, pero al mismo tiempo sabía que le fallaría, sabía que esa promesa que le hice de seguir manteniéndome con vida sería difícil de cumplir, especialmente cuando él ya no estaría aquí. 

Mis manos pasaron por el cabello de Landon, quería tener un solo día en el que Russel no estuviera en mi mente, pero a quién diablos engañaba, Landon era como un espejo de él. Busqué sus labios y cuando los encontré, lo besé seria y profundamente, tratando de obtener más que solo dulzura de él. Landon era una persona corrupta en todo sentido, maleable, una que haría lo que quisieras si obtenía algo a cambio, prácticamente me estaba entregando a él y me desesperaba que él no me aceptara. 

Cuando metí una mano en su camisa, él dejó que tocara su pecho y abdomen formado, pasé mi mano por su espalda y él se pegó más a mí. Sus labios se tornaron de nuevo amables y entonces se alejó un poco de mí. 
- Sé que piensas que dormiré contigo –susurró- pero no lo haré. Por más parecido que seamos Russel y yo. Yo no soy él y nunca lo seré –las lágrimas ahora corrían más rápido—amor, sé que duele, es terrible perder a alguien a quien amas. Pero esta no es la forma. No vas a olvidar su ausencia, en algún momento tienes que aprender a vivir con ello. Russel te amaba, tal vez yo nunca hablé mucho con él, pero se le notaba, la forma en que te miraba, la forma en que hablaba de ti con Harry. 
- Lo extraño –susurré y él asintió. 
- Lo sé cielo, todos aquí le echamos de menos –dijo tocando mi mejilla-. Llora, duerme, sufre un rato por él, por lo que pasó, porque se fue, pero no vivas así. En algún momento tendrás que dejarle ir –él se inclinó y besó mi frente haciéndome cerrar los ojos-. No soy una persona que realmente conozcas, pero cualquier cosa que necesites siempre puedes contar conmigo. 
- Me iré… 
- ¿A dónde? 
- Lejos de aquí, cualquier parte pero no puedo quedarme –asintió. 
- Entonces ve… y no mires atrás. 
- Algún día… cuando haya pasado mucho tiempo y yo haya dejado de llorar, ¿crees que podría verte? 
- Si eso te hace sentir mejor… tal vez en un par de años puedes venir a verme –sonrió y yo también lo hice. 
- Gracias por no aprovecharte de mí –él rió bajito y besó mi mejilla. 
- Eres hermosa, pero no voy a terminar de romperte, ya no soy tan cruel –me pegué más a él y cerré los ojos. Landon se quedó conmigo, a mi lado, solamente abrazándome y aunque yo pretendía dejar de sentir dolor de una forma, él encontró otra mejor y menos humillante para hacerme pensar y sentir algo más que solo pena… consuelo. 




Narra Ludwika. 

Caminaba decidida hasta el panteón en el que Russel descansaba. Nicky caminaba a mi lado tomado de mi mano. Me veía con gran anhelación y en su mano tenía un pequeño barquito de juguete. Él no parecía sorprendido de venir aquí. Cada año veníamos desde que él nació. Jamaica nos había encontrado en las costas de Sidney después de una larga búsqueda. 

Nosotros no podíamos estar separados del mar, porque eso nos recordaba tanto a él. Nick caminó hacia donde estaba la lápida y puso el barquito sobre ella. Suspiró y caminó de vuelta conmigo. 
- ¿Algún día conoceré al amigo de papá? –preguntó y yo me encogí de hombros. 
- Dijo que vendría –respondí. 
- Quiero verlo… -susurró y yo asentí. 

Pronto cumpliría 17 años. Había pasado ya mucho tiempo desde la última vez que lo vi, cuando le dije que necesitaba hablar con él, creo que se quedó en shock al ver que yo ya no tenía esos 10-11 años con los que me conoció. Nicky estaba a mi lado, sentado pasando los dedos por la lápida de su padre. 

¿Un hijo? Sí, al parecer mi hermano sí cumplía sus últimas voluntades. Una de ellas fue: “Tener un hijo contigo” y Jordan lo cumplió. Ella al llegar a nosotros con un enorme vientre crecido luego de meses de no haberla visto, fue como si todo el color y toda nuestra vida, todo volviera a tener sentido. 

- Hey –ambos alzamos la mirada y frente a nosotros estaba un joven mayor, un adulto completo, tenía en sus mejillas barba crecida de al menos unos tres días, sus ojos verdes estaban más que cansados y su cabello levantado y alborotado como siempre. Esos labios rojos que me enamoraron hace mucho tiempo tenían una sonrisa congelada-. El tiempo ha pasado Vicky… 
- Harry –sonreí y me levanté rápidamente, me acerqué a sí y lo envolví en mis brazos. Cerré los ojos y todos los recuerdos de él en mi casa hacían que un nudo en mi garganta se formara. Lo echaba de menos, casi tanto como extrañaba a Russ. 
- Hola –susurró en mi oído mientras me abrazaba fuertemente. Sentí que alguien tiraba de mi saco y yo me separé de él para mirar al pequeño. Harry se giró y al verlo sonrió abiertamente-. Tú debes de ser Nicky….
- Harry Nicholas Schmidt –repuso el pequeño- ¿Tú eres el amigo de papi?
- Sí yo soy el amigo de tu papá –respondió Harry tomando mi mano-. Me dijeron que querías hablar conmigo. 
- Es que… mamá dijo que tú ibas mucho al mar y que tenías un barco muy grande y que siempre estabas viajando y me dijo que tú eras enojón y malhumorado y… yo… y yo quería saber, ¿me dejas ir contigo? 
- ¿No crees que eres muy pequeño? –dijo Harry arqueando una ceja y mirándome con media sonrisa. Tenía qué recordarme a mí misma que él era mayor, que no se fijaría en mí. 
- Pero… pero… ¿puedo? 
- Tal vez… 
- ¡Tía Vicky! ¡Dijo que puedo ir! 
- Dije que tal vez –espetó Harry.
- ¡Iré! 
- Tal vez. 
- Iré.
- No. 
- Iré –Harry me miró con una gran sonrisa y negó con la cabeza. 
- Bien, bien… 
- ¡Wuuu! –dijo él y comenzó a bailar por todo el lugar, eso definitivamente lo había sacado a Jamaica. Negué con la cabeza y miré a Harry. 
- ¿Dónde está Jordan? 
- En alguna parte del mundo casándose con Landon –Harry rodó los ojos y sonrió divertido-. ¿y tú? ¿Te estás casando en alguna parte del mundo?
- No… -respondió mientras caminábamos hacia su auto y entrelazaba su meñique con el mío- con quien me quiero casar todavía no cumple la mayoría de edad. Tengo unos dos años más qué esperar. 
- Interesante dato –dije completamente sonrojada- ¿puedo preguntarte cómo se llama la afortunada?
Harry sonrió y se acercó un poco más a mí-. No lo sé… ¿recuerdas tu nombre?

PD: it's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora