Cuando me desperté, Laurie estaba observándome con atención, y al notar que reaccioné, gritó.
-¿Qué sucedió?
-Te atropellaron, pero el sujeto alcanzo a frenar y no te golpeo tan fuerte-explicó-La buena noticia, es que solo tienes fracturado un brazo-baje la mirada, y observe mi brazo derecho enyesado e inmóvil.
-Dios, esa maldita lista-murmure.
-Que loco ¿no? Estoy algo aterrada. Menos mal que no era la libreta de la muerte-nos reímos.
-¿Dónde están mis cosas?
-Oh, eso. Cuando te atropellaron tu bolso salió volando y un sujeto lo tomo y salió corriendo. Yo tuve miedo y no me despegue de ti-dice con culpa.
-Descuida. Gracias, Lau-pronto mi padre entró en la habitación junto con un doctor, notificando que me encontraba muy bien de todo y que solo necesitaba descansar.
****
Debido a la ausencia de mi brazo derecho, no podía conducir, por lo que papá condujo hasta casa en su camioneta. Él preparó una sopa para mí y luego la subió a mi habitación, donde me encontraba acostada, descansando.
-Gracias, papá.
-De nada, cariño-deja la sopa en la mesita de noche y se sienta en el borde de la cama-Debo salir a la oficina un momento, quisiera quedarme a cuidarte, mi niña.
-Descuida, papá, estaré bien. Siempre me has cuidado-sonrió y me acarició mi mejilla.
-Te pareces tanto a tu madre-sonreí-Verte me hace sentirla a ella dentro de mi corazón-dice las mismas palabras que Lau me dijo un día.
-A mí me sucede lo mismo cuando te veo.
-Quizá, quieras ir mañana a ver unos celulares para comprar otro.
-No te preocupes, papá. Puedo sobrevivir sin él unos días.
-De acuerdo.
-Antes de que te vayas-dije deteniéndolo-Nos despidieron a Lau y a mi de la cafetería.
-Lo sé, ella me lo dijo cuando llamó por teléfono llorando. Relato toda la historia desde su paseo en lancha. Creí que no podías levantarte de la cama pero la he visto convencerte de hacer locuras desde que eran bebés-reímos. Así era Laurie-También me llamó tu profesor de historia-lo miré sorprendida-Dice que estás pensando en considerar otra carrera.
-No, por supuesto que no-dije seria-Ese profesor no romperá mi sueño de ser abogada, como mamá quería.
-Esa es mi guerrera, ¿En verdad es lo que quieres?
-Sí-dije convencida. El me apoyo con un gesto con la cabeza y luego me abrazó.
-Te amo, papá.
-Y yo a ti, mi pequeña. Come tu sopa-dice levantándose hacia la puerta-Por cierto, tu hermana ha hecho berrinche porque quiere ir a una fiesta de quién sabe quién, no le di permiso, cuida que no se vaya, por favor.
-Si, papá-asentí, y luego se marchó. Me incorporé de la cama, tome mi tazón de sopa y me dispuse a comerlo en la sala mirando televisión.
-Por aquí no vas a pasar, Misie-dije en cuanto se asomó. Soltó un bufido.
-Puedo ganarte en una pelea ahora que estás invalida-solté una carcajada.
-No seas payasa, papá no te dio permiso, así que ve y juega con sus muñecas-me miró con odio y se regresó por el pasillo.
Estar sin mi teléfono celular era muy aburrido. Lo que más me preocupaba era no saber nada de Rami, el no poder mandarle un mensaje o hacerle una llamada, me sentía desesperada.
Deje el tazón vacío sobre la mesa de centro y me acomode en el sofá. Ante tal comodidad, caí rendida en un profundo sueño de inmediato. Solo unos minutos después, alguien toco en la puerta principal, por lo que tuve que levantarme a abrirla.
-Zac-nombré sorprendida al verlo parado en mi puerta.
-Hola-sonrió.
-Hola-conteste confundida.
-Esta historia te parecerá graciosa. Iba caminando solo por la playa cuando llamó mi atención un sujeto que hurgaba dentro de un bolso de mujer y sacaba todo como un perro hambriento. Lo curioso es que reconocí ese bolsa porque siempre se lo miraba a una chica en particular que llamaba mucho mi atención-explica sonriente-Entonces, corrí hacia el sujeto, le quite el bolso y me fije que estuviera todo. y bueno, aquí está-dice mostrándomelo.
-Por Dios, no puedo creerlo ¡es mi bolso!
-Si, creo que lo es-sonreí y me tiré sobre él dándole un abrazo de agradecimiento-Gracias, muchas gracias, de verdad. Me sentía incompleta sin mi bolso. Sentía como si me hubieran cortado un brazo-el se rio y me lo volvió a extender, entonces lo tomé con mi brazo libre.
-¿Cómo puedo agradecértelo? Me siento en deuda.
-No fue nada en realidad.
-Te invito un café. Vi como los hacían en la cafetería y los hago mejor-sonrió.
-No tienes que...
-Por favor-imploré mirándolo a los ojos.
-Está bien-sonreí. Me hice a un lado dejándolo entrar, luego cerré la puerta, deje mi bolso en el sofá y le dije que me siguiera a la cocina.
Prepare dos mochas calientes con crema batida y chispas de chocolate. Estuvimos hablando un rato en la cocina, cuando, recibí una llamada de Lau.
-Chica-dice cuando le contesto-Estoy viendo a tu hermana pequeña en una fiesta con un diminuto vestido acompañada de un tipo de nuestra edad.
-¡¿Qué?!-Explote-¿Qué fiesta?
-De Tom Michels. Es de la universidad.
-¿Conoces a Tom Michels?-pregunte haca Zac.
-Si, es mi compañero de aula.
-¿Sabes dónde vive?
-Sí.
-¿Podrías llevarme? Mi hermana se escapó sin permiso, es pequeña y algo tonta.
-Descuida. Vamos-dice mientras vamos a la salida.
-Allá te veo, Lau. No la pierdas de vista-le dije y colgué.
La casa de ese tal Tom estaba más lejos de lo que pensé. Al llegar, Laurie ya hablaba con mi hermana diciéndole que se fuera. En cuanto la vi y me vio, la jale del brazo.
-¡Suéltame!-grito zafándose.
-Te atreviste a salir cuando papá te dijo que no. Vámonos antes de que te vaya peor con él.
-Iba a volver antes de que él se diera cuenta.
-Deja de balbucear estupideces, eres un bebé aquí con todas estas personas.
-Tú no me vas a decir que hacer, no eres mi madre.
-Te he cuidado desde que eres una bebé literalmente, tengo derecho a ordenarte qué hacer-volví a jalarla.
-¡Suéltame, zorra! ¡Tú no me cuidas, yo me cuido sola! Solo me das vergüenza-comenzó a gritar sin control. Se jaló hacia atrás y casi se resbala.
-Tu eres la que me avergüenza, eres una niña tonta y egocéntrica.
De un momento a otro, la expresión de su cara cambio, y cayo hacia enfrente, golpeando sus rodillas en el suelo y luego su rostro, inconsciente.
-¡Misie!-grite y trate de auxiliarla-¡Por favor, ayúdenme. Ella está enferma!-pronto Zac se acercó a ayudarme y trato de buscarle pulso, luego le practico reanimación cardo pulmonar durante unos segundos, lo cual ayudo bastante, sin embargo, al llegar al hospital, permaneció en coma unas horas, hasta que su corazón colapsó.
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El cielo entre tus brazos 《Rami Malek》
FanfictionA Persy no le queda mucho tiempo, por lo que decide hacer una lista de cosas que nunca ha hecho y le gustaria hacer. Lo que nunca esperó fue involucrar a aquel lindo chico de ojos grandes y encantadora sonrisa en sus planes, los cuales parecen cumpl...