El cielo entre tus brazos 《Rami Malek》

Capítulo XII: "Yo también te quiero"

Rami.

Pasé dos noches y un día entero pensando en Persy y en lo que había pasado la última vez entre nosotros. Ella nunca dijo que no me quería cerca, aun sin embargo no me correspondía de la forma en la que yo quería que lo hiciera, ¿debía conformarme con eso? O como dijo Ben, seguir adelante con lo nuestro esperanzado a que cambie de parecer, se enamoré y quiera construir algo de verdad conmigo. Aquello realmente lo pensé, y me anime a hacerlo, porque yo estaba seguro que Persy era la clase de chica dedicada y entregada, no obstante que aun no lo había hecho con nadie y que yo posiblemente podría ser el primero en su vida.
Su primer amor real y duradero. Entonces, el miércoles por el medio día, estuve devuelta en el café, y cuando me encontré de frente con ella lo dije.
—Te quiero, Persy, y no me importa ahora de qué forma quieras estar conmigo, yo quiero estar contigo de la forma que sea—exclame y me miró sorprendida.
—Rami, yo… no quiero que sientas que tienes la obligación de responderme de alguna forma.
—No digas nada, solo acéptame o no—vi en su cara de disculpa que le dolía la situación tanto como a mí.
—De acuerdo—dijo. Nos quedamos mirando fijamente un largo rato.
—Hay que ir a la playa esta noche—dice Laurie a su lado relajando un poco la tensión que se formó.
—¡Sí!—celebra Ben a mi lado.
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Ambas chicas salieron del trabajo un poco antes por un permiso de su jefe, Esta vez las recogimos en mi auto y, antes de dirigirnos a la playa, paramos en un suoermercado a comprar algo de comida.
—¿Te sientes bien, Rami? Te veo algo tenso—me dice Ben.
—Lo estoy. Persy está un poco extraña desde la última vez y ahora en el café, no lo sé… no parece ser la misma chica de antes.
—Deberías hablar bien con ella—asentí con la cabeza. Luego de tomar todo lo necesario, fuimos a buscarlas. De pronto, escuchamos unas carcajadas muy fuertes en el pasillo de junto. Al fijarnos, ambas chicas estaban saltando como locas en una  cama que estaba de exhibición en la tienda. Al verlas ambos estallamos en carcajadas, parecían dos chiquillas de preparatoria. Admiraba eso de ellas, no temían divertirse ni hacer locuras, no les daba miedo vivir, eran responsables y al mismo tiempo la pasaban bien. y su energía, su vibra, la necesitaba en mi vida.
Ellas cuando nos vieron se bajaron con dificultad golpeándose la una con la otra. Fuimos a pagar todos juntos y dimos marcha hacia la playa. Cuando llegamos, nos colocamos en una zona y entre Ben y yo hicimos una fogata. 
Empezar una conversación los cuatro era más sencillo con la pareja de mi amigo y la de ella, ya que comenzaban a charlar de cualquier cosa por más diminuta que fuese. El ambiente pronto comenzó a relajarse y Persy pareció ser la misma de antes. se reía y me hablaba como el chico de los capuchinos, bromeaba conmigo y recordábamos a los clientes groseros del lugar. A veces se reía tanto que se sostenía de mi brazo y ocultaba su rostro en mi hombro. Yo la admiraba con una sonrisa y la seguía con la mirada.
Fue una linda noche, la cual terminamos viendo las estrellas, y el cielo, solo se escuchaba tranquilidad y las olas golpeando la arena. Era una sensación de paz y tranquilidad. Además, con Persy a mi lado, me sentía completo.
—¿Crees en el cielo, Rami?—me preguntó, la miré—¿Todos estaremos ahí algún día?—me devolvió la mirada.
—Sí, sin duda creo. Ahí volveremos a ver a todos los que hemos perdido—sonrió ante mi respuesta, como si hubiese usado las palabras correctas. Ella giro su cuerpo, quedando de lado, yo la imite y quedamos frente a frente.
—Yo también te quiero, Rami—sonreí. Baje la vista a sus labios sin decir nada, y acercándome solo un poco más, la besé. Ella correspondiendo a mi beso, se abrazó de mi y yo al corresponderle, posicione su cuerpo encima del mío, sin romper nuestra conexión, permanecimos un largo rato así, acostados en la arena y besándonos, con el sonido del mar de fondo y las estrellas del cielo cubriéndonos.