30. Un nuevo tipo de tortura

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Dedicado con mucho cariño a mi betareader -Arizu
Gracias por ayudarme a salir del bloqueo.

El calor del sol dándole en la cara le despertó. ¿ Acaso se había olvidado de bajar las persianas? Entreabrió los ojos y más allá del cristal que servía como una de las paredes del dormitorio pudo ver el cielo azul sobre Yokohama.

Notó que no estaba solo en la cama y tras recordar quién era su acompañante se dio la vuelta con agilidad para evitar molestarlo.

Aún dormía.

Era tan hermoso.

¿ Quién diría que tras esas greñas suaves como la seda se escondía uno de los cerebros más inteligentes y retorcidos que existían ?

Chuuya volvió a reposar la cabeza sobre la almohada que ambos compartían y, simplemente, se quedó allí arrobado contemplándolo durante minutos.

-Si sigues mirándome con tanta devoción me vas a hacer aumentar ridículamente un ego que no tengo.

Su voz no había sonado ni un ápice aletargada, lo que significaba que había estado todo el rato despierto.

A la defensiva, no podía evitarlo estando con Dazai, Chuuya se incorporó hasta quedarse sentado  todo tenso.

Dos enormes ojos marrones le miraron todo llenos de inocencia.

-¡ Ah, Chuuya! Es la primera vez que me despierto junto a mi amante y me encuentro tanta hostilidad. Bueno no, - se desperezó mientras se sentaba al lado de Chuuya. – Recuerdo a aquella chinita tan mona que casi me degüella pues  era una espía de la mafia china – murmurando para sí añadió con un suspiro: - pensé que era una buena forma de morir pero todo lo que tenía de buena con la lengua lo tenía de mala con su arma. Creo que le hice un favor a la mafia china.

¿ Es que nunca podría llegar el día que dejase de alardear de sus ligues ?

Con veneno en su boca, Chuuya le replicó:

-Con lo celoso que eres seguro que no quieres oír mis historias de cama.

-No, gracias.

Chuuya soltó una risita amarga, iba a soltar un exabrupto, cuando Dazai continuó, sin mirarle, buscando su móvil en el suelo:

- Además sé que no llegan ni a un tercio de mis conquistas amorosas – Chuuya formó un puñetazo con su mano derecha y cuando iba a golpearlo, la palma izquierda de Dazai lo paró, aún estando de espaldas. Girándose aclaró con sarcasmo: – pero tu dejas en tus amantes un recuerdo más profundo.

Chuuya entendió la baja autoestima que había tras las palabras de Dazai y su corazón titiló por su franqueza.

Tras todo su enojo licuarse, Chuuya buscó los labios del castaño pero la sonrisita maliciosa de Dazai le volvió a poner en guardia.

Con razón.

Había buscado un archivo multimedia en su teléfono y acababa de presionar “ Reproducir”.

Los gruñidos violentos, sordos, amenazantes, huecos, que no podían más que provenir de una criatura de los avernos sonaron a través del altavoz.

Dazai ponía su cara más angélicamente inocente mientras un sonrojo insoportable hizo arder la cara de Chuuya.

-¡ Para éso!

Dazai subió el volumen sin perder su expresión de ingenuidad.

La vergüenza dio paso a la ira.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora