Rami.
Teclee tan rápido en la computadora plasmando los códigos que estaban guardados en mi memoria. Era algo sencillo ya que había cortes de la cámara para enfocar la pantalla y mi rostro después. Un timbre se escuchó al fondo en el set y todos comenzaron a alejarse y apartar las cámaras de mis costados. Mientras me incorporaba y caminaba por entre todos, me felicitaban por el trabajo hecho durante las últimas cinco horas de rodaje. Todos sabían que llegaba mi tiempo de descansar y me agradaba ir por un café antes de almorzar. Quedaba solo media hora para las doce de la tarde y todos me preguntan por qué no iba por café más temprano. Nunca les respondía, para ser sincero yo tampoco lo sabía, aquello se había vuelto una tradición ya hace meses. Diario iba a la misma cafetería a la vuelta de donde grabábamos y me quedaba un rato estudiando mis líneas sentado en una butaca próxima a la barra.
Me daba vergüenza aceptar que pasaba mi única hora de descanso sentado ahí, mirando a la chica que atendía la caja. No es que fuera una chica extremadamente hermosa, lo era, pero no era su físico lo que me atraía como imán, era su personalidad.
Para dejarlo claro, si es bonita, es alta y delgada, su piel es muy blanca y lisa, tiene el cabello castaño claro y los ojos color miel resaltados con unas largas pestañas negras, las cuales, se le solían caer a menudo y cuando la miraba, tenía una debajo del ojo. Y personalmente era muy simpática y amable, me había tocado ver como desde jóvenes hasta adultos llegaban pidiendo un café sin decir buenos días, por favor o gracias, y luego se quejaban del sabor del café, ella siempre se los cambiaba, y hasta el final les sonreía y les deseaba un bonito día, la que los criticaba era su amiga, haciéndola reír ruidosamente, provocándome reír a mí también.
Hubo muchas ocasiones en las que quise invitarla a salir, pero no teníamos tiempo de charlar, siempre se hacía una fila larga detrás de mí, y también, el mirarla pensaba en su edad. No creo que fuera menor de edad, pero si algo joven a diferencia de mí. Me sentía como un acosador. Entonces me retractaba de invitarla, así como lo hice cuando me llevo mi billetera hasta afuera y casi la atropellaban. Me acobarde en el segundo que iba a hacerlo, pero al día siguiente me levante seguro. Hoy iba a hacerlo. Estaba decidido, cuando entre al local, enseguida me paré en la fila detrás de un chico que estaba siendo atendido.
-Te ves muy bonita hoy-escuché que le dijo, asome un poco la cabeza.
-¿Qué vas a tomar, Scott?-le dice la chica riéndose.
-No estás tú en el menú, así que será algo muy parecido a ti, ¿Qué es lo más dulce que tienes?
-Frapuchino de caramelo con doble crema batida y doble caramelo-el chico se ríe.
-Dame uno de esos-la chica teclea en la máquina y luego le cobra. .
-¿Qué harás hoy por la noche?
-Trabajar. Del otro lado te lo entregan,
-¿Y mañana?
-Scott, algunos tenemos que trabajar para vivir y otros hacer largas filas para ser atendidos-le dice de forma graciosa y luego el chico se voltea y me mira.
-Lo siento, amigo-me dice y se mueve un poco-Un día me aceptaras, Persy, aunque sea para dejar de molestarte-dice riéndose. Ella no le contesta, en cambio me mira y me sonríe.
-Hola-me saludo primero. y ahí estaban sus bonitos ojos miel
-Hola-respondí. En seguida me quede sin habla. Toda la mañana había memorizado lo que iba a decirle, pero escuchar a aquel chico me intimidó. Ella obviamente no estaba interesada, ciertamente le sonreía amablemente, a mí también me sonreía, entonces no me convertía en nada especial.
-¿Estás pensando en pedir otra cosa del menú?
-No. Será lo mismo, por favor-sonríe y asiente. Tomó un vaso y veo como escribe mi nombre y una carita feliz a su lado, luego lo coloca en la barra siguiente para cobrarme.
-Gracias-sonrío y me aparto para que atienda al siguiente. Me quede sentado un rato en el lugar de siempre, pronto el lugar se vació y el chico se marchó.
-Mi madre quiere que saque a Chris a comer este fin de semana-oigo que habla la amiga de Perséfone.
-¿Y por qué haces esa cara?-se ríe.
-Lo aguanto todos los días, Persy. No tienes idea lo cansado que es.
-Prefiero estar con él que con mi pequeño gran dolor de cabeza adolescente.
-Chris también es adolescente, y está enamorado de ti.
-Es solo un niño. Y es cariñoso con todos.
-Pero eres a la única que quiere que no es de la familia.
-No seas mala y llévalo a comer.
-Ciertamente él ira a comer y yo a cuidarlo, no la hago de niñera.
-Creí que serias más sensible tratándose de tu hermano.
-Precisamente porque se trata de mi hermano no soy sensible-Persy se rio-¿Qué tal si intercambiamos? Yo cuido a tu demonio de Tasmania y tú al bebé de mamá.
-Eres mala-le reprocha sin estar enojada en serio-Mi hermana parece quererte más a ti que a mí.
-Porque soy más divertida.
-Conoces las reglas, Laurie-oigo por primera vez su nombre.
-Sí, si. Aburrida-murmura. Me levantó de mi asiento y me dirijo a la barra, saque un billete de mi bolsillo y lo deje en el vaso de las propinas, luego me marché despidiéndome.
-Hasta mañana-exclama Persy cuando ya estaba abriendo la puerta. Me giré para sonreírle y ella se había sonrojado de la vergüenza, ya que sus compañeros comenzaron a molestarla. Ahí es cuando me arrepentí nuevamente de no haberla invitado a salir.
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El cielo entre tus brazos 《Rami Malek》
أدب الهواةA Persy no le queda mucho tiempo, por lo que decide hacer una lista de cosas que nunca ha hecho y le gustaria hacer. Lo que nunca esperó fue involucrar a aquel lindo chico de ojos grandes y encantadora sonrisa en sus planes, los cuales parecen cumpl...