Capítulo VIII: "Eres demasiado perfecto"

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Rami.

El viernes se sintió llegar tan lento. Será porque lo espere con ansias toda la semana y al momento de vestirme, tarde tanto en decidir por algo casual como un pantalón de mezclilla y una camisa, o pantalón de vestir y saco.

-Ponte de mezclilla, con el otro parecerás más viejo-dijo Ben.

Las chicas habían aceptado nuestra invitación, pero decidieron que nos viéramos en el lugar a las ocho de la noche. Es por eso, que Ben y yo ya estábamos ahí a las siete cuarenta y cinco.

-¿Y qué pasa con Laurie?-le pregunté a mi amigo mientras esperábamos.

-Es linda y muy divertida. Me gusta. Creo que nos daremos la oportunidad de conocernos ya después sin ustedes.

-Mi siguiente cita con Persy iba a ser solo de dos pero te quería ayudar, amigo.

-Gracias, amigo, pero parece que yo te ayudo más a ti-me reí.

A las siete cincuenta y cinco, vimos llegar a las chicas en el auto de Persy. Ambas vestían unos bonitos vestidos de noche, pero Persy sin duda, destacaba mucho por su altura y sus piernas gruesas, las cuales no les había puesto cuidado. Quedaban muy bien con su cuerpo y me habían dejado viendo estrellas por un momento hasta que llegaron con nosotros.

Cuando entramos al lugar preguntamos por nuestra reservación y tomamos lugar al fondo pero de frente al escenario.

-Vaya, pero si es Persy Jackson-dice una voz femenina a nuestro lado, al fijarme, se trataba de la misma chica que la había molestado un día en la cafetería.

-Shelby, pero que sorpresa, ¿Acaso nos enseñaras como no debemos de cantar así de horrible como tú?-le dice Laurie.

-Persy no tiene voz, no alcanza ni siquiera las notas de Selena Gómez-apunta con odio.

-Uh-exclamó Ben y Lau lo golpeo con el codo.

-Eso parece un reto, que bueno que está en nuestra lista-continua la castaña de mi amigo. La rubia se ríe.

-Primero los niñas-reta mirando a Persy.

-¿Niña?-exclamo ella y se rio. Dejo su bolso en la mesa, se inclinó a la de la rubia, tomó el vaso de tequila que te hallaba ahí y se lo tomo. Se puso de pie y camino hasta el escenario.

-Prepárate, zorra, he escuchado a Persy cantar en el baño y canta mejor que Adele, a ti solo te he oído gemir en el baño de la escuela-dijo Laurie. Mientras yo observaba a Persy subir al escenario, le pasaron el micrófono.

-Tenemos a nuestra primera valiente de la noche-dice el presentador-Suerte. Chica. Un aplauso, por favor.

Persy casualmente cantó una canción muy conmovedora de Adele. Todos quedamos impresionados ante el tono y potencia de su voz. Era realmente sorprendente. Las vibraciones de su voz viajaban por nuestros oídos hasta el cerebro ocasionando que la piel se erizara por completo. Era verdaderamente hermoso.

Mire de reojo la cara de sorpresa y vergüenza de la rubia y a Laurie animando a Persy con gritos y chiflidos. Antes de que Persy terminara de cantar, la rubia llamada Shelby se levantó y se dispuso a marcharse.

-¿A dónde vas perra? Te gusta prender el boiler pero no meterte a bañar-le jala del brazo.

-Suéltame, payasa.

-Ah, ¿No era tu turno de cantar? ¿te comieron la lengua los ratones?-la rubia furiosa, tomo un vaso de cerveza de la mesa de junto y se la tiró a Laurie.

Persy en seguida bajó del escenario y la otra chica corrió fuera del lugar con su acompañante.

-Voy a matarla-Ben detuvo a Laurie y Persy llegó con ella.

-Deja de provocarla tu-le reclama la castaña.

-Solo estaba defendiéndote, mal agradecida.

-Tranquilízate.

-No, por favor, no me pidas nada-tomo su bolso y miró a Ben.

-Vamos a limpiarte.

-No, quédate y disfruta tu noche-le dice y se marcha. Ella los observa macharse.

-Espera, no estás molesta o si...--masculla pero Laurie no la voltea a ver. Luego, ella me mira algo atónita.

-No puedo creer que haya preferido irse con Ben

-Yo creo que fue una estrategia para estar solos-dije yo-Ella, machada del vestido, ¿no crees que es un buen pretexto?-me mira confusa un momento y luego se ríe.

-¿Quieres ir a otro lugar donde podamos bailar?-le extendí mi mano.

-Claro-me sonrió y nos marchamos del lugar. Caminamos unas cuantas calles y pronto nos encontramos con un agradable lugar para bailar a gusto.

-Cantaste muy hermoso-exprese cuando nos acercábamos a la pista de baile. Me mira sonriente.

-Gracias.

-¿Por qué esa chica te odia?

-Me odia desde la primaria y también me lo pregunto-contesto-No lo tengo muy claro pero siempre ha sido muy competitiva y perfeccionista. No soporta que alguien sea mejor que ella.

-Y tú eres mejor que ella en todo.

-No diría que en todo pero en la mayoría de las cosas-rio apenada. Pronto comenzó una canción lenta.

-¿Me concedes?

-Por supuesto-aceptó, colocando sus manos en mis hombros y yo en su cintura.

-He visto que no te importa que sea así, pero Laurie te defiende mucho.

-Lo sé, y se lo agradezco infinitamente, pero a veces es muy intensa, no sabe cuándo parar y le suceden cosas como arrojarle cerveza-nos miramos muy cerca de repente.

-Es como tu guardiana.

-Es como un perra defendiendo a un cachorro, yo se defenderme-arrugo la nariz y me reí ante lo tierna que se miraba.

-¿Qué?

-Nada, es solo que eres muy tierna-se ruborizo un poco y lo disimuló.

-¿De dónde saliste, de un cuento de hadas acaso?

-¿Por qué lo dices?

-Eres demasiado perfecto para ser real-sonreí sin poderlo contener.

-Que afortunado que pienses que lo soy, yo pienso lo mismo de ti.

-Esa forma que tienes de hablar es muy particular, ¿puedo preguntarte tu edad?

-Solo si no sales corriendo-bromee y ella rio-Tengo un tres y un siete-se sorprendió un poco y luego sonrió.

-Que coincidencia, quiero decir yo... también tengo un siete, tengo un dos y un siete.

-Genial-dije con alivio-Siempre tuve curiosidad sobre tu edad, y no está mal, creí que eras más joven.

-Así me veo ¿verdad? Aunque no habría problema ¿cierto?

-No-masculle mirando a sus labios unos instantes.

-Estoy en la cafetería trabajado solo las tardes.

-¿En dónde más trabajas?

-En una universidad. Soy maestra.

-Esplendido-sonreí emocionado-Debe ser increíble-de repente se puso algo nerviosa.

-¿Sucede algo?-paramos de bailar cuando comenzó a sonar una canción de salsa en español.

-Me gusta esa canción-reí.

-Bailemos-la atraje de la cintura, y nuestras narices chocaron y su respiración acaricio mi rostro.

El cielo entre tus brazos 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora